Todavía son muchas las dudas que se ciernen en torno al hombre del Neandertal, a pesar de que su aparición en Europa fue hace más de 125.000 años. Se conocen datos sobre su fisonomía; se sabe también que su capacidad craneana era superior a la del hombre moderno, y que su aspecto era robusto, así como que contaba con una gran fuerza manual. Pero aún hoy los expertos no poseen todos los datos sobre su modo de vida o la forma en que desapareció.
El reciente descubrimiento en la localidad valenciana de Chelva de un yacimiento arqueológico de 40.000 años de antigüedad servirá a los historiadores para desvelar dudas sobre el paso por la Tierra del Neandertal. Así lo aseguraban ayer fuentes de la Consejería de Cultura de la Generalitat valenciana, tras dar a conocer el hallazgo.
Éste tuvo lugar durante la campaña de documentación de pinturas rupestres que el Instituto de Arte de esta especialidad, dependiente de la Dirección General de Patrimonio, está desarrollando en los términos municipales de Chulilla, Tuéjar y Chelva.
Manuel Muñoz, director general de Patrimonio, y su equipo no quisieron desvelar ayer el lugar exacto donde se ha localizado el yacimiento, ante el temor de que fuese expoliado al carecer todavía de las medidas oportunas de seguridad. Las posibilidades que ofrece son múltiples, ya que hasta el momento nunca se había excavado allí.
La mayoría de asentamientos conocidos en la Comunidad Valenciana están ubicados en zonas de costa, por lo que el de Chelva servirá para conocer las estrategias de subsistencia de los hombres del Neandertal en las zonas montañosas del interior.
Cazadores de caballos
El hallazgo consiste en un abrigo (una cueva natural poco profunda) en cuya superficie se han encontrado abundantes huesos de caballos y de ciervo, y numerosas herramientas en sílex y cuarcita, como raederas y cuchillos de dorso, útiles usados por el hombre de Neandertal para descuartizar sus presas y para trabajar la madera.
Dado el emplazamiento y la abundancia de restos de caballos, se estima que pueda tratarse de un asentamiento de neandertales especializados en la caza de estos animales. Del hombre de esta época se conoce que era cazador-recolector y que dominaba el fuego. Estudios de material óseo han documentado en los últimos años casos de canibalismo. Las pruebas que se hallen en este yacimiento de Chelva podrán confirmar teorías como ésta.
Fuentes de la Consejería de Cultura valoraban ayer la importancia de este descubrimiento y lo comparaban con el de la Cova Negra de Xátiva, perteneciente al Paleolítico Medio, y lo calificaban como la evidencia más antigua de presencia humana en la comarca de Los Serranos.