A través del estudio «Educación y formación 2010», la Comisión Europea ha lanzado una serie de cifras que ponen en un compromiso el nivel de enseñanza en España. El citado trabajo plantea las carencias de los Estados miembros en esta materia y propone una modernización de los sistemas de formación en Europa para alcanzar ambiciosos retos de aquí al año 2010.
España, según el informe, saca los peores resultados en materias como el abandono escolar. Nuestro país supera las cifras europeas cuando se trata de jóvenes entre 18 y 24 años, que en un porcentaje del 31,1% no poseen ni siquiera el título de Educación Secundaria, frente a la media europea de 15% en 2004. Ello cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que la Unión Europea se ha propuesto llegar a cifras de abandono escolar inferiores al 10% en 2010.
En el estudio europeo también resalta el porcentaje de jóvenes españoles que han finalizado los estudios secundarios, con diez puntos por debajo de la media europea (61,8% frente a 76,7%), con más mujeres graduadas que hombres. Estas cifras convierten a España en el tercer país de la UE con menor número de alumnos en superar Secundaria, junto a Portugal y Malta.
Por lo que respecta a formación académica de nivel superior que se cursa a partir de los 25 años, España vuelve a quedar muy por debajo de la media europea, situada en un 9,9%. Tan sólo un 5,1% de españoles continúan estudiando o retoman sus carreras en su etapa adulta, frente a los porcentajes superiores al 35% de Noruega, Finlandia, Dinamarca y Suecia.
Tampoco en lo referente a la Universidad nuestro país se encuentra entre los más atractivos en términos de movilidad, puesto que no dispone de planes de educación compartidos con centros extranjeros con vistas a expedir títulos o diplomas conjuntos.
Una inversión pública se impone así como una de las medidas que es necesario tomar. Según el estudio, España, con una inversión del 4,4% de su PIB, se encuentra por debajo de la media europea, un 5,22% entre 2000 y 2002. Sin embargo, el problema afecta al conjunto de países europeos que, según el informe, cuenta con una inversión total (pública y privada) del 1,28% del PIB de la UE, mientras países como Canadá o Estados Unidos invierten un 2,5% y un 3,25% de su PIB, respectivamente.