Compañía, amistad y complicidad son algunos de los regalos que los dueños de un gato obtienen de la convivencia con él. Por eso, el momento de despedirse de ese amigo especial no resulta fácil. En este artículo se ofrecen pautas para superar el trance, sin perder el recuerdo del compañero que se ha ido. Algunos consejos son exteriorizar las emociones tras la muerte del felino, realizar un ritual de despedida, dejar que el duelo fluya y finalice, así como ayudar a afrontar a los niños la muerte de su mascota.
Superar la muerte del gato: pautas que ayudan
Compartir las emociones ayuda a paliar la tristeza y la sensación de vacío que provoca la muerte del gatoEl vínculo que se crea entre una persona y su felino es muy especial: caricias compartidas, momentos de cariño y de apoyo sin palabras, tiempo disfrutado en común… Según el estudio del Observatorio de la Fundación Affinity sobre el bienestar que aporta a las personas compartir su vida con una mascota, el 36% de los hogares españoles tiene un gato. El 54% de las personas que tienen un animal en casa le lleva visitar a sus amigos, el 84% afirma que juega a diario con él y el 76% le besa a diario.
Cuando la unión especial y única que se crea entre una persona y su felino se rompe por la muerte del animal, a sus dueños les cuesta superar la pérdida y afloran las lágrimas, el dolor emocional, la pena y la tristeza. Pero determinadas pautas ayudan a sobrellevar ese duro momento.
1. Exteriorizar las emociones
Compartir las emociones ayuda a paliar la tristeza y la sensación de vacío que provoca la muerte del gato. Las personas de confianza de nuestro entorno, que también han tenido un vínculo especial con el felino, son quienes mejor pueden comprender la situación y servir de apoyo.
2. Ritual de despedida
«El hecho de llevar a cabo un acto simbólico que sirva para decir adiós al compañero resulta de gran ayuda para que se establezca un antes y un después del fallecimiento del gato», explica la psicóloga Begoña Gallego.
La despedida de los restos del animal puede consistir en un acto sencillo y emotivo que sirva como catarsis para los dueños del felino.
3. Dejar que el duelo fluya y finalice
Cuando muere el gato, tener otro felino en casa puede ayudar a superar mejor el dueloEl duelo por la pérdida de un ser querido es diferente para cada persona, tanto en características como en duración, asegura Gallego. Pero lo importante es evitar la prisa al atravesarlo: las lágrimas, el dolor y la tristeza por la muerte del gato deben fluir para que las emociones no se enquisten. Cada persona necesita su tiempo para incorporar la pérdida a su vida y mantener su recuerdo, sin que le bloquee desde el punto de vista emocional.
4. Ayudar a los niños a afrontar la muerte de su gato
A los niños, sobre todo si son pequeños, entre cuatro y siete años, les cuesta más asumir que el proceso vital de los seres vivos tiene un final y que cuando su mascota muere, se va para no volver. «El motivo es que el vínculo y la amistad que se genera entre el niño y su animal es muy sólido», explica Jesús Esteban, psicólogo y maestro.
Según el citado estudio de Afinitty, ocho de cada diez menores de entre 9 y 12 años prefieren jugar con su perro o su gato antes que con los videojuegos. Además, cuando el niño tiene miedo por la noche, enciende la luz y abraza a su mascota. Y si llega a casa con problemas, busca consuelo en padres y animal por igual.
No obstante, hay una ventaja a favor de los adultos a la hora de ayudar al pequeño a afrontar la muerte de su amigo felino: la imaginación infantil. En estos casos, un cuento puede ayudar al niño a incorporar la dolorosa muerte del gato a su realidad de una manera menos traumática.
No obstante, cuando son mayores de ocho años, la muerte de su felino puede convertirse en una oportunidad para que el menor comprenda, de primera mano, cómo funciona el ciclo vital y asuma que todos los seres vivos tienen un final.
Aunque resulte doloroso, se trata de que el momento no se convierta en traumático y sirva para que los padres aclaren con el hijo sus dudas al respecto de la muerte y de los sentimientos que genera.
La forma de morir de la mascota también afecta a los dueños en el momento de afrontar la situación. No es lo mismo una muerte inesperada, por un accidente, que una eutanasia del felino o el fallecimiento tras una larga enfermedad. Tomar la decisión de practicar la eutanasia al gato por prescripción veterinaria resulta más traumático para los amos.
También es más llevadero el duelo por un felino que muere, porque es muy mayor y completa su proceso vital, que en el caso de un gato joven que fallece atropellado.
Hay personas, además, a las que les puede aliviar el dolor por la muerte de su mascota el hecho de abrir las puertas de su casa a un nuevo felino. Cada duelo se vive de una manera y lo que puede servir a un dueño afligido a otro le puede acrecentar su pena por la pérdida del gato. En estos casos, conviene tener claro que cuando entra otro animal en el hogar, no significa que el que ha muerto quede sustituido y olvidado, sino que esta entrada puede suponer una forma de superar mejor la ausencia del compañero que se fue.