Al igual que las personas, los perros pueden sufrir un empacho de alimentos en Navidad. En especial, la indigestión canina será más frecuente si el animal recibe sobras de las comidas navideñas de sus dueños, sin control. En este artículo se explican los riesgos de ofrecer al perro las sobras de las comidas de Navidad, qué alimentos festivos pueden ser más peligrosos para el perro y qué hacer en caso de una indigestión canina.
Empachos del perro con las sobras de comidas en Navidad
Los empachos del perro, indigestiones e intoxicaciones con alimentos no apropiados son más frecuentes en Navidad
Los platos estrella de la Navidad no son nada recomendables para la salud del perro. El chocolate, ingrediente típico de algunos dulces navideños, resulta tóxico para los canes, las cáscaras del marisco les pueden causar molestias estomacales y estreñimiento y los huesos presentes en los platos desechados por la familia resultan peligrosos para la salud canina porque provocan perforaciones intestinales.
Para los perros enfermos, los peligros de ingerir sobras de Navidad se multiplican. «Los canes con estómago delicado o que padecen otro tipo de enfermedades, como diabetes o hipertensión, necesitan un alimento específico para mantener su dolencia bajo control», recuerda Ignacio Arija, veterinario experto en nutrición animal. Pueden enfermar con facilidad si se alimentan con sobras de la comida navideña, por lo que se debe tener una especial precaución para no ofrecerles este tipo de alimentos.
Sobras del cordero para el perro: motivo de visitas al veterinario
La carne del cordero ofrecida al perro, junto con otras sobras navideñas, es causa de numerosas consultas veterinarias. Así lo afirma Juan Antonio Aguado, profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Por este motivo, prosigue, «los perros enfermos por ingestión de carne y huesos de cordero son habituales durante las fiestas navideñas».
El perro no digiere bien la carne de cordero debido a su grasa, explica Arija. Le provoca molestias y, sobre todo cuando está fría, es causa de vómitos y diarrea.
La sal de los restos no es sana para el perro
Las sobras de cordero pueden resultar muy indigestas y pesadas para el perro
Los perros necesitan tomar muy poca sal. Con la cantidad que ingieren con su pienso habitual es suficiente. Sin embargo, este componente es frecuente en las comidas y cenas navideñas de la familia, por lo que al ofrecer las sobras al perro, este digiere más de la que precisa.
Alimentos como las sardinas en aceite, el jamón york en demasiada cantidad o cualquier otro alimento navideño sazonado no es recomendable para el can. La sal se debe evitar, sobre todo, en los perros con problemas de corazón, que tienen la tensión alta.
Invitar al can a comer marisco de las sobras de la comida o cena de Navidad tampoco es recomendable. Los restos de cáscaras le pueden provocar gastroenteritis. La carcasa contiene una sustancia denominada quitina, que los perros no digieren bien y es origen de vómitos y diarrea.
Comida especial y sana para el can
Los invitados en Navidad deben tener claro cuáles son las normas de la casa con la alimentación del perro, que suponen no ofrecer restos de alimentos de las cenas o comidas familiares.
Sin embargo, en fechas tan especiales, también se puede dar un gusto a su paladar, siempre de manera adecuada. Una forma de que el perro se sienta partícipe de las comidas de Navidad pasa por ofrecerle un menú saludable cocinado para él. Puede incluir alimentos distintos a los habituales, que gustarán de manera especial al animal, pero sin dañar su salud. «Se le puede poner en un plato un poco de pavo al horno, pero sin salsa. Y jamón york, sin excederse», explica el veterinario Imanol Sagarzazu.
Los alimentos especiales para perros en Navidad en forma de galletitas con sabores (salmón o pollo) resultan también bocados muy apetitosos para el can.