Un perro adulto adoptado necesita conocer cuáles son las normas de su nuevo hogar, pero también el resto de la familia debe conocerlas, con el fin de no despistar al animal. Tres claves sencillas pueden ayudar a enseñar al can recogido las normas de casa: se deben entender algunas conductas frecuentes del perro adoptado, pasar tiempo con él y supervisar el aprendizaje sin que él lo note.
Un perro adulto adoptado necesita conocer cuáles son las normas de su nuevo hogar. Para el animal, la rutina y los límites son distintos en cada casa, por lo que conviene ser pacientes con el can adoptado.
La transición desde el albergue de la asociación protectora, la calle o su anterior hogar puede no resultar sencilla para el perro. Los cambios de rutina le causan problemas de desconcierto y puede echar de menos a algún compañero canino del albergue, ciertos olores o sabores.
No obstante, algunas claves ayudan a que el perro se acostumbre a su nueva familia y aprenda, con paciencia, las nuevas normas de casa.
Primera clave: entienda algunas conductas frecuentes del perro adoptado
Entender que el perro adoptado pueda sentirse desorientado durante sus primeras semanas en casa es una de las claves para guiar el necesario aprendizaje del animal adoptado. Un can recién llegado trata a menudo de explorar su nuevo hogar a través de su olfato. Recuerde que el rastreo es una conducta innata del animal, y que su extraordinario sentido del olfato es uno de los principales medios con los que cuenta el perro para reconocer su entorno.
Un perro adulto adoptado que llega a casa necesita conocer cuáles son las normas de su nuevo hogar
El comportamiento de exploración del perro adulto adoptado puede incluir ciertos mordiscos a determinados objetos. Trate de comprender que es un comportamiento innato que, con el tiempo, a menudo se supera, por lo que evite sancionar en exceso a su perro.
Un perro que ha pasado hambre antes de llegar a su casa puede intentar robar comida cuando el alimento está a su alcance. Con frecuencia, esta conducta también se pierde una vez que el animal comprenda que recibirá el alimento en su cuenco. Establecer una rutina de comidas de forma inmediata es un moco eficaz de acabar con este comportamiento.
Un perro adoptado puede sentirse excitado por la alegría de estar rodeado de gente que le quiere y le cuida. Algunos animales responden a esta exaltación con carreras constantes por la casa. Tenga en cuenta que los niños de la casa o los adultos a menudo refuerzan esta conducta. Sea paciente y proporcione a su nuevo amigo todos los paseos que necesita. Su perro solo está feliz de haberle encontrado.
Segunda clave: pase tiempo con el animal adoptado
Un perro adoptado se siente desconcertado en su nuevo hogar durante las primeras semanas. Pasar el tiempo que necesita a su lado es un buen modo de estrechar la relación con su nuevo amigo de cuatro patas. Compartir los primeros momentos con el animal le ayudará, sin duda, a conocer la personalidad de su animal. La comunicación entre los dos también debe salir reforzada tras pasar tiempo de calidad en su compañía.
La familia debe conocer las reglas que deberá seguir el perro, con el fin de no despistar al animal
El adiestramiento de un perro adoptado no tiene por qué ser tan diferente al de cualquier otro animal. El uso de comandos sencillos para comunicarse con el animal suele funcionar. Por lo demás, recuerde que los canes son muy buenos comunicadores. El perro, como las personas, utiliza su cuerpo y su voz para transmitir estados de ánimo y emociones.
Con grandes dosis de amor y caricias, tiempo y un poco de paciencia, el perro adoptado conoce a la perfección cuáles son las normas básicas de casa.
Tercera clave: supervise (sin que él lo note) el aprendizaje de su can adoptado
La supervisión del perro es una de las claves para evitar que el animal adoptado realice destrozos en casa como consecuencia de su comprensible nerviosismo, pero también para asegurarse de que el can aprende las normas propuestas. Vigile a su nuevo amigo, en ocasiones, también mientras él no es consciente de que le observa. En el momento que perciba una conducta inapropiada, silbe o emita algún ruido o chasquido, que él relacionará con un comportamiento inadecuado.
Con paciencia, esos comportamientos poco correctos se superan. Un adiestrador profesional puede ayudarle en esta tarea.