Los perros con un dueño obeso tienen cinco veces más posibilidades de sufrir sobrepeso, según una investigación. La pandemia de la obesidad en los ciudadanos de los países industrializados se extiende ahora a nuestras mascotas. Los perros aprenden la rutina del dueño y por ello conviene conocer ciertos consejos para prevenir la obesidad de su mascota, y de paso, cuidar de su salud.
Los hábitos y costumbres de las personas no solo se transmiten a sus hijos: las mascotas con las que convivimos también aprenden nuestra rutina. Un dueño sedentario es probable que no considere tan relevantes la duración de los paseos y juegos de su mascota como una persona habituada a la actividad física frecuente. Con los hábitos alimentarios ocurre lo mismo: los horarios de comidas cambiantes o el picoteo entre horas suelen acabar afectando al perro. Y estos desajustes pueden acabar en problemas de obesidad, no solo en los dueños sino también en sus perros.
La obesidad en las personas ha alcanzado la dimensión de pandemia «no infecciosa». Lo dice la Organización Mundial de la Salud en un informe de 2010. Casi ninguna nación occidental queda libre del problema, que afecta a uno de cada seis ciudadanos de los países industrializados según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Cuando se trata de medir el sobrepeso de la sociedad sin llegar a ser obesidad, y por tanto sin la categoría de enfermedad la cifra crece: uno de cada dos ciudadanos tiene una talla por encima de su envergadura adecuada. En España, el 45% de las mujeres y el 63% de los hombres padecen sobrepeso . Pero el problema de la obesidad ya no es exclusivo de las personas residentes en países industrializados. El problema se extiende ahora a nuestras mascotas.
El perro obeso no nace, se hace.
La obesidad canina responde a que el perro ingiere, de forma continuada, una mayor cantidad de calorías de las que consume a través del metabolismo y su actividad física.
Las pautas de alimentación inadecuadas del dueño se repiten en los perros.Cuando la masa corporal del can supera en al menos un 20% el peso adecuado que le corresponde por raza, edad y sexo, se habla de obesidad. Un perro obeso no es un perro sano, ya que la obesidad es una enfermedad relacionada con graves dolencias en el animal como diabetes, artritis y problemas cardiovasculares. El picoteo entre horas y el descontrol de horario de comidas en el perro es uno de los factores que explica la obesidad en los perros.
No obstante, pocas veces un perro adquiere hábitos alimentarios poco saludables por sí mismo. Las costumbres insanas de los canes, como es el caso de los perros glotones que piden alimento a todas horas, suelen explicarse a través de los hábitos de comida aprendidos de sus dueños.
Sobrepeso de dueños y mascotas: una ecuación directa
Un estudio realizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria confirma la relación directa que existe entre el sobrepeso de los dueños y el de sus mascotas: los perros con un dueño obeso tienen cinco veces más posibilidades de sufrir sobrepeso, concluye la investigación dirigida por el catedrático José Alberto Montoya. La investigación, publicada en la revista científica Journal of Animal Physiology and Animal Nutrition, analiza los hábitos de comida de un total de 127 perros y su relación con la rutina de sus dueños.
El estudio del grupo de investigación subraya que «las pautas inadecuadas del dueño se repiten en los perros». Si un dueño no pasea y come mal, alimentará mal también a su can. «El sobrepeso en los perros se produce porque comen más de la cuenta, toman las sobras de casa y, además, constantemente son premiados con dulces, golosinas, cortezas de jamón y grasas en general que en nada les beneficia», señalan los autores de la investigación. Recomiendan, en consecuencia, suprimir hábitos alimentarios dañinos como los premios con comida y los aperitivos continuos en las mascotas.
Los hábitos y costumbres de los dueños influyen asimismo sobre la actividad su perro más de lo que pueda parecer. Un animal, por ejemplo, que no pasea ni juega lo suficiente cada vez tendrá menos interés por hacerlo. Y no es raro que se refugie en la comida, como fuente de satisfacción. El dueño no suele percibir con claridad los graves problemas relacionados con el sobrepeso excesivo en los perros: solo tres de cada diez personas reconoce la obesidad de su mascota, según la investigación dirigida por el doctor Montoya.
Auge de obesidad canina
Para la Asociación Mundial de Veterinarios de Animales Pequeños (WSAVA, por sus siglas en inglés) no cabe ninguna duda de que el exceso de peso en los dueños se esté trasladando a sus mascotas.
Los perros con un dueño obeso tienen cinco veces más posibilidades de sufrir sobrepeso, concluye un estudio«La relación entre personas y perros ha contribuido al auge de la obesidad en la población canina durante los últimos años, ya que los dueños trasladan ciertos hábitos alimentarios poco saludables a sus mascotas. El estilo de vida sedentario del dueño del perro puede influir asimismo en la actividad del perro, y contribuir aún más a la obesidad del animal», confirma la organización mundial. Entre el 20% y el 40% de los perros padece una gordura excesiva que compromete su salud.
- Siga a Eva San Martín en Twitter.
El perro aprende su rutina de alimentación: evite horarios de comidas cambiantes y el picoteo entre horas en su mascota.
Los paseos y los juegos al aire libre son esenciales para la salud de su perro y le ayudan a prevenir la obesidad.
Cuidar su propio peso y alimentación es una forma de velar además por la salud de su mascota: los perros con un dueño obeso tienen cinco veces más posibilidades de sufrir sobrepeso.
Suprima hábitos alimentarios dañinos para su perro, como los premios con comida y los aperitivos continuos.
Sea realista con el sobrepeso de su perro para poder ayudarle: siete de cada diez personas no reconocen la obesidad de su mascota.