Las vacaciones escolares son cada vez más aprovechadas por muchos estudiantes para aprender idiomas en el extranjero. Viajar al Reino Unido para aprender inglés es casi una tradición que, sin embargo, no sale barata. Un curso de cuatro semanas oscila entre 70 y 210 euros semanales, sin tener en cuenta los gastos de transporte, alojamiento y manutención. Cada año, unos 100.000 españoles viajan al extranjero para aprender un idioma diferente al suyo, mientras que otros 150.000 llegan a España para aprender español. Una importante industria que mueve más de 650 millones de euros anuales y que se pretende potenciar con nueva infraestructura y una mejor oferta de actividades complementarias.
El negocio de aprender español
La enseñanza de español a extranjeros es un sector en alza que reporta importantes beneficios. El pasado año unos 150.000 turistas viajaron a España para aprender este idioma, lo que ha llevado a Turespaña, el Instituto Cervantes y la Federación Española de Escuelas de Español para Extranjeros a firmar un protocolo de cooperación para apoyar la promoción y difusión del denominado turismo idiomático en el extranjero: Francia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos. Este protocolo tiene en cuenta la importancia del español como recurso turístico y su enorme potencial, dado que existe una demanda real y creciente de estudiantes que llegan a España para aprender español, la cuarta lengua más hablada del mundo (400 millones de personas). En cuanto al perfil de quienes lo hacen, se trata de personas que permanecen en el país una media de cuatro semanas, generalmente con alto poder adquisitivo y que demandan servicios similares a los del turista clásico, tales como billetes de avión, alojamiento y excursiones. Según el estudio ‘El turismo idiomático en España’, elaborado por la Secretaría General de Turismo, desde 1995 la demanda de estudiantes extranjeros de español ha crecido entre un 7% y un 9% anual. Se trata de personas que permanecen en España entre tres y cuatro semanas, lo que equivale en número de pernoctaciones a unos 500.000 turistas estándar. En su mayoría, son jóvenes universitarios que llegan en verano, aunque cada vez es más frecuente la llegada en invierno de estudiantes de más edad, que vienen a aprender el idioma por motivos profesionales.
Sobre los lugares en los que se imparte la enseñanza de español, la oferta se divide, principalmente, en universidades públicas y centros privados. Según datos del Instituto Cervantes, en la actualidad 39 universidades públicas tienen departamentos de enseñanza del español como lengua extranjera, que acogen al 20% de los estudiantes.
Un total de 39 universidades públicas tienen departamentos de enseñanza del español como lengua extranjera, que acogen al 20% de los estudiantes
El siguiente paso previsto por los Ministerios de Economía, a través de la Secretaria General de Turismo y el ICEX, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y el Instituto Cervantes es la promoción de la certificación de calidad de los centros docentes y, en particular, de la otorgada por el Instituto Cervantes, la implantación de forma generalizada de un título oficial del idioma y la creación de un órgano de coordinación, el Consejo Promotor de la enseñanza del español en España, encargado, entre otras cuestiones, de aprobar el Plan anual de Marketing. Asimismo, el Anuario del Instituto Cervantes 2005 señala la necesidad de abordar en los próximos años el desarrollo del turismo idiomático y crear la infraestructura necesaria “para acomodar a los estudiantes y ofertarles actividades complementarias”.
Cursos en el extranjero
Los cursos de idiomas en el extranjero, especialmente en Reino Unido, tienen una larga trayectoria. Viajar al país donde se habla el idioma que se quiere aprender es la mejor forma de aprenderlo, porque no sólo se estudia ese idioma, sino que se entra en contacto con las costumbres del lugar y las peculiaridades de su cultura. Según estimaciones de la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (ASEPROCE), el conjunto de empresas promotoras de idiomas en el extranjero suman una facturación anual de 400 millones de euros. Sólo en 2005, cerca de 100.000 españoles viajaron al extranjero para aprender un idioma, el 60% de ellos menores de edad.
En 2005 cerca de 100.000 españoles viajaron al extranjero para aprender un idioma, el 60% de ellos menores de edad
Por modalidad, para estancias cortas existen cursos de idiomas semi-intensivos, con una media de 20 clases por semana, o intensivos, con unas 30 clases semanales, mientras que para estancias largas se puede elegir entre los cursos de trimestre, semestre o un año académico completo. Datos de las organizaciones integradas en la Agrupación Educativa de Cursos Académicos en el Extranjero (AECAE) señalan que en el año académico 2004-2005, unos 2.500 estudiantes españoles de ESO y Bachillerato cursaron sus estudios en el extranjero. Los destinos más solicitados fueron Estados Unidos (70%), Irlanda (15%), Gran Bretaña (13%) y Canadá (2%). Además, también es posible cursar estudios para la preparación de exámenes oficiales, dirigidos a ejecutivos que aprenden el idioma por motivos profesionales, otros usos específicos (turismo, derecho?) y, en los últimos años, destaca la oferta de cursos en casa del profesor, donde la inmersión del alumno en la lengua y en las costumbres del país es total, ya que se aloja en la misma casa que el profesor, en contacto constante con el idioma.
