La hasta este momento controvertida tesis de que el Homo floresiensis es una especie diferente dentro del género Homo ha sido confirmada por un estudio de científicos de la Universidad del Estado de Florida, que han conseguido recrear por ordenador la imagen tridimensional de su cerebro a partir del cráneo hallado en la isla de Flores, en Indonesia, en 2003. Así, y según este trabajo, se desecha la teoría de quienes defendían que se trataba de un Homo sapiens con enanismo o con algún tipo de patología causante de microcefalia.
Los investigadores, bajo la dirección del profesor Dean Falk, reconstruyeron en imágenes virtuales el interior de la bóveda craneana del Homo floresiensis y lo compararon con el interior de los cráneos virtuales de diez seres humanos normales. Asimismo, lo contrastaron con otros diez cráneos de personas con microcefalia primaria o secundaria.
Los autores del estudio, que ahora se publica en el último número de la revista de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense (PNAS) «confirman la tesis del Homo floresiensis como una especie humana diferente del hombre moderno». Los científicos señalan además que los datos obtenidos pueden servir para diagnosticar casos de microcefalia en la actualidad.
Los restos del Homo floresiensis, con una antigüedad estimada en 18.000 años, fueron descubiertos en 2003 en las capas de sedimento del interior de la cueva de Liang Bua, en la isla indonesia de Flores. Los descubridores, entre ellos Richard Roberts, de la Universidad de Wollongong (Australia), concluyeron que se trataba de una especie diferente e igualmente evolucionada que el Homo sapiens. Sin embargo, otros antropólogos consideraron, tras examinar el cráneo, que se trataba simplemente de un pigmeo afectado de microcefalia.