La cara es el espejo del alma, dice el refrán. Y no solo es aplicable a las personas, sino también a los perros. Con la cara, los canes transmiten gran cantidad de información sobre su estado de ánimo: miedo, tristeza, tranquilidad o nerviosismo. En el caso de los perros, además de los ojos y la boca, también se unen las orejas para informar sobre las emociones que pasan por su cerebro.
La cara del perro ayuda a entender sus emociones
Los perros nacen con la capacidad heredada de comunicarse a través de los gestos faciales con otros canesLa cara del perro es un escaparate de emociones y estados de ánimo. El can transmite gran cantidad de información a sus dueños, aunque estos no siempre la sepan interpretar. De hecho, se pueden producir malentendidos y cuando el can intenta comunicar calma a su dueño, este puede creer que el perro se muestra rebelde.
Saber descifrar lo que el perro nos cuenta con los gestos de su cara es, no obstante, clave para establecer con él una relación fluida. Las señales que emite con la rostro sí pueden ser comprendidas por cualquier congénere.
Todos los perros heredan en sus genes la capacidad de manejar este tipo de mensajes faciales para comunicarse: los gestos faciales de los perros son el resultado de miles de años de evolución de su especie, y pueden ser de varios tipos.
La cara del perro: señales de apaciguamiento o calma
«Este tipo de gestos faciales surgen de la necesidad del can de evitar conflictos con otros perros«, explica Miguel Ibáñez, experto en comportamiento animal y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
«Las peleas son peligrosas para la supervivencia de los individuos del grupo; por ello, se evitan gracias a las señales de apaciguamiento del perro«, añade Ibáñez.
Estas señales de la cara del perro cuyo objetivo es provocar calma y evitar conflictos son:
Redondear las facciones (ojos, cara), colocar las orejas pegadas a la cabeza.
Lo que se podría asemejar a una sonrisa del perro: estirar la comisura de los labios atrás y hacia arriba, o mostrar los dientes sin gesto de fiereza o amenaza.
Bostezar, relamerse, olisquear o mirar hacia otro lado, como si no le importara o se diera cuenta de la actitud amenazadora de su contrincante.
La cara del perro: señales de nerviosismo y excitación
El perro se muestra nervioso por situaciones como el encuentro con otro can; sobre todo, si es una hembra por la que se siente atraído. En esta situación, la cara del perro parecerá que se estira.
Los ojos estarán muy abiertos; muy atentos a todos los detalles. Las orejas caninas estarán levantadas, algo desplazadas hacia atrás. La boca entreabierta, con parte de la lengua fuera, porque el perro jadea de manera controlada.
En el caso en que el perro esté nervioso por otras circunstancias, como la llegada de una visita a casa o porque suene el timbre de la puerta, el perro puede ladrar y moverse de un lado a otro. Su cara tendrá la expresión de estar alerta, olisqueará, jadeará y se lamerá la nariz.
El rostro del perro: señales que preludian un ataque
Los perros son capaces de evitar conflictos con otros canes gracias a las señales visuales que emiten con la caraLos perros son cánidos sociales, que desarrollan su vida en grupo para sobrevivir, reproducirse y relacionarse con sus iguales. Por ello, han desarrollado toda una serie de señales visuales, acústicas y olfativas para mandar mensajes a su grupo.
La finalidad de esta forma de interactuar es, en muchas ocasiones, eludir los enfrentamientos que acaben en más que palabras. No obstante, antes de atacar, un perro lanzará toda una serie de avisos faciales, entre los que se encuentran los siguientes: enseñar los dientes de forma muy intimidatoria; arrugar el hocico, de forma que muestran su dentadura, sobre todo los colmillos.
Las orejas quedan replegadas hacia detrás y sus ojos quedan en posición oblicua. De esta forma, su cara adquiere un aspecto muy poco amistoso, capaz de disuadir a su contrincante; y de lograr que se vaya, si no quiere problemas.
La cara del perro: señales de tranquilidad
Cuando el perro está relajado, su cara denota serenidad. No hay más que fijarse en un perro que dormita de modo plácido.
Sus ojos se cierran o quedan poco abiertos. Su rostro no muestra concentración ni atención. La boca del perro está cerrada y relajada, al igual que todos los músculos de la cara que quedan descolgados o fláccidos.
Las orejas pueden estar rectas o plegadas hacia detrás y, de vez en cuando, el perro relajado que dormita, se lamerá la nariz de manera parsimoniosa.
El rostro canino: señales de sumisión
Si un perro quiere hacer saber a alguien, bien sea persona o perro, que se muestra sumiso frente a su presencia ladeará la cabeza y la agachará, colocará las orejas hacia detrás y se lamerá la nariz de manera rápida.
El objetivo es transmitir este mensaje a su interlocutor: «cálmate, haré lo que tú quieras». Todo un ejemplo de despliegue informativo que tan solo los muy despistados no captarían.