El adiós a un perro o gato querido es uno de los momentos más difíciles y duros. Pero una vez tomada la decisión de practicar la eutanasia a un can o felino aparecen otras preguntas: ¿en qué consiste?, ¿le dolerá?, ¿puedo pedir al veterinario que venga a casa?, ¿cómo fallecerá?… Conocer las respuestas de estas interrogantes resulta de gran ayuda para todos en esas circunstancias.
Eutanasia a perros y gatos: un adiós cargado de amor
Decir adiós a nuestro gato o perro porque el animal está sufriendo y tiene pocas posibilidades de recuperarse, y para ello usar la eutanasia, es un momento tremendamente duro. «Tomar la decisión de practicar la eutanasia a nuestro felino o can nunca es sencillo; pero en ocasiones es el favor más bonito y bondadoso que podemos hacerle, cuando está muy enfermo o tan herido que su calidad de vida nunca volverá a ser buena o aceptable», afirma la veterinaria Laura Eirmann.
La determinación, además, conviene hablarla con el veterinario. «No hay que tener miedo de visitar al médico y consultarlo con él. Muchos de los síntomas de la edad, como la artritis canina o felina, pueden ser aliviados y tratados, si los detectamos a tiempo», argumentan los veterinarios de la protectora Blue Cross.
Esta conversación con el veterinario debe abarcar cuestiones como si el perro o gato puede comer, beber, dormir y moverse con una comodidad razonable o no. También hay que valorar si el animal responde cuando se está cerca de él y saluda o se muestra feliz de ver a su humano. Los veterinarios explican que una imposibilidad persistente e incurable para comer, los vómitos constantes, un dolor no tratable, así como la incapacidad de respirar con normalidad son señales que avisan que la eutanasia debería ser considerada y que ha podido llegar el momento de decirle adiós.
«Tristemente, pocos son los canes y felinos que tienen la posibilidad de fallecer de forma tranquila en casa: la mayoría de las veces tomamos la decisión tarde, cuando su calidad de vida ya se ha deteriorado mucho y la eutanasia es la única opción», advierten estos médicos veterinarios.
¿Cómo es la eutanasia en perros y gatos?
El hecho de comprender cómo se practica la eutanasia a perros y gatos puede ser un alivio y reconfortar a sus dueños antes de tomar la decisión y durante el proceso.
Algunos veterinarios proporcionan un sedante suave antes de la eutanasia; en especial si el can o felino está nervioso o muy estresado, muy asustado o padece dolor.
El medicamento para la eutanasia que usan la mayoría de los veterinarios es pentobarbital. Este barbitúrico (similar al utilizado para las anestesias) se emplea por lo general para tratar las convulsiones, pero en grandes dosis logrará que el peludo amigo pierda la consciencia. Normalmente se administra por vía venosa, con un catéter, para que su efecto sea más rápido.
El medicamento de la eutanasia no solo logra que quede inconsciente y deje de padecer dolor, sino que además provoca la parada cardiovascular y respiratoria. En pocos minutos, su corazón y sus pulmones dejan de funcionar. «Puesto que el animal está inconsciente, no siente dolor: algunos animales fallecen tan suavemente durante la eutanasia, que incluso para los veterinarios es difícil de distinguirlo hasta que no confirman que el corazón ya no funciona», añade Eirmann. Las últimas respiraciones son más bruscas, pero el animal ya no tiene capacidad de sentirlas ni de sufrir.
Cuando fallece, los ojos suelen permanecer abiertos. Y, puesto que existe una relajación muscular completa, es normal que el gato o perro orine o defeque. «Esto es algo que la familia humana también debe saber, para estar preparada», avisa la veterinaria.
Eutanasia a perros y gatos, ¿en la clínica o en casa?
Además, es importante conocer que la eutanasia de estos animales puede realizarse en la clínica veterinaria. En este caso, conviene llevar su cama preferida, su manta y algunos de sus juguetes, para que se encuentre lo más confortable y cómodo posible.
Pero también está la opción de pedir al veterinario que se desplace a casa para practicar la eutanasia. No todos los médicos ofrecen esta posibilidad, por lo que es importante informarse y confirmar que este extremo es posible con antelación. Y no solo eso. De esta manera su humano puede estar presente o no durante estos últimos momentos con su amigo de cuatro patas.
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