Adoptar a un cachorro de perro requiere tiempo e información. Además, para que el proceso sea un éxito, hay cuatro claves fundamentales: el dueño debe cargarse de paciencia durante la adaptación del cachorro adoptado a su nuevo hogar, hay que educar a la mascota de manera adecuada, ayudar a que sea sociable y enseñarle a hacer sus necesidades en el lugar y momento correctos. Como contrapartida, adoptar a un cachorro permite a sus dueños verle evolucionar y crecer hasta convertirse en un perro adulto. Todas estas claves se explican a continuación.
Un cachorro de perro despierta el instinto de protección. Pero, más allá de su imagen de tierno y juguetón, hay que tener en cuenta que su adopción requiere esfuerzo y dedicación extras.
1. La adaptación del cachorro adoptado al nuevo hogar
El cachorro adoptado querrá conocer su nueva casa y moverse por todos los rincones
El cachorro adoptado que llega a su nuevo hogar querrá conocer la casa. Es recomendable dejarle que olisquee y curiosee todos los rincones. Pero después, es aconsejable llevarle a un lugar donde tenga una cama cómoda, comida y agua, y dejarle allí alrededor de tres horas solo, afirma Gregorio Sánchez, educador canino y responsable del Centro de Protección Animal y recogida municipal Los Cantiles, en Rivas (Madrid).
«De esta manera, se consigue que el cachorro se acostumbre a estar tranquilo cuando esté solo, que no llore cuando no esté acompañado y que entienda que sus dueños no pueden estar pendientes de él las 24 horas del día», señala el adiestrador de perros. Además, esta técnica es una forma de evitar la ansiedad por separación.
2. Educar al cachorro adoptado de manera adecuada
El buen comportamiento del cachorro es fundamental para que la convivencia en casa sea fluida. Casi con total seguridad, las conductas inadecuadas -como llamar al perro y que no acuda nunca, prohibirle subir a nuestra cama y que lo haga o que nos muerda con demasiada fuerza y nos haga daño- serán una fuente de conflictos. Por ello, los adoptantes del cachorro deberán evitar estos comportamientos a través de la educación y la sociabilización.
El veterinario José Luis Torres considera recomendable acudir a un educador canino, por lo menos una vez, para que nos marque ciertas pautas que nos ayuden a saber cómo manejar a nuestro perro y a entender su comportamiento.
Una cifra: alrededor del 20% de los cachorros que se adoptan en la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid regresa al albergue. Según Torres, esto se debe a que «no se les sabe educar, ya que hay demasiada permisividad y a los cachorros, como a los niños, hay que imponerles límites y normas porque, de lo contrario, surgirán problemas difíciles de corregir».
3. Sociabilizar al cachorro adoptado
La sociabilización correcta del cachorro es fundamental para que el perro adquiera herramientas que le sirvan para relacionarse con las personas de su entorno y otras, así como con otros congéneres. Para que esto ocurra, es recomendable que el cachorro permanezca con la perra y sus hermanos, como mínimo, hasta los dos meses de edad.
No obstante, en algunos casos, los cachorros menores de dos meses llegan a los albergues procedentes de camadas abandonadas, por lo que en el supuesto de adoptarse un cachorro de esta edad, será importante potenciar esa carencia del aprendizaje. Conviene recordar que la madre le habría enseñado a controlar la mordida y, con sus hermanos, habría aprendido a respetar la jerarquía dentro del grupo.
La paciencia y la comprensión con el cachorro son importantes para que crezca feliz
La forma de compensar esa carencia en el proceso de sociabilización del cachorro adoptado es jugar mucho con él y ofrecerle la oportunidad de relacionarse con otros perros, gatos y personas. Es recomendable también la visita a un educador canino, que nos asesorará sobre cómo ayudar al cachorro a ser sociable. En cualquier caso, la paciencia y el cariño son importantes para que el cachorro crezca feliz y que los dueños disfruten de él. Si además se hace en compañía de niños, o cachorros humanos, seguro que el disfrute y la diversión aumentará de manera considerable.
4. Enseñar al cachorro a hacer sus necesidades en el lugar correcto
Hacer coincidir la llegada del cachorro a casa con unos días de vacaciones será de gran ayuda para poder estar más pendiente del perro en su adaptación al nuevo hogar. Y es que, hasta que aprenda a hacer sus necesidades en el lugar adecuado, requerirá salir más veces de lo normal a la calle. El educador canino Gregorio Sánchez, recomienda sacar al cachorro a los 20 minutos de haber comido. Es decir: si come cuatro veces al día, llevarle a la calle ese número de veces, cada vez que haya transcurrido algo menos de media hora tras la ingestión de alimento.
Algo que nunca se debe hacer es restregar el hocico del perro con sus heces cuando haga sus necesidades en un lugar inadecuado. Además de insano, no funciona. Como mucho, explica Sánchez, «se puede agarrar al cachorro por la piel de la nuca, como haría su madre, pero nunca con violencia o de modo brusco, y zarandearle de forma ligera, mientras se le reprende verbalmente, sin gritos». De todos modos, los castigos no sirven si después no ofrecemos al perro gestos de amor y caricias cuando esté tranquilo y se porte bien.