En este sentido, en cuanto al alojamiento, existen otras modalidades como la estancia en residencias, internados, centros universitarios o, la opción mayoritaria, que es la convivencia en familias. “Independientemente del centro por el que opten, a los alumnos se les anima a combinar su trabajo académico con una vida social intensa”, explica una portavoz del British Council en España. Además, durante la estancia en el país extranjero el estudiante cuenta con un coordinador o responsable de área, que vive en la misma comunidad que él y que se encarga de ayudarle a solucionar los problemas que puedan surgir, tanto personales como académicos. Por ello, es importante asegurarse de que el coordinador sabe español, para poder comunicarse con él sin problemas.
El objetivo es aprovechar el viaje porque el desembolso es importante. A los honorarios académicos hay que sumar los precios del alojamiento, las compras, las salidas o los gastos de transporte, entre otros. Unos costes que varían enormemente según la zona y el tipo de curso que se elija.
Consejos para que nada falle
Los cursos de idiomas deben elegirse de acuerdo a las necesidades específicas de cada estudiante, que debe tener claras dos cuestiones: el país o la ciudad en que quiere estudiar y el tipo de curso que desea. Es recomendable que antes de viajar a otro país se tengan unos mínimos conocimientos de gramática y vocabulario del idioma, muy útiles al comienzo de la estancia. Es importante informarse de todos los detalles antes de contratar un programa y contactar, si es posible, con un asesor del país de origen que conozca de primera mano tanto el destino como el curso elegido. Las agencias que organizan cursos en el extranjero realizan también sesiones de orientación previas a la salida del alumno, que están dirigidas a padres y estudiantes y cuya finalidad es informar detalladamente sobre todos los aspectos relacionados con la vivencia en el extranjero. En definitiva, antes de partir hay que tener en cuenta los siguientes consejos:
- Informarse correctamente para evitar ser engañado por alguna de las organizaciones ‘pirata’ que operan ilegalmente en España. Hay que sospechar de compañías muy económicas, desconocidas y poco transparentes, sin garantías, ni contratos, ni cobertura legal, ni posibilidad de reclamación.
- Prudencia antes de firmar el contrato y pedir detalles sobre los servicios y las características del viaje, la estancia y el proceso formativo. Se debe exigir que aparezcan también los datos (nombre y CIF) de la empresa española que vende el programa y conviene tener a mano los documentos que prueben todo lo que se ha contratado para solventar posibles problemas en el lugar de destino.
- Otro de los problemas más comunes suele ser la duplicidad de estudiantes en una misma familia, es decir, que en la misma casa convivan varios estudiantes y que, incluso, todos sean españoles. Se debe aclarar a la agencia que éste no es el objetivo del viaje ya que, de esta manera, se limitan las posibilidades de practicar inglés. Tampoco es recomendable que en el curso contratado haya mayoría de estudiantes que hablen la misma lengua materna.
- Calidad y prestigio del centro. Es importante preguntar sobre estas cuestiones, así como por la cualificación de los profesores y el número de alumnos por clase. A partir de 10 alumnos por aula, el nivel de calidad decae de manera importante.
- Predisposición.El estudiante debe estar predispuesto a integrarse en el país al que viaja. Es bueno que acuda al cine o al teatro, que realice excursiones o actividades deportivas y que mantenga la mente abierta al conocimiento de otras culturas.
- Normas y deberes. Siempre hay que respetar las normas y deberes del país que se visita. Se pueden dar casos de repatriación o expulsión por no hacer caso a las autoridades e incumplir las leyes.
- Servicios médicos. Contratar un seguro médico privado es un elemento imprescindible, sobre todo si la estancia va a ser prolongada. Un seguro completo cuesta en torno a 20 euros si es de una semana y 38 euros si es de un mes.
- Documentación obligatoria. Comprobar que el pasaporte, si se necesita, y el DNI no están caducados, y preguntar si es necesario un visado, algunos países lo exigen cuando el estudiante pretende realizar estudios durante más de 90 días.