El carácter y modo de actuar de un perro depende de muchos factores, entre otros, el tiempo que haya permanecido con su madre y hermanos, el modo en que lo eduquen y traten sus dueños y su herencia genética. Perros que padecen ansiedad por separación de sus dueños, ladradores compulsivos o que destrozan la casa son algunas de las situaciones que pueden hacer sospechar que nuestro perro padece algún déficit en su socialización. Algunas pistas ayudan a esclarecerlo: un cachorro bien socializado es un perro adulto sin problemas, se adapta bien a su familia humana, se relaciona de manera adecuada con las personas y los animales y no tiene problemas para tolerar la ausencia de sus dueños.
1. Cachorro bien socializado, perro adulto sin problemas
Un perro psíquicamente sano nace, pero también se hace. Si bien tiene una carga genética que influirá en el hecho de ser más o menos nervioso, más o menos sociable con las personas y animales que le rodean, en su forma de ser y su carácter también influirá, y mucho, el hecho de que nazca sano y permanezca con su madre y hermanos hasta los dos meses de edad. De esta manera, el perro podrá completar su proceso de socialización. Esto implica que el cachorro aprenda a relacionarse con sus congéneres de una manera adecuada.
2. El perro se adapta bien a su familia humana
Una vez que el perro comienza la convivencia con sus dueños, lo normal es que se adapte de manera paulatina y sin complicaciones a la dinámica del hogar donde vive, tanto a los horarios de la casa, incluida la comida, como a los paseos diarios. El perro también debe adaptarse al espacio de su vivienda. No es lo mismo vivir en un piso de 70 metros cuadrados, que en un chalé con jardín.
Un perro bien socializado es feliz y está adaptado por completo a su entorno
Por otro lado, el perro también debe aprender a convivir con una familia determinada, que puede estar compuesta por niños, personas mayores y otros animales. En definitiva, el can debe hacer un gran esfuerzo adaptativo al entorno humano donde le toca vivir. Una señal de que cuenta con un carácter equilibrado pasa por comprobar que el proceso de adaptación evoluciona de manera adecuada y sin problemas.
3. El perro se relaciona sin problemas con otras personas
Cuando el perro tiene problemas de conducta, es habitual que muerda o gruña a las personas de la casa o que solo sea tolerante y sociable con la familia y no con las visitas. En esta situación, se entiende que el perro no está bien formado en su faceta social y es posible que no ocupe el lugar adecuado en la jerarquía familiar. Esto se traduce en: «Yo mando aquí y nadie me va a decir lo que tengo que hacer».
Un perro bien socializado es capaz de relacionarse con personas de su entorno y con extraños sin problemas
Un perro bien socializado es capaz de relacionarse con personas de su entorno y con extraños sin problemas ni enfrentamientos que impidan una convivencia adecuada. Miguel Ibáñez, profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y experto en comportamiento animal, explica que, para que un perro esté plenamente socializado, «debe estar bien educado, disfrutar de bienestar tanto físico como mental y ser capaz de acatar ciertas normas básicas de comportamiento para que sus dueños puedan tener un control sobre él».
4. El perro se relaciona de manera adecuada con otros animales
El hecho de que el perro se relacione sin tensiones y con fluidez con otros animales, sean de su misma especie o de otra, es síntoma de que es un animal bien socializado. Si un perro convive con otro can o con un gato, la convivencia no tiene por qué resultar inadecuada.
Las agresiones, las peleas continuas o la convivencia complicada y tensa, motivada porque el perro no tolere la presencia de otros animales, sobre todo si han convivido con ellos desde el principio, es un indicador de que la mascota puede padecer algún trastorno debido a una socialización inadecuada.
5. El perro no tiene problemas para tolerar la ausencia de sus dueños
Un perro bien socializado y sin problemas de conducta debe ser capaz de asumir la ausencia momentánea de sus dueños. El hecho de que las personas con quienes vive el animal se vayan a trabajar, entre otros, no ha de convertirse en un drama.
El perro que por quedarse solo unas horas ladra de manera compulsiva, destroza el mobiliario y se pone muy nervioso, sufre ansiedad por separación. En este caso, el veterinario puede exponer a los dueños ciertas pautas de actuación para corregir la conducta inadecuada del perro. Si no se consigue que el animal se adapte a la ausencia de los dueños, será necesaria la intervención de un etólogo o especialista en comportamiento canino.
Un perro es un animal social y, como tal, necesita el contacto con sus dueños. Un perro no puede pasar solo más de nueve horas diarias seguidas, pero hay canes que pasan en esta circunstancia demasiadas horas cada día. Sus dueños no tienen tiempo para estar con ellos debido a innumerables obligaciones. En estos casos, el perro no es feliz y desarrolla problemas de conducta porque vive en contra de su propia naturaleza social.
La excesiva soledad de perros con dueños que no les pueden atender de manera correcta es una queja habitual en las protectoras de animales. Así lo indica Arancha Sanz, abogada de la Sociedad protectora de Animales y Plantas de Madrid (SPAP): “Cada día recibimos en nuestras oficinas denuncias y quejas de personas que dejan abandonados en casa a sus perros durante horas y horas, e incluso durante días”.
Un perro bien socializado es feliz y está adaptado por completo a su entorno. Sin embargo, esto no es fácil de conseguir y los dueños cumplen un papel fundamental para lograr que su perro esté sano por dentro y por fuera.