No es extraño que un cachorro de perro ladre: es la forma que tiene de comunicarse. No obstante, conviene aprender a tranquilizar al can que ladre de forma excesiva. Lograr que se calme no es difícil si se tienen en cuenta algunos consejos: hay que ignorar al cachorro ladrador que intenta llamar la atención del dueño, evitar el contacto visual con él y separarse si ladra de forma compulsiva.
¿Qué significa el ladrido del cachorro?
Los ladridos son el modo en que el cachorro se comunica con el dueño. No obstante, el exceso de ladridos que caracteriza a algunas crías de perro puede tener distintos significados. En ocasiones, el pequeño solo intenta llamar su atención. Es normal que se sienta desubicado en su nuevo hogar, ya que aún no cuenta con las herramientas sociales que precisa y que adquirirá con los meses. Usted es su punto de referencia.
No todos los lamentos del cachorro, sin embargo, se explican como una llamada de atención. En ciertas ocasiones, los ladridos continuados del cachorro pueden ser la señal de que está aburrido y precisa juegos o actividades divertidas para entretenerse, lógicas por su corta edad.
Aprender a calmar a una cría de perro ansiosa es relevante, ya que los nervios pueden hacer que un cachorro se descontrole con mayor facilidad. El estrés de los neonatos aumenta a menudo las posibilidades de que el can sufra algún accidente indeseado, fruto de su falta de control y atención.
Ignorar al cachorro ladrador que intenta llamar la atención
Cuando un cachorro ladra con el fin de acaparar su atención de forma continuada, en general, es recomendable ignorar este comportamiento. Prestarle la atención desmesurada que solicita la cría, a menudo, deriva en una cada vez mayor exigencia y dependencia de atención. En consecuencia, el estrés y la ansiedad del can aumentarán.
Un cachorro que recibe una atención excesiva puede desarrollar el síndrome de la ansiedad por separación. Una cría muy dependiente, que siente un apego excesivo por su dueño, sufre cuando se queda sola en casa. Esto se conoce como ansiedad por separación: la mascota ladra de forma compulsiva, puede destrozar muebles en casa, e incluso, hacer sus necesidades en sitios no apropiados para llamar la atención.
Los ladridos continuados que caracterizan a algunas crías de perro pueden tener distintos significados
El cachorro demasiado dependiente puede pasarlo mal cuando llega el momento de separarse de su dueño. La mascota, por un lado, se muestra muy cariñosa y sociable con la familia: el perro es un animal de manada. Pero cuando el apego es excesivo, este aprecio desproporcionado puede transformarse en una dolorosa y poco saludable falta de autonomía. «La ansiedad por separación es un trastorno de conducta que se observa en algunos perros al ser separados de sus propietarios», explican desde la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA).
Evitar el contacto visual con el cachorro ladrador
Retirar por completo el contacto visual a su cachorro ladrador es una forma de impulsarle a que desarrolle su necesaria autonomía.
Espere unos minutos hasta que el cachorro se calme: es el momento de acercarse y acariciarlo como recompensa
Es normal que pueda parecer complicado no prestar la atención que la ansiosa cría solicita de nosotros. No se sienta culpable: conviene no olvidar que trabajamos para hacer de ese cachorro un perro autónomo más feliz.
Recuerde, asimismo, que es importante no hablar a su cachorro cuando ladre de forma compulsiva. Para ello, es esencial esperar hasta que nuestra cría de perro se haya tranquilizado y hayan cesado sus ladridos nerviosos. Entonces, conviene acariciar al cachorro y proponerle juegos y caricias para que se relaje.
Separarse del cachorro que ladra de forma compulsiva
Una vez que la cría de perro comienza a ladrar de un modo excesivo, suele funcionar tratar de alejarse de ella. Espere unos minutos o el tiempo que el can precise para calmarse. Es entonces el momento de volver a acercarse y acariciarlo como recompensa.
También sirve ofrecer al cachorro, una vez que hayan cesado los ladridos, algún premio comestible: se intenta que aprenda a relacionar sus buenas conductas con ciertos refuerzos positivos. La paciencia y la constancia son fundamentales para que el perro lo asimile de manera correcta. Siempre hay que tender hacia el refuerzo positivo y no hacia el castigo.
Recuerde que los ladridos son el modo que utiliza el cachorro para comunicarse con usted.
En ocasiones, el pequeño solo intenta llamar su atención: es normal que se sienta desubicado en su nuevo hogar, ya que aún no cuenta con las herramientas sociales que precisa y que adquirirá con los meses. Usted es su punto de referencia.
Aprender a calmar al perro ansioso es relevante, ya que los nervios pueden hacer que un cachorro se descontrole con mayor facilidad.
Cuando un cachorro ladra con el fin de acaparar su atención de forma continuada, es recomendable ignorar por completo este comportamiento.
Retirar del todo el contacto visual a su cachorro ladrador es una forma de impulsarle a que desarrolle su necesaria autonomía.
Recuerde que es importante no hablar a su cachorro cuando ladre de forma compulsiva.
Una acción efectiva consiste en alejarse del perro y esperar unos minutos hasta que se calme. Entonces es el momento de acercarse y acariciarlo como recompensa.