Ser testigo de cómo la vida crece en el útero de la perra y del nacimiento de los cachorros es un privilegio que hay que disfrutar. Cuando Transcurren tres semanas desde la monta de la hembra, con una ecografía se puede saber si la perra está preñada e incluso determinar el número de fetos que alberga en su útero. También se puede saber qué número de crías saldrán adelante durante la gestación y el momento del parto.
Las nuevas tecnologías ayudan a que el animal tenga una gestación sin riesgos, porque se reducen las posibles complicaciones que se puedan presentar. Y es que los aparatos de ecografías son muy precisos en la actualidad y gracias a ellos se puede averiguar si los cachorros se desarrollan bien. También existe un test sanguíneo que ofrece un diagnóstico precoz y fiable. Sirve para detectar la presencia de una hormona llamada relaxina, que indica que la perra está preñada y se puede llevar a cabo cuando la hembra se encuentra en el día 25 de gestación.
Antes del embarazo
Pero, antes de que la perra se preñe, hay que tener en cuenta las vacunaciones previas a la monta y las desparasitaciones.
Cuando la perra se encuentra en el proceso de gestación de sus cachorros, su sistema inmunitario es menos efectivo, por lo que hay mayor riesgo de que padezca enfermedades infecciosas o de que se desarrollen otras que estaban latentes hasta el momento del embarazo. Es por ello que, cuando se conoce que la perra está embarazada, es recomendable llevarla pronto al veterinario para realizarla un chequeo y planificar las pautas a seguir durante la gestación, para garantizar la calidad de vida de la futura mamá y la de sus cachorros.
Con el embarazo la perra cambia su comportamiento habitual, porque se muestra más dependiente, cariñosa y hambrientaCon el embarazo la perra cambia su comportamiento habitual, porque se muestra más dependiente, cariñosa y hambrienta. El vientre de la hembra comenzará a estar más abultado, a partir del día 40 de gestación, salvo en las razas de tamaño grande. A partir del día 45, el crecimiento de los fetos comienza a ser muy rápido y transcurridos unos 15 días, los cachorros alcanzan entre los 150 y 700 gramos de peso. Y es que, la mitad del peso del cachorro se alcanza en el último cuarto de gestación de la perra.
El cuerpo cambia
Los cambios en el cuerpo de la perra continúan, por ejemplo las mamas aumentan su tamaño de manera notable. Es en ese momento cuando el veterinario puede aumentar la cantidad de alimento que debe ingerir la perra, aunque también se puede optar por un pienso específico para hembras gestantes. Y es que las futuras mamás necesitan cuidados especiales, para que estén en forma a la hora de parir y puedan sacar adelante a sus crías. Según Manuel Lázaro, veterinario de la clínica Mirasierra de Madrid,» la correcta atención de la perra, tanto antes de la fecundación, como durante la gestación, parto y lactancia, sobre todo en lo referente a la alimentación, condicionará el menor desgaste de la perra, así como la viabilidad de un mayor número de cachorros». El veterinario añade que hay que cuidar la alimentación sobre todo durante el último tercio de la gestación de la perra y sobre todo en el período de lactación, que es cuando las necesidades nutricionales de la perra pueden llegar a triplicarse. De todas las maneras, la perra no necesita parir al menos una vez en la vida. De hecho, No ocurre nada si no lo hace, porque ni su salud, ni su bienestar se ven afectados si no tiene descendencia.
Esterilización y prevención
Cuando la perra no va a tener cachorros, la esterilización es una alternativa que, además de evitar camadas indeseadas, se considera como un medio preventivo frente a ciertas patologías como: las infecciones de útero, los tumores de mama, los quistes ováricos, o los embarazos psicológicos.
Las máquinas de ecografías son muy precisas en la actualidad y gracias a ellas se puede averiguar si los cachorros se desarrollan correctamente
Hay que tener en cuenta que hace siglos que las perras no paren solas y que los partos se llevan a cabo con ayuda y supervisión humana. Esto implica una pérdida de la capacidad instintiva de parir en solitario. Pero también hay muchas perras que tienen sus cachorros sin ayuda, aunque pueden presentarse complicaciones, así que es recomendable que la perra no esté sola durante el parto, que puede durar varias horas.
Compañía durante el parto
La presencia de los dueños tranquiliza a la parturienta, que puede elegir varias posturas para tener a sus cachorros: tumbada de lado, sentada, en cuclillas o de pie. El primer signo de que el primer cachorro está a punto de llegar al mundo es la aparición de una burbuja de color oscuro por la vulva. Esto significa que el cachorro viene envuelto en una membrana y que el saco está intacto. De manera instintiva, la perra debe rasgar la placenta, romper el cordón umbilical con los dientes y limpiar al cachorro con la lengua. Algunas perras primerizas no lavan bien a los perritos, y ahí se le puede echar una mano, masajeando a los recién nacidos con una toalla limpia. Y por lo demás, a disfrutar del momento mágico de la llegada de los cachorros al mundo.
Acudir pronto al veterinario para supervisar cuanto antes la gestación.
La perra necesitará más cariño y atención de lo habitual.
No dejar sola a la perra durante el parto.
No hay que alarmarse porque el parto sea largo. Lo normal es que dure horas.
No es cierto que la perra necesite tener una camada al menos una vez en la vida.
Si la perra no va a tener camadas es recomendable esterilizarla para prevenir patologías como los tumores de mama, los quistes ováricos o las infecciones de útero.