Los españoles acudimos más a menudo al veterinario con nuestro perro o gato que hace diez años. Vacunamos y revisamos más a nuestros animales; les aplicamos tratamientos cuando están enfermos y consultamos con el veterinario pautas para cuidarles y alimentarles mejor en casa. Pero, ¿cómo se controla la calidad de los servicios veterinarios? Este artículo da respuesta a esta pregunta y explica qué normativa deben seguir las clínicas.
Clínicas veterinarias, un sello para saber que son de calidad
Las clínicas veterinarias pueden solicitar un certificado de calidad que garantiza que sus servicios son fiables para su clientela
El 50% de los hogares españoles tiene mascota en casa, según indican fuentes del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. La preocupación de las personas que comparten su vida con un animal doméstico sobre su salud y bienestar es, además, creciente. Esta inquietud ha tenido respuesta por parte del colectivo veterinario, que ha creado un certificado de calidad en las clínicas para animales.
«La finalidad de esta iniciativa es garantizar un servicio adecuado a la clientela de las clínicas veterinarias», explica Javier Martín, responsable de calidad del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid.
Hasta hace poco, no existía ninguna acreditación sobre la calidad del servicio que ofrecen los profesionales de la salud animal. No obstante, desde el año 2010, el colectivo veterinario ha creado un certificado de calidad que favorece el control del trabajo en las clínicas para animales. Desde que la norma de Gestión de Calidad de las Clínicas Veterinarias comenzó a funcionar, cerca de 40 clínicas en España han obtenido el certificado. Y hay alrededor de 25 candidaturas más que están en proceso de estudio para su certificación.
Aunque el primer paso para la creación de un certificado de calidad dio sus primeros pasos en la Comunidad de Madrid, colegios veterinarios de otros puntos de la geografía española, como Toledo, Guadalajara o Alicante, se han interesado por instaurar esta norma.
Norma de gestión de calidad en las clínicas veterinarias
El certificado de calidad de las clínicas veterinarias es una forma de garantizar la calidad de su servicioPero, ¿cómo afecta al usuario de las clínicas veterinarias la norma de gestión de calidad? Esta iniciativa tiene varios objetivos.
Modificar algunos hábitos de trabajo, en beneficio de la atención al propietario y a su animal de compañía.
Homogenizar los distintos centros veterinarios, para fijar una serie de objetivos básicos, con el fin de mejorar la calidad del servicio de la clínica.
Aumentar la transparencia de los servicios veterinarios, a través de la disponibilidad de documentación técnica a disposición de los clientes, como las tarifas o sus derechos.
Facilitar la comunicación y la transparencia entre el veterinario y sus clientes.
Clínicas veterinarias, ¿cómo obtener el certificado de calidad?
Para que una clínica obtenga su certificado de calidad necesita cumplir una serie de requisitos. Entre ellos, «contar con unas instalaciones, equipamiento y personal adecuados para cubrir los servicios de la clínica, que pueden ser consultas, hospitalización, urgencias veterinaria y cirugías», explica Martín.
No obstante, la concesión de los certificados de calidad de las clínicas se revisan cada año, asegura José Luis Blázquez, titular de la primera clínica veterinaria que obtuvo esta acreditación. «Para renovar el certificado, se revisan las instalaciones y la situación del personal de la clínica, que debe estar contratado y tener determinada formación», añade Blázquez.
Otros mecanismos de protección para el cliente y el paciente de la clínica veterinaria es la existencia del Comité Deontológico del Colegio Oficial de Veterinarios, que investiga las presuntas negligencias que se puedan producir en el ejercicio de la profesión. Este comité atendió en Madrid un total de 112 reclamaciones de clientes, de distintas clínicas veterinarias solo durante 2011.
No obstante, según un estudio realizado por los profesionales, los usuarios de las clínicas veterinarias valoran de manera muy positiva aspectos como el trabajo del personal. Aunque no existe el mismo grado de satisfacción en lo que respecta a los precios de los veterinarios: demasiado caros, según la mayoría de los encuentados.
Las clínicas veterinarias con esta acreditación cuentan con el distintivo en la propia clínica.
Tener cuidado con la publicidad engañosa, “para evitar contratar servicios en clínicas que no tienen tantas especialidades como anuncian”, advierte Blázquez.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los colegios veterinarios cumplen la labor de controlar que los veterinarios acaten el código deontológico de su profesión, que vela por que su labor se desarrolle de una manera responsable.