El hecho de que el perro no sepa hacer sus necesidades en el momento y lugar adecuados es una de las cuestiones que más preocupa a los dueños. Cuando el perro levanta la pata y orina donde no debe o se encuentran excrementos por la casa, surgen tensiones y dudas sobre cómo actuar. La paciencia, constancia y coherencia de los dueños son fundamentales para agilizar el proceso de aprendizaje del perro.
Los perros no nacen, como los gatos, con el instinto de saber hacer sus necesidades en el lugar y el momento adecuados. Son sus dueños quienes se lo tienen que enseñar, ya que forma parte de un comportamiento que no es innato en el perro, sino fruto de las normas sociales a las que tendrá que acostumbrarse al vivir en un entorno humano.
La paciencia y la constancia son fundamentales para que el perro aprendade manera correcta y se pueden aprovechar conductas que sí son innatas en el animal, como el hecho de querer mantener limpia la madriguera, o la motivación que supone para el perro recibir una recompensa por hacer las cosas bien. Siempre hay que tender hacia el refuerzo positivo y no hacia el castigo.
Los perros, como los lobos, tienen desde cachorros una tendencia instintiva a abandonar la madriguera para hacer sus necesidades. De esta manera mantienen su cobijo limpio, para prevenir enfermedades de origen parasitario, y reducen el olor que les puede delatar frente a sus enemigos.
.jpg Es precisamente este instinto canino el que hay que aprovechar para que haga sus necesidades fuera de casa.
Cachorros y control de esfínteres
Al cachorro hay que habilitarle una zona donde pueda hacer sus necesidades. Un lugar que esté alejado de su comida y agua, así como de su cama. El rincón debe ser siempre el mismo y tiene que estar cubierto con papel de periódico. El perro puede elegir la zona que más le gusta para hacer sus necesidades. Es cuestión de colocar el papel de periódico donde él orine o defeque por primera vez.
Cuando los dueños están en casa deben supervisar al cachorro lo más posible sobre la manera correcta de comportarse. Si el perro hace sus necesidades en el lugar adecuado, hay que premiarlo con caricias, felicitaciones verbales y alguna golosina específica para perros.
Los momentos más habituales en los que el perro hará sus necesidades son: después de comer y beber, al despertarse o cuando termina de jugar, así que se puede hacer coincidir las salidas con estos momentos en los que el perro está más predispuesto a hacer sus necesidades.
Horario rutinario
Un síntoma de que el perro va a evacuar es cuando olisquea el suelo y gira sobre sí mismo. Cuando el cachorro comience a salir a la calle se acostumbrará de manera paulatina a hacer sus necesidades a las horas adecuadas.
El control de esfínteres no se consigue del todo hasta los cuatro meses de edadEl horario de paseo debe ajustarse siempre a las mismas horas, por ejemplo, por la mañana, después de comer y por la tarde. Al principio, hasta que coja un buen ritmo, se le puede ayudar sacándole cuando se muestre inquieto, porque tiene ganas de orinar. No es recomendable acabar el paseo cuando el perro ha acabado de hacer sus necesidades, hay que alargarlo unos minutos más antes de regresar a casa, para que pueda olisquear con tranquilidad, hacer ejercicio y relacionarse con otros perros.
De todas las maneras el control de esfínteres no se consigue del todo hasta los cuatro meses de edad, si a los seis meses, el perro no tiene un progreso adecuado, es recomendable consultar al veterinario. No hay que olvidar que es responsabilidad de los dueños mantener la vía pública libre de los excrementos de su perro, así que hay que ir provisto de bolsas especiales.
Una educación adecuada
El perro necesita que se le marquen unas pautas de comportamiento y normas claras, de esta manera será más fácil para él acatarlas. Un perro tiene mayor capacidad para aprender en los primeros meses de vida y cuanto mayor sea, más complicado será manejarle y hacerle acatar las normas básicas de convivencia. Hay que intentar comprender cómo piensa el perro. Él no entiende de reglas y de normas porque no sabe qué son, ni para qué sirven. Por ello, resulta complicado que acepte un rincón en casa donde hacer sus necesidades o un horario para salir a la calle.
Sólo a base de repetir e insistir, con paciencia y cariño, se logran los resultados esperados. El aprendizaje del perro dura toda la vida, así que hay que recordarle lo que ha aprendido y reforzarle con premios, cuando acata las normas de manera correcta.
Problemas de control de esfínteres
A veces, cuando el aprendizaje en el control de esfínteres no avanza a un ritmo adecuado, puede deberse a algún problema físico del perro, como una afección renal o de vejiga. Estos casos suelen ir acompañados de otros síntomas, como fiebre, inapetencia o decaimiento. Por lo tanto, no se trata de una cuestión de conducta, sino que habrá que acudir al veterinario para obtener un diagnóstico y aplicar un tratamiento para que el animal recupere la salud.
El horario de paseo debe ajustarse siempre a las mismas horas, por ejemplo, por la mañana, después de comer y por la tarde
Por otro lado, hay que tener claras las normas que queremos que cumpla el perro y transmitírselas con claridad y sin contradicciones para que las entienda con más facilidad. Pongamos un ejemplo: si queremos que haga sus necesidades en un lugar determinado de la casa, preparado con papel de periódico, no debemos permitirle que lo haga en otro lugar. Porque si se le permite hacerlo, aunque sólo sea en una ocasión, se comete un grave error. El perro lo interpretará como: carta blanca para hacerlo siempre que quiera, y será muy difícil corregirle.
Colocar papel de periódico en la zona donde el perro haga sus necesidades por primera vez.
Premiar al perro cuando lo haga bien. No usar métodos como el de restregar la cara del perro por donde ha hecho sus necesidades.
Ser ordenado con la rutina horaria para salir a la calle con el perro.
Si a los seis meses el cachorro no ha progresado lo suficiente, acudir al veterinario.
Paciencia y constancia son necesarias para lograr que el cachorro adquiera un hábito, que no es consustancial a su naturaleza.