El cerebro humano puede usar dos mecanismos distintos para medir el paso del tiempo, asegura el científico español Javier Medina a la revista «Neuron», tras trabajar con monos y descubrir que éstos miden el paso de los milisegundos de forma intuitiva, pero también según la velocidad y el espacio recorrido por un objeto de interés.
Medina explica que el trabajo del equipo de científicos con los que trabajó consistió en demostrar que, aunque el cerebro es capaz de medir el tiempo a base de ir contando cómo pasan los milisegundos, algo que recibe el nombre de «cronometro neuronal», ese no es siempre el caso.
Este trabajo confirma precisamente que los milisegundos también son contados por el cerebro en función de la velocidad y el espacio recorrido por un objeto de interés, insiste este científico, que trabaja en el Howard Hughes Medical Institute, en la Universidad de California. Al parecer, el cerebro elegiría uno u otro sistema dependiendo de cuál le resultara más útil, con mayor precisión temporal.
En el experimento, un grupo de monos contemplaba en una televisión un puntito de luz, que empezaba a moverse hacia la derecha, y que, tras haber transcurrido un cierto tiempo (por ejemplo 500 milisegundos), cambiaba de dirección para ir hacia arriba.
Al repetirse esa trayectoria una y otra vez, los monos eran capaces de predecir el momento exacto en el que el puntito de luz cambiaba de dirección; por ello, según Medina, el cerebro de los monos tiene que poder medir el paso del tiempo con muchísima precisión.