Los gatos no hablan. Pero sus herramientas para comunicarse con las personas y obtener lo que quieren de ellas se han agudizado. ¿Cómo lo consiguen? Los felinos han aprendido a ronronear con unas frecuencias similares al llanto del bebé, un sonido que resulta irresistible para sus dueños. En este artículo se explica (con archivos de audio) cómo ronronean los seductores felinos y cómo logran con mucho talento lo que desean de nosotros casi al momento.
Ronroneo del gato, irresistible para las personas
Son las 7:00 horas de un día laborable cualquiera. Suena el despertador. El gato se acerca, se restriega y acto seguido comienza a ronronear. Y ronronea y ronronea. 7:05 de la mañana. El somnoliento dueño aún no ha tomado el primer café del día, sin embargo, sí ha rellenado el cuenco de la comida del felino para que el gato desayune.Los gatos han aprendido a modular la frecuencia de sus ronroneos para lograr que sus dueños respondan sus demandas
¿Qué ha pasado? ¿Cómo logra el felino que el dueño atienda sus seductoras peticiones incluso antes que las propias? El secreto está en el ronroneo del gato, advierten los expertos.
«Los gatos domésticos han aprendido a utilizar de un modo muy sutil su ronroneo, un sonido cuya frecuencia varían hasta que logran activar nuestros mecanismos de petición de auxilio más primarios», afirma la experta en comportamiento animal Karen McComb, de la Universidad de Sussex, en Reino Unido.
Resulta que el delicado minino que vive en casa sabe cómo variar la frecuencia de sus ronroneos, según lo que pretenda obtener con ellos. ¿Qué hace cuando quiere algo de nosotros con urgencia? «Entonces, el gato incrusta en su ronroneo habitual un sonido de muy baja frecuencia, una especie de sollozo, que tiene mucha similitud con el llanto del bebé«, dice McComb, cuyo estudio sobre el efecto persuasivo de este sonido felino ha sido publicado en la revista científica ‘Current biology’. En estos audios pueden escucharse los seductores ronroneos del gato analizados, con distinción entre el sonido solicitante y el que no.
Nuestro incrédulo cerebro no tarda en asociar, aunque de modo inconsciente, este ingenioso ronquido felino con la petición de ayuda o alimento de un bebé. ¿El resultado? Lo habitual es que el dueño acuda en ayuda del gato de un modo casi automático. Y que el cuenco de desayuno del talentoso felino acabe lleno antes de que la persona haya ni tan siquiera preparado la cafetera.
El ronroneo del gato nos seduce, y mucho
El persuasivo ronroneo del gato tiene su origen en los músculos de la laringe y del diafragma felino. El aire que respira ayuda al animal a producir este seductor sonido: el felino lo produce tanto cuando lo inhala como cuando lo expulsa.
La frecuencia del sonido que un gato emite a través de este mecanismo oscila entre los 25 y los 150 hercios -o vueltas por segundo-: un rango amplio que el felino puede manipular casi a su antojo en función de sus necesidades.
Pero, ¿cómo logra el ingenioso gato activar las frecuencias más bajas y más similares al llanto infantil? «Para ello, los felinos estimulan sus cuerdas vocales, con el fin de hacerlas vibrar y poder emitir esas bajas frecuencias tan características de su ronroneo más demandante», dice McComb. Este es, por tanto, el gran secreto del tan irresistible ronroneo felino: la vibración de sus cuerdas vocales.
«Aunque no se puede hablar de un lenguaje propiamente dicho entre gatos y humanos, sí es evidente que la comunicación entre las dos especies crece, y que cada vez es más efectiva y compleja», apunta, por su parte, el investigador Nicolás Nicastro, de la Universidad de Cornell.
La ausencia de un lenguaje tan elaborado como el humano no ha impedido a los persuasivos felinos obtener lo que quieren… y cuando quieren. «Los gatos han aprendido cómo conseguir lo que necesitan de nosotros: alimento, una casa amigable y unas buenas dosis de cariño humano», dice Nicastro.
Las habilidades del gato por hacerse comprender por sus amigos de dos piernas no acaban aquí. «Los felinos tampoco dudan en teatralizar y exagerar sus gestos, si de este modo logran lo que necesitan de nosotros», concluye McComb. Unas habilidades que hacen aún un poco más irrestibles a estos talentosos felinos.
En conclusión: los científicos coinciden en que el ronroneo del gato te engatusa, y la similitud entre estas dos palabras (gatos y engatusar -o ganar la voluntad de alguien con halagos para conseguir de él algo, según la Real Academia de la Lengua-) resulta que no es tan accidental.