Una mujer española que se ha sometido a un novedoso tratamiento de reproducción asistida ha conseguido tener una niña sana a pesar de que el padre padecía una anomalía cromosómica grave. Tal alteración abocaba a la mujer a sufrir reiterados abortos y hacía inviable la gestación.
El logro ha sido posible gracias al diagnóstico genético preimplantacional, consistente en analizar los embriones y desechar los que sufrían la disfunción cromosómica del padre. De los seis embriones conseguidos mediante fertilización «in vitro», sólo dos eran genéticamente normales, que fueron los que a la postre se implantaron en el útero de la mujer.
La clínica Tambre de Madrid es la que por primera vez ha aplicado la técnica en España para que un padre con traslocación recíproca de los cromosomas 1 y 11 pueda tener un hijo sano. Según explicó el director médico del centro sanitario, Pedro Caballero, a todos los embriones, obtenidos mediante una estimulación ovárica previa, se les extrajo una célula (blastómera). A continuación se analizaron los núcleos de las células para ver si existía traslocación.
Rocío Núñez, embrióloga de la clínica, adujo que la extracción de la blastómera se realiza cuando el embrión tiene seis o siete células, de manera que la intervención no resulta traumática. De acuerdo con Caballero, en el análisis genético se estudian ocho cromosomas, lo que hace posible comprobar la presencia o no del 80% de las enfermedades que se conocen en la actualidad.
La anomalía cromosómica que aquejaba al varón incidía de lleno en su capacidad reproductora, por cuanto producía abortos espontáneos en la mujer, además de que en caso de que prosperase la gestación, había un 12% de posibilidades de que el recién nacido sufriera graves malformaciones congénitas.