Los perros ladran; y los cachorros, también. Sea cual sea su edad, es el medio del que estos animales se sirven para comunicarse con los humanos. Pero, a veces, la cría canina ladra demasiado. ¿Qué se debe hacer en estos casos? Como se explica en este artículo, el primer paso es entender el motivo: siente estrés, tiene miedo a quedarse sola, etc. Y, después, conocer algunos trucos sencillos que ayudan a calmar al pequeño perro ladrador.
¿Por qué ladran los cachorros de perro?
«Los ladridos son una vocalización comunicativa que los perros utilizan con distinto significado en función de la situación», aclaran los veterinarios de la Sociedad Humana, dedicada a la protección de los animales.
El can ladra cuando protege su territorio o a sus humanos. Pero también lo hace cuando tiene miedo, el animal está aburrido, ofrece una invitación a jugar o padece estrés y ansiedad por separación de sus dueños. Los ladridos, en consecuencia, sirven a los cachorros para comunicarse con las personas.
Pero los ladridos excesivos de algunas crías pueden tener distintos significados. En ocasiones, el pequeño perro solo intenta llamar la atención de su propietario: es normal que se sienta desubicado en su nuevo hogar, ya que aún no cuenta con las herramientas sociales que precisa y que adquirirá con los meses. Su dueño será su único punto de referencia.
¿Por qué calmar a un cachorro que ladra sin parar?
Aprender a calmar a un cachorro es importante: el estrés incrementa las posibilidades de que sufra algún accidente indeseado, fruto de su falta de control y atención.
Cuando ladra con el fin de acaparar la atención de manera continuada, en general es recomendable ignorar este comportamiento. Prestarle la atención desmesurada que solicita a menudo deriva en una cada vez mayor exigencia y dependencia. En consecuencia, el estrés y la ansiedad del can aumentarán.
Un cachorro que recibe una atención excesiva puede desarrollar el síndrome de la ansiedad por separación: el pequeño ladra de forma compulsiva, puede destrozar muebles en casa y hasta puede hacer sus necesidades en sitios no apropiados para llamar la atención. Pero, sobre todo, las crías de perro muy nerviosas y dependientes lo pasan mal cuando llega el momento de separarse de su dueño.
Ignorar el ladrido del cachorro
Retirar por completo el contacto visual al cachorro ladrador es un modo de impulsarle a que desarrolle su necesaria autonomía. Es normal que pueda parecer complicado no prestar la atención que la ansiosa cría solicita. Pero no hay que sentirse culpable: conviene no olvidar que se trabaja para hacer de ese pequeño un can autónomo más feliz.
Es importante también no hablarle cuando ladre de manera compulsiva. Para ello, es esencial esperar hasta que la cría de perro se haya tranquilizado y hayan cesado sus ladridos nerviosos. Entonces, conviene acariciar al cachorro y proponerle juegos y caricias para que se relaje.
Desensibilizar al cachorro ladrador
Cuando el can comienza a ladrar de un modo excesivo, suele funcionar tratar de alejarse de él. Hay que esperar unos minutos o el tiempo que el perro precise para calmarse. Es entonces el momento de acercarse de nuevo y acariciarlo como recompensa.
También sirve ofrecer al cachorro, una vez que hayan parado los ladridos, algún premio o gallera casera para perros. Con ello se trata de que aprenda a relacionar sus buenas conductas con ciertos refuerzos positivos. La paciencia y la constancia son fundamentales para que el can lo asimile de manera correcta. Siempre hay que tender hacia el refuerzo positivo, y no hacia el castigo.