Lobos trotamundos ¡hasta convertirse en perros!
El perro (Canis lupus familiaris) es una de las especies más variables en tamaño, aspecto e incluso comportamiento. Pero del shar-pei y sus arrugas al mastín, todos los canes proceden de una especie común: el lobo. «Los perros son unos animales extraordinarios; han estado entre nosotros más tiempo que ninguna otra especie doméstica y tienen una variedad de formas y tamaños asombrosa, lo que les ha permitido ocupar una gran cantidad de nichos ecológicos», asegura el veterinario James Serpell, editor de ‘El perro doméstico: evolución, comportamiento e interacción con las personas‘ (Cambridge University Press, 1995).
El momento exacto en el que el primer lobo se transformó en can también genera debate y ha sido objeto de interesantes y numerosas invstigaciones. Un reciente estudio de ADN revela que los perros son descendientes del lobo gris, y su primer rastro canino se remonta a China, a hace unos 33.000 años. «El origen y la evolución del perro doméstico es todavía un tema que genera controversia entre la comunidad científica», admite el genetista sueco Peter Savolainen, del Instituto de Tecnología KTH.
Los trabajos de Savolainen pretenden aclarar el misterio canino. Para ello, ha analizado el genoma completo de 58 cánidos: 12 lobos grises (los primos lejanos del perro doméstico), 27 canes primitivos de Asia y África y otros 19 perros domésticos actuales de distintas razas de todo el mundo. Y ¡sorpresa! Según el genetista, no hay una única domesticación, sino dos momentos claves que convirtieron a algunos lobos en los mejores amigos del hombre, que son hoy los canes.
«Hemos descubierto que los perros del sureste asiático tienen una variabilidad genética muy superior a la del resto de poblaciones de canes; y, además, son el grupo más relacionado con el lobo gris. Esto sugiere que el primer grupo de perros surgió en Asia hace 33.000 años«, explica este genetista que ha publicado los resultados de su investigación en Nature.
Pero aquí no acaba el viaje de la transformación de algunos lobos en canes. Unos 18.000 años después de la aparición de estos primeros perros ancestrales, un grupo inició un viaje esencial para transformarse en los perros que son hoy. «Hace 15.000 años, un grupo de estos canes migró hacia Oriente Próximo, África, llegando a Europa hace cerca de 10.000 años», dice Savolainen.
Este estudio revela el extraordinario periplo de los perros por el mundo para llegar a convertirse en el mejor amigo de hombres y mujeres y en el saco de mimos peludos con el que casi tres millones de españoles comparten más que su vida (seis de cada diez personas que viven con canes admiten compartir las sábanas con sus peludos compañeros).
¿Cuántas razas de perros hay en el mundo?
Pero el viaje del perro no acaba aquí. Basta con echar un vistazo a los canes para darse cuenta de que tienen una variedad de aspectos y tamaños asombrosa. La selección de unos perros para determinadas tareas explica la primera gran explosión de razas caninas. «Además, cada raza de perro se especializó aún más por su comportamiento», añade Elaine Ostrander, genetista del Instituto Nacional para la Investigación del Genoma Humano en Estados Unidos. La cría selectiva no ha hecho más que potenciar esas diferencias y, con cada cambio, los canes han adoptado un aspecto y también un comportamiento cada vez más dispar.
¿Y cuántas razas de perros distintas hay en el mundo? Esta pregunta puede no ser tan sencilla de contestar como parece. La primera dificultad surge al rastrear las distintas federaciones caninas nacionales e internaciones en busca de respuesta, pues no todas las variedades de perros son aceptadas como razas diferenciadas en todas las asociaciones.
No obstante, hay un organismo internacional reconocido como institución de referencia mundial en estos asuntos de genes perrunos: la Federación Cinológica Internacional. Esta entidad afirma que existe un total de 343 razas de canes y las clasifica en diez grupos: desde los perros pastores a los galgos, pasando por los sabuesos y los teckles.
Pero sus diferencias no son tan grandes como lo que tienen en común. «Hay una enorme diversidad de canes que se ven muy distintos; pero sus similitudes son mucho mayores que sus diferencias», señala Ostrander. «Solemos pensar que los perros tienen diferencias importantes, pero a nivel genético y de sus cromosomas eso no es cierto. Al contrario, son muy parecidos. Todos son miembros de la misma especie, tienen la misma cantidad de cromosomas organizados del mismo modo y los mismos cromosomas en los mismos genes», añade. Las enormes diferencias entre razas no son más que «pequeñas modificaciones en un subconjunto de genes», agrega la genetista.
Los expertos aclaran que la asombrosa diversidad que existe entre un chihuahua y un gran danés irlandés puede explicarse por «cambios menores en solo 12 genes«. «La diversidad exterior de los perros y sus razas no revela una diversidad genética. Lo que ocurre es que las variaciones de un número reducido de genes tienen un efecto dramático en el aspecto», concluye la genetista.