No es extraño que los cachorros de perro alojen parásitos en su organismo al nacer. Sin embargo, estos gusanos intestinales frecuentes en las crías pueden ser peligrosos para los vulnerables neonatos. En ocasiones, la propia perra embarazada transmite los parásitos a los cachorros durante el embarazo o la posterior lactancia. Esto explica que se deba acudir pronto al veterinario y empezar un tratamiento desparasitario adecuado. Además, la higiene es esencial para luchar contra los gusanos.
«La desparasitación es fundamental para nuestra salud y la de nuestro cachorro», explica la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC). Ante cualquier sospecha de que el cachorro tenga parásitos, es esencial realizar una visita al veterinario.
Lombrices y tenias son dos tipos de parásitos intestinales frecuentes en los perros, que también afectan a los cachorros. La diferencia fundamental entre estos gusanos radica en su forma. Mientras que las lombrices son gusanos redondos, con la forma de un cordón, la tenia es un tipo de gusano plano, más parecido a una cinta.
A pesar de su distinta fisonomía, los dos son dañinos parásitos intestinales, que llegan al aparato digestivo de la cría con la misma intención: alimentarse del alimento que el pequeño y vulnerable cachorro ingiere.
El organismo de una mascota infectada reacciona con virulencia a estos visitantes de su intestino. Entre las señales que pueden avisar de que nuestro perro aloja parásitos, figuran las diarreas y los vómitos. En otras ocasiones, nuestro perro puede padecer molestas flatulencias o problemas de estreñimiento. Lombrices y tenias provocan, a la vez, una pérdida de salud generalizada en el cachorro.
Los gusanos se transmiten de la perra a los cachorros
En ocasiones, la madre transmite estos nocivos parásitos a los cachorros durante el embarazo o la posterior lactancia, a través de la leche materna, si la perra está infectada.
No es extraño que los cachorros de perro alojen parásitos en su organismo al nacer
Una perra embarazada puede transmitir sus parásitos a los cachorros que crecen en su interior. Aunque la mejor opción es prevenir, en especial cuando la perra espera los cachorros, no siempre se llega a tiempo para combatir a los gusanos intestinales.
«La prevención es la mejor estrategia para evitar la infección por gusanos internos en una perra embarazada», apunta la veterinaria Diana Contreras. En su opinión, además, es relevante aumentar los controles de parásitos antes de cruzar a la perra y fortalecer la frecuencia del habitual tratamiento desparasitario.
Primer paso: la visita al veterinario
Si sospecha que su cachorro puede tener parásitos internos en su intestino, lo primero es acudir pronto al veterinario. Él recomendará el tratamiento adecuado.
La primera dosis para eliminar a los nocivos gusanos del interior del cuerpo de la cría del perro se administra, con frecuencia, cuando el cachorro ha cumplido en torno a las dos semanas de edad. Sin embargo, a menudo, esta primera toma no es suficiente para acabar con la infección, ya que las larvas de los parásitos pueden ser muy resistentes a los medicamentos.
Esto explica que, aunque los gusanos adultos se hayan eliminado, sea habitual que los huevos depositados no tarden en eclosionar y los parásitos logren colonizar de nuevo el cuerpo del cachorro y haya que repetir la toma. «La desparasitación interna frente a nematodos (gusanos redondos) y cestodos (tenias o gusanos planos) se realiza en general cada tres meses», explican desde la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía.
La higiene: una herramienta esencial para luchar contra los gusanos del cachorro
Vigilar las heces del cachorro es fundamental para realizar el necesario control sobre ese proceso de desparasitación de la cría del perro.
La mejor opción es prevenir los gusanos intestinales en las crías, pero no siempre se llega a tiempo
Recuerde que las larvas de los gusanos pueden ser muy resistentes: están preparadas para aguantar situaciones realmente muy adversas.
Las larvas se ocultan en las heces del cachorro. Esto explica que una de las medidas esenciales con respecto a los excrementos, que han de observarse en busca de restos de gusanos, sea retirarlos de forma inmediata tras depositarlos el cachorro en la habitación donde duerme.
Lombrices y tenias son dos tipos de parásitos intestinales frecuentes en los perros, que también afectan a los cachorros.
No es extraño que la perra transmita estos nocivos parásitos a los cachorros durante el embarazo o la posterior lactancia, si está infectada.
La mejor opción es prevenir los gusanos intestinales, aunque no siempre se llega a tiempo.
La primera dosis para eliminar a los nocivos gusanos del interior del cuerpo de la cría del perro suele administrarse cuando el cachorro ha cumplido las dos semanas de edad.
La desparasitación interna frente a nematodos (gusanos redondos) y cestodos (tenias o gusanos planos) se realiza en general cada tres meses.
Si sospecha que su cachorro puede alojar parásitos internos en su intestino, debe acudir pronto a su veterinario. Él recomendará el tratamiento adecuado para el cachorro.
Vigilar las heces de cachorro es fundamental para realizar el necesario control sobre el proceso de desparasitación de la cría del perro. Recuerde que las larvas de los gusanos pueden ser muy resistentes: están preparadas para aguantar situaciones muy adversas.