¿Qué es una llaga en el perro? Es una herida que no cicatriza. Este tipo de lesiones a menudo supuran pus y su cicatrización cuesta más que una herida superficial. ¿Cómo se forma una llaga en el can? Con frecuencia, las llagas se deben a que el perro se apoya mucho tiempo sobre una determinada zona de su cuerpo, en una superficie dura. Conviene prevenirlas y, cuando se desarrollan, aprender cómo curarlas. Todas estas claves se explican a continuación.
¿Qué es una llaga en el perro?
Una llaga es una herida que no cicatriza. Las llagas se pueden deber a diversas causas. La más habitual, según Leire Jiménez, veterinaria, «se produce cuando el perro se apoya en una superficie dura y siempre sobre una misma parte de su cuerpo, como en el momento de dormir».
El perro debe dormir sobre una cama o cuna adecuada para prevenir las llagas
El roce y la presión sobre una parte del cuerpo del perro favorecen las llagas. Por ello, es recomendable que el can duerma sobre una superficie blanda, como una colchoneta, en lugar de hacerlo sobre el cemento o la arena, recomienda Jiménez.
Una llaga no es lo mismo que una herida. La herida se forma tras una perforación o desgarramiento en alguna parte del cuerpo y, por lo general, sangra. Pero una llaga es más profunda. Puede implicar inflamación y supurar agua, aunque no sangre.
¿Cómo se forma una llaga en el can?
Los canes diabéticos tienen más probabilidad de desarrollar una llaga
Un perro puede tener llagas por diversas causas. Además de formarse porque el can se apoye siempre sobre la misma parte del cuerpo, que se acaba por ulcerar (una lesión profunda que supura), la llaga puede tener su origen en el hecho de que el perro sea diabético. El exceso de azúcar en los canes que padecen diabetes favorece las llagas o úlceras.
Los perros que son muy mayores tienen más predisposición a padecer «llagas por contacto, por roce y presión al apoyarse», asevera la veterinaria. Su piel es menos flexible y se forman callos con más facilidad que en el caso de un perro joven. «Una vez que se forma el callo, si se abre y agrieta la piel, se desarrollará la llaga», según Jiménez.
Los canes que padecen leishmaniasis también tienen más probabilidad de padecer llagas. La razón es que uno de los síntomas de esta grave enfermedad es la reducción de la capacidad de cicatrizar, de forma que, en estas circunstancias, cualquier herida, se puede convertir en una llaga.
Las lesiones causadas por la introducción de espigas en la piel es otro posible motivo de formación de llagas. «Se forma un conducto con un orificio externo que no termina de cicatrizar y que se puede ulcerar o convertir en una llaga», según explica Juan Antonio Aguado, veterinario.
¿Cómo curar una llaga?
1. Es recomendable acudir al veterinario para que determine si el perro necesitará antibiótico, en caso de que la zona esté infectada.
2. En casa, los dueños deben limpiar la zona con agua y jabón neutro, y secar con una gasa.
3. Aplicar un producto desinfectante.
4. Cubrir la zona con una crema cicatrizante. El veterinario es quien puede recetar una crema adecuada que tenga propiedades antiinflamatorias y favorezca la cicatrización. «Una llaga tarda en curarse como mínimo 15 días, pero las hay que tardan más tiempo en cicatrizar», explica Jiménez.
5. No cubrir la parte lesionada con una gasa, a menos que el perro se lama la zona.
6. La miel es un remedio casero para aplicar en la llaga. Tiene propiedades antisépticas y cicatrizantes. Pero no solo se puede aplicar miel en la llaga. Es recomendable que el veterinario revise la zona.
Ciertas pautas ayudan a prevenir las llagas en el perro, entre ellas:
Colocar al perro una superficie mullida y cómoda para dormir y descansar. No es recomendable que duerma sobre cemento o arena.
Hay que tener especial cuidado para evitar las llagas en los perros muy mayores. Con ellos, es aún más aconsejable asegurarse de que se tumban y duermen en una superficie blanda.
La higiene adecuada ayuda a prevenir las llagas. Si un perro tiene una herida y no goza de las condiciones higiénico-sanitarias correctas (limpieza, cartilla de vacunación al día), tiene más probabilidades de que la zona lesionada se convierta en una llaga.
La prevención de ciertas enfermedades, como la diabetes o la leishmaniasis, ayuda a evitar las llagas.