La obesidad es una enfermedad crónica que suele estar causada por un exceso de calorías que el perro ingiere pero no quema. La falta de paseos, el estrés o los hábitos del dueño explican otros tipos de obesidad. Pero hay otras causas. Solo tres de cada diez dueños reconocen la obesidad en su perro. Conocer las razones del sobrepeso del perro ayuda a prevenir la obesidad a tiempo.
El sobrepeso en un perro se denomina obesidad cuando el peso corporal del animal supera al menos en un 20% su talla adecuada en función de su raza, sexo y edad. La razón que mejor explica por qué se acumula la grasa en el cuerpo del animal es una ingesta excesiva de alimento. Este desajuste entre lo que el perro come y lo que gasta es la «principal causa de obesidad en los perros», afirma la Conferencia de Veterinaria Europea, que se reúne cada año en la ciudad europea de Ámsterdam.
«El motivo fundamental de la obesidad canina es un desequilibrio en la ecuación del balance de energía en el animal», explica la Conferencia. El consumo de calorías del perro supera el gasto de energía debido a su escasa actividad física o metabólica, y el animal engorda.
Sobrealimentación y premios en el perro obeso
La ecuación entre la ingesta y el consumo se rompe cuando el animal se sobrealimenta. Es el caso de los perros de apetito voraz, que piden comida a todas horas y nunca parecen saciar su hambre. Los premios en forma de comida y golosinas no ayudan. Un perro glotón es propenso a padecer obesidad, ya que es fácil que ingiera mayor cantidad de alimento de la que necesita.
Pocos juegos al aire libre
La falta de actividad física explica asimismo la obesidad de muchos perros, según las conclusiones de la Conferencia Veterinaria Europea. Los paseos y los juegos al aire libre son esenciales para prevenir el sobrepeso: ayudan a aumentar el gasto energético mientras que previenen la pérdida de masa muscular.
La falta de ejercicio continuado en el animal tiene otra consecuencia negativa: un perro que no pasea ni juega lo suficiente cada vez tendrá menos interés por hacerlo.
Hay razas más predispuestas a la obesidad, como el perro Labrador o el Cocker spanielPor lo que será más complicado que queme las calorías sobrantes. Cuando el desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía se prolonga en el tiempo aparece el sobrepeso, y después la obesidad.
La obesidad varía con la raza
La genética modifica la propensión de un perro a ser obeso. Las razas más predispuestas son aquellas que tienen mayor proporción de tejidos grasos con respecto a su masa muscular. Es el caso del perro Labrador, el Cocker spaniel, el Golden retriever, el Beagle, el Teckel o el Pastor de Shetland, por ejemplo.
De la misma forma, hay otras razas a las que tener una importante masa muscular las protege de acumular grasa innecesaria. Es el caso de los perros Boxer y Pastor alemán, animales menos predispuestos a ser canes gordos.
El sexo del perro también explica algunas concentraciones de grasa: las hembras, por lo general, tienden más al sobrepeso que los machos.
¿Gordo mi perro?
Los dueños no suelen percibir el sobrepeso en su propia mascota. Y esto dificulta controlar la aparición de la obesidad. Apenas tres de cada diez personas admiten la obesidad de su perro cuando existe. Es el resultado de un estudio realizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, dirigido por el catedrático José Alberto Montoya y publicado en la revista científica Journal of Animal Physiology and Animal Nutrition.
El equipo de investigación también señala como posible causa de obesidad canina los hábitos alimentarios de los dueños: un perro con un dueño obeso tienen cinco veces más posibilidades de sufrir sobrepeso.
Cambios en la alimentación
Los cambios de alimento continuados no ayudan al perro a mantenerse en su talla adecuada: una comida nueva suele resultar más atractiva para el animal que sus croquetas habituales.
Apenas tres de cada diez dueños admiten la obesidad de su perro cuando existeSi se realiza el cambio de pienso, se ha de controlar la cantidad de nuevo alimento que consume el can.
El estrés es asimismo responsable de determinados tipos de obesidad en el perro: un animal ansioso puede comer más de lo habitual.
Obesidad relacionada con una enfermedad
El exceso de peso en un perro puede aparecer también como consecuencia de determinadas enfermedades. La diabetes es una de ellas: el perro no produce toda la cantidad de hormona insulina, y se acumula un exceso de azúcar en la sangre.
El perro que no fabrica el número de hormonas tiroides que requiere su cuerpo (hipotiroidismo) es un animal que no controla bien las funciones de su metabolismo. Los lípidos tampoco son aprovechados de forma eficaz y se acumulan en forma de grasa.
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El desajuste entre lo que el perro come y la energía que gasta es la principal causa de obesidad. Consulte la ración apropiada con su veterinario.
El hambre descontrolada puede reconducirse con actividades, juegos o paseos.
Ofrezca a su perro largos paseos al aire libre: le ayudará a gastar grasas mientras que previene la pérdida de masa muscular.
Reconocer el sobrepeso en su perro es esencial para prevenir la obesidad: la palpación y una pronta visita al veterinario le serán de ayuda en esta tarea.
Los cambios de alimento suelen ser atractivos para el perro: vigile la ingesta.
Debe saber que existen enfermedades relacionadas con la obesidad del perro, como la diabetes o el hipotiroidismo.