Cuando un felino entra en nuestra vida, ¡todo se convierte en un gato! Las camisas, los pantalones, los jerséis… Todas las prendas parecen empeñadas en cubrirse de una fina capa de pelos de nuestro amigo. Sin embargo, como se detalla a continuación, el pelo del gato puede eliminarse de la ropa con sencillos trucos: entre ellos, utilizar rodillos con pegamentos o cinta de embalar, recurrir a los guantes de látex y trapos humedecidos y hasta funciona poner a remojo las prendas en las situaciones más críticas.
¿Cómo eliminar los pelos de gato de la ropa?
Cuando un felino entra en nuestra vida, ¡todo se transforma en un gato! Las camisetas, los jerséis, los pantalones y hasta el sofá parecen cubrirse de una fina capa de pelos de nuestro amigo. Este hecho tiene una explicación evidente: los gatos son peludos y su pelo forma parte de sus encantos. «El pelo juega un papel importante en el sentido del tacto del felino, además de protegerle de las temperaturas extremas, frío o calor», explica Michael Foss, veterinario de la Universidad de Washington y autor de ‘Anatomía y psicología del gato‘.La función protectora del pelo del felino explica que necesite renovarlo para mantenerlo saludable. Este cambio ocurre, sobre todo, cuando las temperaturas son más moderadas, es decir, durante la primavera y el otoño en el hemisferio norte. Y este pelo es el que casi de forma inevitable acaba en la ropa de quienes conviven con los felinos.
Sin embargo, cuando se trata de amores tan peludos como el del gato, es importante no perder la calma. El pelo del felino puede eliminarse de la ropa con algunos sencillos trucos o, cuanto menos, ¡reducirse de forma notable!
1. Quitar el pelo del gato de la ropa con cepillados diarios
El cepillado diario del gato es la mejor forma de eliminar los pelos muertos del cuerpo del felino y, en consecuencia, de evitar que estos caigan y acaben sobre las prendas. «Los gatos necesitan que cepillemos su pelaje cada día para mantenerlo sano y proteger su piel», explica la veterinaria Patricia González.La regla del tres, en este caso, es sencilla: cuando mejor se cepille al felino, más pelos muertos quedarán atrapados en las púas, y menos aterrizarán sobre nuestras prendas.
2. Eliminar los pelos de gato con rodillos de pegamento y adhesivos
Los cepillados del gato, sin embargo, no siempre evitan por completo que sus pelos acaben en la ropa. Los abrazos y arrumacos al felino son una forma de reducir el estrés, y para un amante de los animales es difícil resistirse. ¿Qué hacer entonces para retirar los pelos del gato que quedan enganchados en la ropa?
El modo más rápido y sencillo de quitar los pelos del felino de las prendas es utilizar un cepillo de ropa o rodillo de papel con pegamento. Este tipo de accesorios se vende en muchas tiendas especializadas para animales y puede incluso encontrarse en establecimientos más grandes a precios no demasiado elevados (desde dos o tres euros, con cuatro recambios).¿Cómo se utilizan? La superficie adhesiva se desliza sobre las prendas para que recoja los pelos.
Una alternativa más barata, sin embargo, es usar cinta adhesiva de embalar: aunque es un poco más incómoda (no permite rodar por la ropa), realiza la misma función. Basta con envolver la mano alrededor de un trozo de cinta (por la parte que no pega), y golpear el lado adhesivo sobre la prenda.
Para los menos mañosos, algunas marcas comerciales han creado los llamados cepillos quitapelos, que pueden hallarse desde seis euros.
3. Guantes de goma o globos para retirar el pelo de gato de la ropa
Los guantes de goma de cocina (como los que se usan para fregar o los de látex) crean electricidad estática al rozarse por superficies como la ropa. Esta acumulación de cargas eléctricas resulta de gran utilidad para atraer los pelos del gato adheridos a la ropa. No obstante, hay que retirar de forma periódica los pelos atrapados, con el fin de que el guante sea más eficaz.
Un modo más divertido de crear esta electricidad estática para acabar con los pelos del felino en las prendas es utilizar un globo hinchado. Del mismo modo, hay que frotar el balón por las mangas y resto de ropa con pelos y ¡quedan, por efecto de la electricidad, atrapados en el globo! Si hay niños en casa, sin duda, les encantarán estas sesiones de limpieza doméstica.
4. Eliminar el pelo de gato de la ropa con paños mojados y esponjas
Un trapo o esponja humedecida elimina mejor los pelos de gato de la ropa, también sirve poner las prendas a remojo
El agua es una gran aliada cuando se trata de quitar los pelos del gato que han quedado en la ropa. «Mi truco es pasar un paño humedecido por las prendas y frotar, ya que es muy eficaz para atrapar los pelos retenidos en la ropa», explica Maite López, profesional de la limpieza y dueña de una gata adoptada.
¿Otra opción? También puede utilizarse una esponja humedecida. La clave, de nuevo, consiste en retirar los pelos recogidos cada cierto tiempo y poner a remojo el trapo o esponja, con el fin de que los pelos capturados queden flotando en el líquido, y se liberen del trapo.
5. Poner la ropa a remojo, para que el pelo del gato flote
En casos extremos, medidas extremas. Cuando un pantalón o jersey parece insalvable por la cantidad de pelos de gatos que tiene adherido, un truco consiste en poner esa prenda a remojo en un barreño con agua abundante, que permita que la ropa flote en el líquido. De este modo, los pelos se acumulan entre sí, y buena parte de ellos subirán hacia la superficie. Así se separarán de la prenda, que era el objetivo.
6. Evitar que el gato entre en los armarios
Esta medida es preventiva contra los pelos del felino en la ropa, pero no por ello menos importante. Y es que mantener las puertas de los armarios cerradas es la mejor barrera para alejarles de las prendas y evitar que se llenen de pelos. Como dice el dicho: más vale prevenir que curar.
Además, la habitación donde guardemos la mayor parte de la ropa puede ser declarada «zona libre de pelos», es decir, conviene restringir la entrada de los gatos a esta estancia. Será difícil, ya que estos animales son capaces de realizar mil y una monerías con tal de hacernos sucumbir a sus encantos. Pero merecerá la pena, al menos, intentarlo.