Las ventas de los llamados collares de adiestramiento para perros crecen. Sin embargo, los artilugios de púas causan heridas en el animal y, ni las cadenas que funcionan con presión ni los dispositivos antiladrido, que emiten olores o estímulos eléctricos, parecen una forma apropiada de tratar a nuestro peludo amigo. Estos collares suelen convertirse en una herramienta de castigo despiadado, que provoca ansiedad y heridas en el can. Sin embargo, cada vez son más quienes los utilizan. En el siguiente artículo se detallan los peligros de los collares de adiestramiento y se resalta la importancia de la educación en positivo. Las asociaciones de defensa animal también alertan sobre su crueldad.
Los collares de adiestramiento emiten estímulos desagradables, que provocan daño y ansiedad
Los collares de adiestramiento para perros, como los antiladrido, están en auge. El adiestrador canino Miguel Velasco calcula que, en los últimos cinco años, ha aumentado en un 30% la demanda de este tipo de collares por parte de particulares.
Sin embargo, un collar de adiestramiento «puede provocar más mal que bien», según apunta Gregorio Sánchez, experto en educación canina del centro de animales Los Cantiles, en Madrid. «Un collar de adiestramiento con púas o con impulsos eléctricos puede generar en el perro ansiedad», añade Sánchez. Incluso dolor y heridas, crueles e innecesarias. Un trato, en cualquier caso, poco apropiado para nuestro peludo amigo.
Este tipo de collares causan una sensación desagradable para el perro. Pueden emitir olores o un impulso eléctrico, pero también los hay que ejercen presión en el cuello.
Peligros de los collares de adiestramiento
Los collares de púas causan dolorosas y crueles heridas en el perroEn el mercado hay distintos modelos de collares de adiestramiento para perros. En el caso de los collares de púas, cuentan con un sistema de puntas, en contacto con el cuello del perro. Cuando el dueño tira del collar, el can siente la presión de las púas. Según el educador canino Gregorio Sánchez, «estos collares no son aconsejables».
Una opinión que comparte Velasco, quien apunta que estos collares pueden provocar en el perro dolor físico e, incluso, heridas en el cuello. «El animal puede resultar herido con facilidad», señala.
Las cadenas presionan el cuello del perro, un trato poco apropiado para un amigo peludo
Los collares de cadena (de nailon o cuero) se ajustan al cuello del perro cuando el dueño tira de la correa. El mecanismo es similar al de las púas, pero sin pinchos. Ejercen presión en el cuello, haciendo que el perro se sienta vulnerable. Un comportamiento poco correcto con nuestro amigo de cuatro patas.
Por su parte, los collares antiladrido emiten estímulos: olores desagradables, ultrasonidos e, incluso, impulsos eléctricos de baja intensidad.
Collares de adiestramiento, rodeados de polémica
Las asociaciones de protección de animales defienden el uso de una educación basada en premiar los comportamientos adecuados del perro, mientras que instan a evitar cualquier tipo de castigo físico, incluidos, los llamados collares de adiestramiento. La asociación BaasGalgos considera que suponen un maltrato para los perros.
«Todo lo que implique utilizar impulsos eléctricos o pinchos en los collares del perro es un maltrato y una barbaridad», afirma Beatriz Marlasca, presidenta de esta asociación. Desde BaasGalgos promueven la idea de que en lugar de castigar al perro, hay que utilizar las caricias y premios cuando el can se comporta de manera adecuada.
Igualdad Animal es una asociación de protección animal que tampoco apoya el uso de collares para técnicas de adiestramiento «que no son éticas». «Aunque haya perros que necesiten corregir problemas de comportamiento graves, el maltrato del animal nunca es defendible», concluye María González, miembro de Igualdad Animal.
En contra del uso de los collares de adiestramiento, la educación en positivo, es decir, con el uso de premios en lugar de castigos, es mucho más interesante, y más apropiada para nuestro peludo amigo de cuatro patas.
La educación de un perro debe comenzar desde que es cachorro y es aconsejable que se le eduque en positivo, es decir, con el refuerzo de premios y no con castigos.
Los premios y felicitaciones por parte de los dueños cuando el perro actúa de manera adecuada son fundamentales para la educación del animal.
El abuso sobre los animales no es solo una conducta cruel y deplorable sino que deja, además, importantes secuelas en el perro que lo sufre. En casos de maltratos, el animal precisa una reeducación específica que le ayude a confiar en su nuevo dueño y que le proporcione la serenidad y la calidad de vida que todo perro merece.