La diabetes en los perros es una peligrosa enfermedad relacionada con el sobrepeso canino, una pandemia cada vez más frecuente entre los perros urbanos y que ya afecta a uno de cada dos de estos animales. Esta dolencia les impide aprovechar la glucosa de los alimentos, algo esencial para el buen funcionamiento de sus órganos. Con este artículo sepa qué es la diabetes del can, cómo detectarla a tiempo, por qué los perros con sobrepeso tienen más riesgo de sufrirla, cuál es su tratamiento y si esta enfermedad tiene cura.
Perros con diabetes, ¿qué es esta enfermedad?
Los canes con diabetes no producen en el páncreas la cantidad de insulina suficiente o su cuerpo les impide aprovecharla del modo correcto. La insulina es muy importante para el cuerpo del perro, ya que permite que la glucosa de los alimentos entre en las células, lo que posibilita al organismo funcionar de forma óptima. Además, ayuda a transformar los alimentos que el animal ingiere en nutrientes que puedan servir para sus músculos y órganos.
El resultado de la diabetes en el perro es una intolerancia a los hidratos de carbono y también alteraciones en el metabolismo de grasas y proteínas. En otros casos, el páncreas del animal funciona de forma correcta y es su cuerpo, por el contrario, el que no puede aprovechar esta valiosa hormona de manera adecuada. El resultado es que el azúcar (glucosa) de los alimentos se acumula en la sangre y, sin la glucosa, su organismo no consigue obtener toda la energía que requiere.
¿Por qué crece la diabetes en los perros urbanos?
El número de canes que tienen diabetes crece, y el culpable son los kilos de más. ¿Sabía que más de la mitad de los perros urbanos padecen sobrepeso por mala alimentación y poco ejercicio, según la Asociación para la Prevención de la Obesidad en Animales de Compañía?
Y el avance de esta dolencia en los amigos de cuatro patas es alarmante. Un estudio veterinario realizado por Animal Friends, una aseguradora especializada en seguros para perros y gatos, concluye que la cifra de canes con diabetes se ha multiplicado por nueve en los últimos cinco años. «El sobrepeso es la razón principal que explica el dramático aumento de la diabetes entre los perros, y mucha culpa la tiene la mala alimentación que muchos reciben, no controlada por los veterinarios, y muchas veces basada en sobras de comida», manifiestan los médicos de la asociación veterinaria PDSA.
Más de un millón de canes sufren sobrepeso en España. Y, al igual que ocurre en los humanos con sobrepeso, los perros también sufren las nefastas consecuencias de los kilos de más. Los canes obesos pueden desarrollar el llamado síndrome metabólico, «una dolencia que funciona como un interruptor e incrementa el riesgo de que el perro padezca diabetes y problemas de corazón«, concluye un estudio veterinario de la Universidad de Navarra. Los científicos han descubierto que uno de cada cuatro perros en nuestro país padece el síndrome metabólico, una enfermedad conocida en humanos -uno de cada cuatro españoles la padece, según el informe-, pero poco estudiada hasta ahora en mascotas. Los canes obesos con el síndrome metabólico, como las personas con sobrepeso, obligan a su páncreas a trabajar a un ritmo superior para controlar la cantidad de glucosa de su organismo. Y no solo eso: los perros con kilos de más son cada vez menos capaces de metabolizar el azúcar y las grasas que ingieren, por lo que reducen su capacidad de mantenerse o recuperar su peso ideal.
- Conozca por qué el sobrepeso canino aumenta el riesgo de padecer diabetes.
¿Cómo reconocer la diabetes del perro?
La diabetes del perro es una enfermedad crónica, por lo que el can la padecerá a lo largo de toda su vida y necesitará vigilancia veterinaria de forma regular, ya que la falta de insulina puede causar, entre otras dolencias, problemas en el funcionamiento del corazón. Otros trastornos que desencadena son anomalías en el sistema circulatorio e, incluso, algunos tipos de cegueras.
¿Cómo reconocer a un perro con diabetes? Los síntomas incluyen hacer más orina de lo habitual, un aumento de la sed, un incremento del apetito y también la pérdida de peso. Estas señales son motivo para acudir al veterinario de forma urgente, hacer los pertinentes análisis y exámenes que detectarán o descartarán esta enfermedad.
Tratamiento de la diabetes en el perro
El veterinario dará las pautas para cuidar y dar el tratamiento de la enfermedad que hará que el can pueda llevar una vida normal y feliz. Una de ellas es administrar la dosis diaria de insulina, según la receta del veterinario y en los periodos de tiempo que este determine.
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¿Cómo alimentar a un perro con diabetes?
La dieta de un can con diabetes debe incorporar alimentos con alta concentración de fibra, un componente presente en ciertas frutas que el perro sí come, como manzanas y arándanos. La fibra reduce la velocidad con la que los hidratos de carbono de los alimentos se descomponen. De este modo, se comporta como un freno natural que retarda las subidas repentinas -muy dañinas- de los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre del can diabético.
Alimentos como los cereales (entre ellos, la avena y el trigo), el arroz y la soja son comidas ricas en fibra que ayudan al perro enfermo a mantener controlada la cantidad de azúcar de su sangre. Los excesos de fibra, sin embargo, tampoco son saludables, ya que pueden provocarle flatulencias.
Además de la fibra, algunas vitaminas también ayudan a los canes diabéticos a mantener controlada su enfermedad. En concreto, las vitaminas C, E y B-6 suelen disminuir la velocidad con la que los azúcares se acumulan en la sangre del amigo de cuatro patas.
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¿La diabetes del perro tiene cura?
¿Una buena noticia? La diabetes del can ya tiene cura. Un equipo de científicos de la Universidad de Autónoma de Barcelona ha logrado sanar a perros que padecían esta peligrosa enfermedad con ayuda de unas inyecciones de genes, portados en virus no peligrosos, aplicadas en las patas traseras del animal.
«La terapia génica usada en los canes diabéticos consiste en la transferencia de dos genes al animal con inyecciones muy sencillas, similares a las empleadas en los tratamientos de estética», afirma la investigadora Fátima Bosch, directora del Centro de Biotecnología Animal y Terapia Génica, quien ha dirigido el estudio. El tratamiento ha conseguido activar el gen de la insulina así como la enzima glucoquinasa que regula la captación de glucosa de la sangre y que tampoco funciona de forma adecuada en los animales diabéticos. «Cuando los dos genes logran funcionar de modo simultáneo actúan como un eficaz sensor de glucosa», sostiene la científica. Captan la molécula en la sangre y reducen de este modo la hiperglucemia diabética, es decir, el exceso de glucosa asociado a la enfermedad. Los resultados de la investigación han sido recogidos en la publicación científica Diabetes, un referente sobre la enfermedad.
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