Un grupo de investigadores del centro Espacial Johnson, de la NASA, ha descubierto, a partir de nuevos datos sobre las concentraciones de isótopos en meteoritos, que algunas pequeñas estrellas contribuyeron con su material a la formación de nuestro sistema solar. En sus orígenes, este material se mezcló de forma extraordinariamente eficiente con la nebulosa solar.
El equipo, dirigido por Alan Brandon, ha identificado varios tipos de granos de minerales de meteoritos con una serie de huellas isotópicas distintivas.
Los datos obtenidos revelan que esos granos procedían originariamente de estrellas pequeñas. Los investigadores identificaron huellas de esos granos en los datos obtenidos de isótopos de osmio presentes en meteoritos muy primitivos. Este descubrimiento hace suponer a los científicos que elementos como el renio y el osmio proceden de pequeñas estrellas con una elevada densidad de neutrones.