Los gatos no soportan el calor tan bien como las personas, a pesar de contar con mecanismos evolutivos que les permiten ahorrar agua corporal. Pero una pérdida del 10% de líquido ya pone en peligro serio al animal, tanto que puede morir. Un felino que sufre un golpe de calor se muestra inquieto, respira con dificultad y se acicala demasiado. En este artículo se detalla qué hacer en esta situación: retirarle de la zona de calor, cubrirle con una toalla húmeda, ofrecerle agua sin forzarle, medir su temperatura corporal y acudir con urgencia al veterinario.
Gatos, desérticos pero no tan protegidos contra el calor
Los gatos no toleran el calor tan bien como las personas. Esta debilidad a las altas temperatura tiene una explicación sencilla: los felinos no pueden romper a sudar como hacen los humanos. Estos amigos de cuatro patas carecen de glándulas sudoríparas repartidas por todo el cuerpo que les ayuden a perder el exceso de calor. Por ello, necesitan utilizar la boca, la lengua y las glándulas concentradas en sus patas para poder deshacerse de él.
Los gatos tienen su origen evolutivo en el clima desértico, y ello les ha dado algunas ventajas frente al calor: son capaces de expulsar una orina muy concentrada, sin perder gran cantidad de líquido durante la micción. Este mecanismo les permite ahorrar agua corporal pero no es infalible.
¿Qué ocurre cuando el felino pierde demasiado líquido? Los peligros para el animal no tardan en aparecer. «Los gatos que pierden el 10% de su agua corporal ya se encuentran en riesgo serio, y su metabolismo sufre daños; pero si esta pérdida supera el 15% de su contenido corporal, entonces el animal morirá», advierte el veterinario Harold Hintz, de la Universidad de Cornell (EE.UU.), coordinador de un extenso estudio sobre la salud de los felinos durante la época estival. De ahí que sea vital seguir los consejos veterinarios para prevenir un golpe de calor en gatos en el verano.
Los felinos no toleran los ambientes donde la temperatura es demasiado elevada. Esto explica por qué es importante animar al gato a beber mucha agua durante la época de más calor. También es posible preparar recetas refrescantes para felinos con las poder incitarle a que ingiera más líquido, entre ellas, congelar caldo de pollo. Y existen muchas más como las que se detallan en el artículo ‘Trucos sabrosos para que el gato beba más agua este verano‘.
Golpe de calor en gatos: ¿cómo reconocerlo?
«Los únicos mecanismos que tiene un felino para defenderse del calor es respirar aceleradamente, tratar de expulsar sudor por la zona de las patas y acicalarse o lamer su cuerpo con el objeto de perder temperatura», añade Hintz. Estas señales son las que alertan de que el gato padece o está en riesgo de sufrir un golpe de calor.
- Con el calor está inquieto: trata de encontrar un lugar fresco donde descansar, sin éxito.
- Jadea, respira acelerado, tiene los pies sudados y se acicala en exceso, con el fin de refrescarse.
- La boca y lengua del felino se enrojecen.
- Un gato con calor puede vomitar.
- Tiene andares más torpes de lo habitual: puede tropezar.
- Su temperatura corporal, medida en el recto, se acerca a los 40 ºC.
Golpe de calor moderado en gatos: ¿qué hacer?
Un golpe de calor moderado en felinos puede tratarse del siguiente modo. La idea es intentar bajar su temperatura corporal con ayuda de agua fresca, no demasiado fría, o toallas humedecidas. Para conseguirlo, el primer paso es llevarle a un lugar fresco de forma inmediata. Después, hay que envolverle en unas toallas mojadas con agua tibia. Utilizar agua demasiado fría puede ser contraproducente.
También conviene medir su temperatura rectal cada cinco minutos. Una vez que el gato recupere su temperatura normal, de unos 39,5 ºC, hay que secarle con el fin de que no pierda más calor.
También se le debe animar a que beba agua templada. Para ello, se puede dejar cerca su recipiente, aunque nunca forzarle. Y, a pesar de que parezca que el felino se ha recuperado, es importante acudir al veterinario para que pueda examinarlo.
Golpe de calor severo en gatos: ¿qué hago?
En el caso de encontrar al gato inconsciente a causa de un golpe de calor, es importante retirarle del ambiente cálido y mojarle con agua templada, no demasiado fría, o cubrirle con toalla húmeda, como si fuera un golpe de calor moderado. Se le puede colocar una bolsa helada cubierta con una toalla o un paño frío entre las piernas y llamar al veterinario o acudir con mucha urgencia a la clínica. La vida del peludo compañero está en peligro.
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