La higiene completa de un perro implica hábitos rutinarios de aseo: el baño, el cepillado y atender a la limpieza de los dientes o de los oídos son partes fundamentales del aseo de un perro, que aseguran su salud y la de las personas con las que convive. En casa conviene incorporar la limpieza del perro como una parte más de la rutina de aseo del resto de familia. Para lograrlo, bastan unos sencillos consejos.
El cepillado del perro: primer hábito diario de higiene
El cepillado del perro es el primer paso obligado para la adecuada higiene de nuestra mascota. Sus paseos por el parque, sus juegos e, incluso, los restos de contaminantes presentes en aire de la ciudad, ensucian el pelaje (manto) de nuestra mascota. El cepillado del can debe ser un hábito diario: es el modo más sencillo de eliminar la suciedad de su cuerpo. Pero también de fortalecer su pelaje y mantener sana su piel y la base del pelo: las púas ejercen durante el cepillado un masaje beneficioso.
La frecuencia del peinado puede variar algo en función del tipo de pelaje: rizado, liso, largo o corto. De modo que un animal con tendencia a presentar nudos y marañas en su cabello puede precisar, incluso, más de un cepillado al día.
El cepillado del can debe ser un hábito diario
Cuanto antes comience a cepillar a su perro, antes aceptará el animal la higiene de su pelo como parte de sus hábitos cotidianos. Recuerde que el can es un animal de costumbres. La rutina habitual del peinado puede convertirse asimismo en una forma de estrechar la relación con su animal de forma positiva: acompañar el cuidado del pelaje con caricias y palabras amables ayuda a que se sienta más cómodo.
El baño en la higiene del perro
El baño con agua y jabón completará la higiene del pelaje y piel de nuestro perro. Un perro de ciudad puede necesitar un baño al mes (si tiene el pelo largo ) o uno cada dos o tres meses (si es de pelaje corto).
El agua de baño debe respetar la temperatura corporal habitual del perro, que de media es de unos 39ºC , dos grados superior a la de las personas. Evitar el contacto directo del producto con los ojos del perro es otra precaución a tener en cuenta. Vigile, asimismo, que no entre agua en sus oídos: unos tapones de algodón en las orejas del perro son un sencillo remedio para servir de barrera.
Cada perro, su champú
En el mercado existe una amplia variedad de productos adecuados para bañar a su mascota (no sirven los fabricados para personas, ya que el PH de nuestra piel es distinto y pueden dañar al perro). Existen champús para perros con pieles muy sensibles, que tienentendencia a las reacciones alérgicas. También los hay específicos para cada tipo de pelo: corto, largo, rizado, oscuro o claro. Es cuestión de elegir el que mejor se adapte a las características del perro. El veterinario puede aconsejarle en este sentido.
Fuera el mal aliento
Una correcta higiene dental es la mejor forma de prevenir el mal aliento en el perro a la vez que evita futuras infecciones y otras dolencias en su boca, como inflamaciones de las encías, dificultades para comer o enfermedades más graves que pueden afectar a órganos como el riñón o el hígado. Una rutina de aseo del perro que incluya al menos dos cepillados de dientes a la semana evitará buena parte de estos posibles problemas.
No se debe olvidar la limpieza de los ojos cuando se trata de cuidar los hábitos de higiene de nuestra mascota. La aparición de las molestas y antiestéticas legañas es sencilla de evitar: basta con usar de forma cotidiana gasas humedecidas en suero fisiológico para eliminarlas. De esta forma, previene posibles infecciones de ojos, como la conjuntivitis.
Oídos sanos y limpios
Los oídos del perro deben ser revisados al menos una vez a la semana en caso de los perros de orejas grandes: sus enormes pabellones bloquean la entrada de aire al interior de los conductos auditivos, lo que dificulta que la suciedad salga arrastrada de forma natural por la corriente.
En el caso del perro de orejas cortas, es suficiente realizar la limpieza de oídos dos veces al mes. Una gasa enrollada al dedo índice le ayudará en esta tarea, que puede completarse con ayuda de productos limpiadores específicos que ayudan a eliminar la cera de las paredes de los conductos auditivos.
Perros guapos y sanos
Los cortes de pelaje habituales, en especial en los perros de pelo largo y fino o rizado, con tendencia a crear nudos, son esenciales. Hoy en día existen multitud de salones de belleza especializados en perros. Importante es, asimismo, cuidar y recortar las uñas de nuestra mascota, en especial en los perros que no tiendan a desgastarlas por sí solos. El veterinario le ayudarán en esta tarea cuando acuda a su consulta habitual.
El cepillado diario del perro conserva sana y libre de suciedad la piel y el pelaje de nuestra mascota.
Un perro de ciudad puede necesitar un baño al mes (si tiene el pelo largo) o uno cada dos o tres meses (si es de pelaje corto).
Una higiene dental adecuada, realizada dos veces a la semana, previene el mal aliento en el perro mientras que evita posibles infecciones.
Una limpieza de ojos adecuada incluye eliminar las legañas con ayuda de una gasa humedecida en suero fisiológico.
Los oídos del perro son una zona muy sensible: existen productos de limpieza que ayudan a eliminar la cera.
Un perro de orejas largas suele necesitar una limpieza de oídos a la semana, mientras que a otro de orejas cortas puede bastarle con dos al mes.
Ante cualquier duda o problema que pueda surgir, una pronta visita al veterinario es lo más recomendable.