El momento más fértil de la pareja de perros coincide a partir del año y medio de edad. Los gestos de la hembra de perro indicarán que su óvulo está preparado y que acepta que el perro la monte. Sin embargo, la experiencia cuenta también en el mundo de la sexualidad canina y una pareja primeriza puede tener problemas para aparearse. Los test para medir la fertilidad de las hembras, así como someter el semen del perro a examen son otras claves para lograr que la perra se quede embarazada.
«Mi perra no se deja aparear» o «parece como si mi perro no supiese montar a la hembra» son quejas frecuentes entre los dueños de perros jóvenes y primerizos, sin experiencia en el apareamiento, que quieren cruzarlos para tener cachorros. La sexualidad canina, como la humana, tiene sus secretos. Sin embargo, sí se puede aprender a mejorar la fertilidad de la pareja de perros y, con ella, las posibilidades de un embarazo en la hembra.
El momento fértil de la pareja de perros
La madurez sexual de la pareja de perros empieza cuando cumplen el año y medio
Mientras que un perro macho puede ser fértil a partir de los seis meses de edad, su madurez sexual tardará algo más y no llegará antes de que cumpla el año o, incluso, el año y medio de edad. El aparato reproductor de una hembra de perro, por su parte, no funcionará a pleno rendimiento hasta su segundo celo, que llega a partir del año de vida.
Incluso hay veterinarios, como la doctora Ana Díaz Ramos, especialista en obstetricia y reproducción veterinaria de la Universidad Alfonso X El Sabio, que recomiendan esperar un poco más y no cruzar a la pareja de perros hasta que la hembra ovule por tercera vez. «El momento más apropiado es durante el tercer celo de la perra, cuando tendrá entre 18 y 24 meses», afirma Díaz Ramos.
El sangrado marca el inicio del celo en las hembras. «El ciclo sexual de una perra dura unos seis meses, entre los que hay cuatro meses completos de reposo de la actividad de sus ovarios», explica la veterinaria. Aunque en el funcionamiento sexual del perro no haya «reglas exactas, ya que varían entre razas e incluso entre perras de la misma raza», explica Díaz Ramos, sí hay algunas claves para aprender a conocerlo mejor.
El momento fértil de una hembra de perro se produce mientras ovula, algo que ocurre dos días después de empezar el sangrado. Es el periodo llamado proestro, que se puede prolongar durante algo más de una semana. «Durante este primer sangrado, la perra aún no es fértil», advierte la doctora veterinaria. Hay que esperar a que el flujo se reduzca y la perra entre en la denominada fase estro. «Entonces disminuye el sangrado, sin desaparecer, y la perra se mostrará receptiva para aceptar al macho. En ese momento, la hembra es fértil» y está lista para quedarse embarazada.
Gestos de la hembra de perro que indican que es fértil
La perra muestra con su actitud -y gestos- el periodo durante el cual su embarazo es posible. «Lo reconoceremos porque, cuando un perro la olfatee, ella se quedará quieta y apartará el rabo para dejar que él se aproxime», explica Díaz Ramos. El macho no debe perder ocasión: la perra se dejará montar durante poco más de una semana. El tiempo en que su óvulo estará listo para ser fecundado por el esperma del perro.
El apareamiento del perro incluye la puesta en escena de una serie de comportamientos de incitación a la monta por parte de la pareja. Una hembra dispuesta al encuentro sexual con un macho se hace notar. El cortejo de una hembra incorpora los juegos y los movimientos de la cola para mostrar su vulva. La perra indica su disponibilidad para aparearse con estas y otras señales, que no son siempre fáciles de interpretar por un macho inexperto.
Sin embargo, los perros, como los humanos, no nacen aprendidos. Tampoco en lo que al sexo se refiere. En general, precisan práctica y experiencia para convertirse en unos buenos amantes caninos, capaces de aparearse y tener descendencia. El perro puede disponerse a montarla, pero no siempre acertará. Un macho suele precisar varios intentos antes de lograr la penetración. Se produce entonces el apareamiento del perro, que puede prolongarse durante más de una hora.
Test para medir la fertilidad de las hembras
El nivel de progesterona en la sangre indica el momento en que la perra comienza a ovular
Estar atentos al comportamiento de la perra no es el único modo de conocer que la hembra está lista para el apareamiento. La cantidad de progesterona presente en su sangre es otra señal para saber cuándo la perra comienza a ovular. Esta hormona dirige su ciclo sexual y es esencial para asegurar el embarazo.
Realizar una citología de la perra también ayuda. El ligero raspado del cuello del útero -para tomar la muestra que se estudiará- revela el momento apropiado para la monta o, si se diera el caso, para una inseminación artificial. La prevención de enfermedades de transmisión sexual es una de las razones que pueden desequilibrar la balanza a favor de la fertilización controlada. La inseminación artificial tiene otra ventaja respecto a la monta natural: el semen del perro puede estudiarse y analizarse para medir su efectividad para dejar preñada a la hembra.
El semen del perro a examen
El esperma de un perro cuenta, y mucho, para asegurar el éxito de la fecundación de la pareja. La edad del macho, las condiciones ambientales, e incluso, el estrés pueden afectar a la calidad del semen del animal. Algo que deben conocer quienes pretendan criar con éxito una camada de canes.
El análisis del esperma del perro (espermiograma) no solo estudia la concentración o cantidad de espermatozoides presentes en la eyaculación del animal. La fortaleza o estado de salud de las células reproductoras es asimismo importante. En el laboratorio se puede medir, entre otras cosas, la movilidad de los espermatozoides.
La mala calidad del semen es la principal causa de infertilidad en los perros. Otras causas que pueden explicar la incapacidad del macho para fecundar son ciertas malformaciones del aparato genital y los problemas de obesidad.
Una pareja joven de perros puede mostrar desinterés por aparearse, algo que rebaja las posibilidades de que la hembra se quede embarazada. Hay que tener en cuenta que, en libertad, los perros -como las personas- eligen a sus parejas. Algo que no siempre ocurre en el mundo del pedigrí y de la cría selectiva de perros.
Una pareja de canes que muestre apatía por el encuentro puede necesitar ayuda. Y cuando la ayuda no basta, puede ser recomendable recurrir a la inseminación artificial. El veterinario puede ayudarle a tomar la decisión más acertada en cada caso.