La irradiación con ultravioletas de los sistemas de climatización y refrigeración de las oficinas se ha revelado como una de las soluciones, parciales, a lo que se conoce bajo el nombre del síndrome del «edificio enfermo». Esta patología, de la que comenzó a hablarse a finales de los años setenta, se caracteriza por el cúmulo de enfermedades, principalmente respiratorias y alérgicas, que se producen en las oficinas motivado por una tipología constructiva que favorece el ahorro de energía.
La bondad de la utilización de los ultravioletas ha sido demostrada por un equipo de investigadores del Instituto Chest de Montreal vinculado a la Universidad McGill de Canadá. En un artículo publicado en la última edición de «The Lancet» demuestran que el empleo de irradiaciones de ultravioletas germicidas (UVGI) rebaja la toxicidad de los sistemas de refrigeración en más de un 20 por ciento de media.
El descenso en enfermedades vinculadas al aparato respiratorio fue cifrado en un 40 por ciento, mientras que en el caso de las irritaciones de las mucosas registró un 30 por ciento, principalmente en aquellos empleados que nunca habían fumado y no habían sufrido alergias conocidas. El estudio fue realizado durante 48 semanas en una oficina en la que trabajaban 771 personas, a intervalos semanales de acción de los ultravioletas sobre los sistemas de ventilación y refrigeración.
El director de la investigación, Dick Menzies, consideró que la instalación de UVGI en las oficinas norteamericanas «podría resolver las enfermedades del trabajo causadas por la contaminación bacteriológica causada por la calefacción, la ventilación y la climatización de los sistemas en cerca de cuatro millones de empleados», además de poder ser rentable «a largo plazo comparándolas con las pérdidas anuales que causan las enfermedades».
Los estudios realizados sobre el síndrome del «edificio enfermo» indican que son las mujeres y los jóvenes el sector de empleados más afectado por los efectos de los elementos contaminantes de un edificio. Este síndrome se define como el conjunto de síntomas inespecíficos que muestran al menos una quinta parte de los trabajadores de un mismo inmueble, aunque también se producen en casos aislados. Las enfermedades que producen pueden tener origen infeccioso como la legionella o los alergenos como el asma o la dermatitis, entre otros.