Un perro adoptado necesita tiempo y paciencia para adaptarse a su nueva familia. El cariño es esencial para lograr que la relación entre los miembros de la casa y el can funcione. A continuación se explican algunas pautas para tener éxito: no hay que olvidar que el perro es un animal de manada y la familia es parte de su entorno social, hay que tener paciencia para presentar el perro a los nuevos miembros de la casa y considerar algunas claves en los primeros encuentros entre los niños y el can.
La llegada de un perro a casa supone ampliar la familia con un nuevo miembro. Sea un cachorro, un can adulto o un perro anciano, nuestro nuevo amigo precisa adaptarse a su nuevo entorno.
El perro es un animal de manada y la familia es parte de ella
El perro es un animal social, de manada, y como tal establece fuertes relaciones con quienes le rodean. Aprende a relacionarse con las personas de su entorno, entre ellos los nuevos miembros de la familia, pero también con otros animales. Es el proceso de socialización del can.
El perro adoptado considerará a los miembros de la familia como miembros de su propia manada
De este modo, el perro adoptado considerará a los miembros de la familia como miembros de su propia manada. Esto explica que los vínculos que el perro cree con los integrantes de la familia deban cuidarse desde el principio. Incluso en su etapa de cachorro.
«El cachorro debe estar atendido en sus necesidades, pero no consentido, ya que este es el comienzo de los problemas con una cría de perro», señala Miguel Ibáñez, director del Centro de Medicina del Comportamiento Animal, de la Universidad Complutense de Madrid.
Un cachorro que carece de disciplina puede tratar de ocupar el puesto de jefe de la manada en casa. Esta es una posición inadecuada, ya que hará que un cachorro gracioso y simpático se convierta en un perro adulto desobediente. Hágale ver a su nuevo amigo, con cariño y respeto, que usted es el líder de su manada. Esto liberará al can de tensiones innecesarias.
Paciencia para presentar al perro a los miembros de la casa
La paciencia debe ser la clave para presentar a su perro adoptado al resto de miembros de la casa. No es extraño que un can adoptado se muestre asustado en un principio ante la presencia de gente que no conoce. Puede, incluso, que haya sufrido malos tratos. Esto explica que no sea conveniente forzar el contacto del animal con el resto de la familia.
Si nuestro nuevo amigo intenta esconderse ante las personas para él aún desconocidas, hay que darle tiempo: no le regañe ni presione y ofrézcale, por el contrario, palabras cariñosas y muestras de afecto. Mantenga una actitud positiva, déjele tiempo y espacio suficiente para sentirse cómodo en la casa.
Los miembros de la familia no son, sin embargo, las únicas personas con las que el perro adoptado debe tener contacto de forma habitual. «Durante el llamado periodo sensible del cachorro, que transcurre entre las 12 y las 16 semanas de vida del perro, es bueno que el cachorro esté en contacto con otros cachorros y perros adultos, así como con otras personas», afirma Miguel Ibáñez. «Durante estas semanas, el cachorro acepta muy bien los estímulos que recibe», apunta.
Por el contrario, si el círculo social del perro (o del cachorro) se limita a nosotros y nuestra familia, el animal puede desarrollar un indeseable miedo a los desconocidos. Por ello nunca se le debe forzar, sino que se ha de permitir que los contactos con las personas sean paulatinos.
Los niños y el perro: atenciones especiales
Los niños no se mueven como las personas adultas. Tampoco hablan del mismo modo ni actúan de igual forma. Esto explica que el can perciba a los pequeños de un modo distinto y que debamos estar atentos a los primeros encuentros del animal con los niños de la familia o del entorno.
Los primeros encuentros entre el perro y el niño deben supervisarse, ya que el bebé puede hacer daño al animal y este tratar de defenderse
«Los contactos entre el cachorro y el niño son necesarios. Sin embargo, estos primeros encuentros deben supervisarse con atención, ya que no es extraño que el niño dañe al animal e incluso le maltrate y que el can responda defendiéndose», concluye el director del Centro de Medicina del Comportamiento Animal.
Una buena idea consiste en pasar tiempo con el perro en zonas al aire libre donde sea frecuente el paso de niños de corta edad. No obstante, si al cabo del tiempo el perro aún rechaza la presencia de los pequeños o se muestra agresivo con ellos, conviene consultar con el veterinario o con un especialista en comportamiento canino.
- Recuerde que el perro es un animal de manada y, como tal, establece relaciones sociales con los individuos con los cuales convive. Considera a los miembros de la familia parte de su manada.
- Los vínculos que el perro crea con los miembros de la familia deben cuidarse desde el principio. Incluso en su etapa de cachorro.
- La paciencia debe ser la clave para presentar a su perro adoptado al resto de miembros de la casa.
- Procure presentar el can al mayor número de personas posible, en el mayor número de sitios diferentes.