Diez diminutos fósiles de sólo 180 micras de longitud, descubiertos en un yacimiento geológico de China por científicos de ese país y de EE.UU., revelan que la aparición de los primeros seres vivos con simetría bilateral, con un lado derecho y otro izquierdo, se produjo 50 millones de años antes de la gran explosión de diversidad biológica registrada en el periodo Cámbrico.
Desde hace muchas décadas, los biólogos saben que los primeros animales pluricelulares tenían formas circulares. Como las medusas que hoy conocemos, la simetría de sus cuerpos era radial. El gran salto evolutivo llegó con la aparición de seres vivos con una simetría bilateral, ya que ese diseño anatómico facilitó el desarrollo de patas, alas, aletas y demás estructuras necesarias para realizar desplazamientos.
Hasta no hace mucho tiempo se pensó que este fenómeno, clave en el desarrollo de los animales, ocurrió hace entre 540 y 500 millones de años, en el Cámbrico. Pero en los últimos años, estudios de fósiles y genéticos apuntan a que el origen de la simetría bilateral es anterior. Así, en 1999, genetistas de la Universidad de Barcelona y del Museo de Historia Natural de Londres afianzaron esa hipótesis alternativa con un estudio basado en análisis de ADN. En este trabajo se identificó un subgrupo de gusanos planos, llamados acelos, como los descendientes vivos de esos primeros animales con simetría bilateral.
«Vernanimilcula guizhouena»
Cinco años después, investigadores chinos y estadounidenses aportan en «Science» pruebas basadas en fósiles que apuntalan los resultados del equipo hispano-británico. Se trata de diez animales fosilizados que, pese a medir menos de 200 micras, fueron hallados en rocas de la formación de Doushantuo (China), con una antigüedad estimada en 580 y 600 millones de años. Este equipo, dirigido por Eric Davidson, del Instituto Tecnológico de California, y Jun-Yuan Chen, del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing, detalla que estos primitivos animales microscópicos tenían una forma similar al de un caparazón aplanado de tortuga. Pese al minúsculo tamaño de esos animales, que han recibido el nombre científico de «Vernanimilcula guizhouena», en ellos se aprecian rasgos anatómicos bilaterales. Con potentes microscopios se pudo, incluso, distinguir órganos internos en sus cuerpos, así como otras estructuras como la boca y la faringe.
Los profesores Davidson y Chen eligieron el nombre de «Vernanimilcula», que significa «pequeño animal de primavera», porque esas primitivas criaturas aparecieron muy poco tiempo después de que la Tierra saliera de una intensa glaciación global. La compleja estructura de esos microfósiles chinos indica que esos diez ejemplares eran especímenes adultos, no larvas. Hasta este hallazgo, las formas vivas inequívocamente bilaterales que habían sido descubiertas en yacimientos de fósiles pertenecían a un animal similar a los moluscos. El nombre de esa especie es «Kimberella» y vivió hace 543 millones de años.
Los microfósiles chinos se encontraron en el mismo estrato geológico donde hace pocos años aparecieron los restos de los seres vivos multicelulares más antiguos conocidos. Eran esponjas, embriónicas y adultas, que tenían también un tamaño microscópico. El lugar donde se han sucedido a lo largo de la última década todos esos importantes hallazgos es una mina construida en la provincia de Guizhou para extraer fosfatos, que luego son utilizados como fertilizantes agrícolas.
La gran particularidad observada por los investigadores es que esas rocas ricas en fosfatos han demostrado una asombrosa capacidad para fosilizar pequeños y frágiles organismos del oscuro periodo anterior a la explosión zoológica del Cámbrico.