¿Por qué un gato tiene fiebre?
La fiebre es una respuesta del sistema inmunitario. Suele aparecer ante infecciones virales, bacterianas o fúngicas, la mayoría leves. Un catarro o una gripe puede provocar un aumento de la temperatura corporal de un gato.
Pero la fiebre en el felino también puede cursar en cuadros más graves. El moquillo, la leucemia, la bartonelosis, el lupus, la pancreatitis y ciertos tumores son otras enfermedades en las que la desregulación térmica al alza es uno de los síntomas.
Asimismo, hay causas no infecciosas que provocan fiebre en gatos. Neoplasias, fiebres inmunomediadas, enfermedades metabólicas, traumatismos y algunos fármacos, están entre las más corrientes, tal y como afirman los especialistas del grupo Vets & Clinic de Affinity Petcare. El hecho de que el animal haya recibido una vacunación puede ser también un motivo por el que la temperatura corporal sea inusualmente alta.
Síntomas frecuentes de fiebre en los gatos
Cuanto antes detectemos que el gato tiene fiebre, antes podremos tomar medidas. Hay ciertas señales que indican que el minino no se encuentra bien, todas muy evidentes. Por cierto, tocarle las orejas para medir su temperatura corporal no sirve de mucho. Estos son los síntomas más habituales de un gato febril:
🔸 Apatía
Si el animal se muestra alicaído, no tiene ganas de juguetear y altera sus rutinas, prefiriendo estar tumbado o escondido en un rincón, es señal de que no se encuentra bien.
🔸 Cansancio
Los gatos son animales curiosos por naturaleza, no es frecuente verlos inactivos o adormecidos. La fiebre deja a los mininos agotados y exhaustos; podría ser la causa de esa eventual fatiga.
🔸 Abandono de las rutinas
Un gato que no sigue sus protocolos de aseo diarios está advirtiéndonos de que algo no va bien, ya sea que tiene fiebre o cualquier otra dolencia.
🔸 Falta de apetito o poca sed
Cuando aparece la fiebre, comer y beber puede convertirse en un absoluto hándicap. Aunque le ofrezcamos su manjar favorito, el animal no querrá ni acercarse.
🔸 Hocico seco y caliente
Esta zona del cuerpo de los mininos siempre suele estar templada y húmeda, como ocurre con los perros. Cuando no es así, lo más probable es que la temperatura corporal sea más alta de lo normal.
Cómo tomar la temperatura a un gato
Un minino sano tiene una temperatura corporal de entre 38 y 39 oC, unos grados por encima de la que se considera normal en los humanos. Asimismo, cuando son cachorros, los gatos pueden tener una temperatura algo más baja o alta: no te alarmes si el termómetro desciende hasta los 37 oC en las primeras semanas de vida del peque o sube hasta los 39,5 oC.
La temperatura en los gatos solo se puede tomar en una zona de su cuerpo: en el ano. Si bien el termómetro que tengamos en casa es válido para realizar esta tarea, lo mejor es utilizar uno específico para animales; son más rápidos para hacer las mediciones.
En la práctica, sujeta al animal rodeando su cuerpo con un brazo y eleva su cola con la mano. Con la otra mano, introduce la punta del termómetro por el ano (puedes lubricarlo antes con vaselina) y gíralo haciendo palanca, con el objetivo de que toque la pared anal del animal.
Qué hacer si el gato tiene fiebre
Dado que la fiebre puede estar provocada por distintas causas, lo mejor es acudir al veterinario para que identifique qué le pasa al gato. De acuerdo con un estudio realizado por el American College of Veterinary Internal Medicine (ACVIM), que un minino tenga fiebre no es determinante de que exista una enfermedad, y por ello es necesario realizar un análisis serológico y un estudio clínico-patológico para obtener un diagnóstico fiable.
Mientras acudes al especialista, puedes valerte de distintos remedios caseros para bajarle la fiebre y hacer que el animal se sienta algo mejor:
- Ofrécele agua fresca con el fin de que no se deshidrate. Si la rechaza, utiliza una jeringuilla.
- Acomódale en una zona cálida y tranquila de la casa, para que esté lo más cómodo posible.
- Colócale compresas de agua fría sobre la cabeza, patas, abdomen e ingles al menos un par de veces al día.
- Proporciónale una dieta apetitosa: es mejor que coma raciones más pequeñas varias veces al día para facilitar la digestión de la comida. También puedes usar la jeringuilla, si ves que el animal se resiste a comer.
En ningún caso automediques al gato, ya que estarás encubriendo la causa de la fiebre y puedes dañar su salud si utilizas fármacos inadecuados. Recuerda que las pastillas de los humanos están totalmente prohibidas.