El perro Lucas dejará de ser «una cosa» para la legislación. También su amiga Tía, el sonriente can Truman, los gatos de la calle y los felinos adoptados Cabo y Billy. El Congreso de los Diputados acaba de aprobar por unanimidad la reforma del Código Civil en España para que los animales dejen de ser «cosas» y sean considerados, al fin, «seres con sensibilidad». Pero, ¿qué consecuencias tendrá esta reforma? ¿Cómo defenderá la ley a los animales? ¿Qué supondrá para los perros y gatos separados de sus familias por culpa de un embargo? ¿Por qué en nuestro país hasta ahora un animal era tenido en cuenta igual que un microondas? Estas son las respuestas a estas preguntas y todas las claves para entender por qué, al fin, los animales no son «cosas».
Los animales no son cosas: ¡por fin!
Lucas, el simpático perro mestizo que adora perseguir la pelota y dormir junto a su humana en la cama, dejará de ser «una cosa» para la ley en España. Cooper, el gato que sestea por las mañanas y hace reír a su familia por las tardes, ya no será «una cosa». Lo mismo le pasará al simpático can Truman, los felinos de la calle que necesitan protección, la gata Martes rescatada de cachorra de la calle y a la que su familia humana llama «Princesa», los perros que esperan un hogar en los centenares de centros de adopción que hay en nuestro país o la recién adoptada perrita Tía. Todos ellos dejarán de ser, al fin, «cosas» para el Código Civil.
El Congreso de los Diputados ha aprobado por unanimidad una proposición no de ley para cambiar el Código Civil y que este defina a los animales como «seres vivos dotados de sensibilidad», no como «cosas» o «bienes muebles» como hasta ahora. Y no solo eso. Además, los animales de compañía, como Lucas, Truman y Martes, ya no podrán ser objeto de embargo, una triste situación que hace posible que hoy una familia desahuciada pueda no solo perder su casa en España, sino también a sus queridos perros o gatos. Y no son pocos: más de la mitad de los hogares españoles viven con canes y felinos.
«España debe adecuar su legislación al sentir social», explica Miguel Ángel Esteban, portavoz del Observatorio Justicia y Defensa Animal. Este colectivo legal de protección animal ha logrado reunir durante dos años de trabajo más de 240.000 firmas para que los animales dejen de ser «cosas» a través de Change.org y presentarlas en el Congreso junto con el partido Ciudadanos para modificar el Código Civil. El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea ya cambió en 2009 el artículo 13 para reconocer a los animales como seres «sintientes», dotados de sensibilidad.
Perros y gatos ya no podrán ser separados de su familia en un desahucio
El Código Civil español, que se remonta al siglo XIX, considera a los animales como «bienes muebles»; es decir, los engloba en la misma categoría que un frigorífico o que un sofá. Esto explica que un perro o un gato pueda ser separado de su familia durante un proceso de embargo. Pero también hace que ese can o ese felino no pueda ser adoptado en la protectora donde ha acabado por otra familia, al ser «fruto de un embargo».
«También ocurre que quien compra un animal, y este tiene una enfermedad congénita, puede solicitar que se lo sustituyan por otro, porque es como si hubieras adquirido un microondas roto; una consecuencia inadmisible de la ley», dijo el diputado Guillermo Díaz, de Ciudadanos, en el Congreso este pasado 14 de febrero durante la presentación de la iniciativa para que los animales dejen de ser considerados cosas, una propuesta que salió adelante por unanimidad.
#AnimalesNOsonCosas: debate en la Red
Millones de ciudadanos siguieron a través de las redes sociales el desarrollo del debate en el Congreso para reformar el Código Civil en España y dejar de considerar a los animales «como cosas». El interés de los internautas por lo que ocurría fue tal que el hashtag #AnimalesNOsonCosas, etiqueta utilizada para seguir la conversación en las redes sociales, logró posicionarse como el debate más caliente de Twitter durante toda la jornada, como trending topic imbatible.
¿Los próximos pasos? Primero, urgir que el Gobierno tome nota y modifique cuanto antes el Código Civil para que los animales dejen de ser «cosas» y sean considerados «seres sintientes».
¿Y después? ¿Mientras tanto? Que España se incorpore al Convenio Europeo de Protección de los Animales de Compañía, un texto que garantiza una legislación básica para el bienestar animal en los 47 estados del Consejo de Europa. ¡Una firma a la que España llega 30 años después! Entre otras cuestiones, el Convenio pone normas para la tenencia, reproducción, compra y educación de los animales de compañía. Así, prohíbe vender animales a los menores de 16 años sin consentimiento de sus padres y restringe la cría de animales de compañía a personas con conocimientos adecuados.
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