Si tenemos peces y nos vamos de vacaciones, lo idóneo es buscar a una persona de confianza para que acuda a nuestro domicilio un par de veces por semana. Además de alimentar a los peces, podrá comprobar que la temperatura y aspecto del agua es el adecuado.
Pero si no encontramos a nadie, también podemos optar por colocar una pastilla de alimento o instalar un comedero automático. Estas soluciones implicarán realizar cambios de agua previos y posteriores a nuestro viaje. Prevenir posibles subidas de temperatura y garantizar una correcta cantidad de luz diaria del acuario es, asimismo, fundamental.
🐠 Para ausencias de tres o cuatro días
Por mucho que queramos, los peces no deben viajar. Los pequeños transportines que venden en las tiendas para llevar a los animales de un lado para otro no son adecuados para largas estancias vacacionales; tampoco las bolsas de plástico en los trayectos. Buscarles un nuevo tanque veraniego no es, en definitiva, buena idea.
Los peces son muy frágiles y se estresan con facilidad. El agua de su acuario tiene un pH, una temperatura y una iluminación muy concretas que garantizan su bienestar. También tiene importantes microorganismos. Por ello, a no ser que sea absolutamente imprescindible, no deben abandonar su hábitat vital.
Como contrapartida, los peces están entre las mascotas que menos problemas dan para quedarse solos en casa. En ausencias de tres o cuatro días sobreviven sin demasiados problemas.
No recibir comida durante varias jornadas apenas les afecta (siempre que no sean especies muy delicadas). Así que antes del viaje, solo debemos comprobar que el agua está en perfectas condiciones y depositar una pequeñísima cantidad de alimento. Ojo, no debemos pasarnos con la ración: corremos el riesgo de sobrealimentarles y ensuciar el agua. Mejor quedarse corto que pasarse.
🐠 Más de una semana de vacaciones
Las ausencias más largas deben planificarse con antelación. Antes de partir hay que pensar muy bien cuál es la mejor solución para que los peces no estén desatendidos y podamos seguir disfrutando de ellos a nuestro regreso. Para garantizarles alimento hay tres posibilidades:
🐟 Cuidador a domicilio
Siempre que podamos, buscar una persona de confianza que se encargue de su atención en las vacaciones es la mejor solución. Con acudir a nuestro domicilio cada tres o cuatro días para suministrarles comida sería más que suficiente. En esas visitas debería comprobar el estado del agua, su temperatura, y vigilar si no ha surgido ningún contratiempo (con el filtro o el temporizador de luz, por ejemplo).
🐟 Pastillas de comida
Otra posibilidad es comprar un bloque de comida o instalar un alimentador automático. Hay bloques o pastillas para distintos periodos de tiempo: desde tres a quince días. Se disuelven solo cuando los peces comen y no ensucian el agua. Su composición puede ser diferente dependiendo de la especie del animal; lo mejor es consultar en una tienda especializada cuál es la más adecuada para nuestros peces.
🐟 Dosificadores de alimento
Para ausencias más prolongadas, superiores a dos semanas, o para acuarios grandes y con muchos peces, lo mejor es colocar un dosificador de alimento. Estos aparatos liberan una cantidad exacta de comida diaria. Son programables y funcionan con pilas, por lo que no deberían dar muchos problemas de funcionamiento: escoge uno de una buena marca para ahorrarte disgustos.
🐠 Garantizar la luz y la salubridad del agua
Además de alimentarlos de manera adecuada, nuestros peces necesitarán de su ración diaria de luz. Si es natural y la reciben por la posición de acuario, deberemos cerciorarnos de que es la misma que tienen cuando estamos en casa. Si, por ejemplo, el tanque está junto a una ventana y bajamos la persiana al irnos de vacaciones, las condiciones lumínicas no serán las mismas.
En el caso de que la luz sea artificial (o necesitemos proporcionársela de esta manera durante nuestra ausencia), lo mejor es colocar un temporizador de iluminación: así los peces no notarán ningún cambio en sus rutinas.
Antes de irnos de viaje también es preciso que comprobemos la salubridad del acuario. Lo mejor es hacer un cambio de alrededor de un 10 % de agua previo a nuestra partida. Tendremos que repetir esta operación a la vuelta.
🐠 Cuidado con la temperatura
Cuando los grados suben más de la cuenta, como ocurre en verano, la cantidad de oxígeno del agua se reduce significativamente. Si bien los peces están acostumbrados a los cambios cíclicos de temperatura, esta situación puede provocarles importantes daños.
Para proteger a nuestras acuáticas mascotas ante una posible ola de calor, hay que:
- situar el acuario en la zona más fresca de la casa.
- instalar un aireador auxiliar de agua. Estos dispositivos aumentan el movimiento del fluido en el tanque, beneficiando el intercambio gaseoso.
- otros trucos: colocar un pequeño ventilador que airee la superficie del agua o el sumidero (eso sí, programable y a pilas), abrir la tapa del acuario (si las especies residentes lo permiten) o reemplazar la iluminación del tanque por luces led (que no emiten calor). Ten en cuenta que, en todos ellos, se favorece la evaporación del agua: antes de ponerlos en práctica, valora los pros y los contras.