Mastín del Pirineo: todo lo que debes saber sobre esta raza

El mastín del Pirineo es un moloso de proporciones colosales, muy imponente pero de cara afable.

De tamaño muy grande y cuerpo muy robusto, compacto, musculoso y bien proporcionado. Cabeza ancha, fuerte y extremidades potentes y musculadas.

Los machos adultos suele tener una altura de 77 a 81 cm a la cruz (desde la base del cuello al suelo), mientras que las hembras suelen medir entre 72 y 75 cm.

El peso varía según el sexo y el tamaño, pero suele ser de más de 80 kg en los machos, y entre 55 y 70 kg en las hembras.

Los ojos, de expresión noble y alerta, son pequeños, almendrados y de color avellana o marrón oscuro.

Las orejas son medianas, de forma triangular y están ligeramente redondeadas en las puntas. Las lleva caídas hacia adelante y pegadas a los lados de la cabeza en reposo, pero pueden levantarse ligeramente cuando está expectante.

La cola es gruesa, fuerte, flexible y con abundante pelo. Normalmente la lleva baja y cuando está en movimiento, alerta o excitado la levanta en forma de sable sobre la espalda.

La esperanza de vida media de un mastín del Pirineo se sitúa entre los 10 y los 12 años.

Su pelaje es denso, grueso, de largura media (más largo en unas zonas que otras), áspero y resistente a la intemperie. Actúa como una excelente protección contra el frío y la humedad.

El color más común del manto es el blanco y siempre presentan máscara facial y orejas manchadas. Algunos ejemplares pueden tener manchas del mismo color que la máscara.

Por orden de preferencia los colores más apreciados que establece el estándar son blanco con manchas de color gris, el dorado o amarillo, el pardo, el negro, el gris, el beige y el arena.

El mastín del Pirineo es una antigua raza de las zonas montañosas del Pirineo, que se extienden a lo largo de la frontera entre España, Andorra y Francia, y la única natural de Aragón.

Sus antepasados fueron molosos que llegaron con los fenicios por el Mediterráneo a la península hace 3.000 años. Perros que evolucionaron a lo largo del tiempo adaptándose a las condiciones del terreno de las distintas regiones que habitaban.

La historia del mastín del Pirineo está unida al pastoreo trashumante aragonés. Durante siglos desempeñó  la función de guardián y protector de los rebaños de ovejas y de los pastores, frente a osos y lobos, en su camino bajando desde los Pirineos hasta el Maestrazgo, llegando incluso a tierras de Valencia.

Se les admiraba por su imponente tamaño, su resistencia y su gran valentía, ya que eran capaces de enfrentarse a cualquier amenaza para proteger a sus rebaños. También por su enorme lealtad hacia sus dueños. Estas excelentes cualidades los convirtieron en guardianes de confianza para los pastores, ganándose un lugar en la cultura y la historia de las regiones montañosas donde se desarrollaron, siendo un símbolo de la vida rural y de la tradición del pastoreo.

Con el tiempo el mastín del Pirineo ha ido siendo reconocido en todo el mundo como una raza valiosa, tanto por su trabajo como perro guardián, como por su naturaleza amable y entregada como perro de compañía.

La Federación Cinológica Internacional (FCI) reconoció oficialmente la raza en 1954 y en 1977 se fundó en España el Club del Mastín del Pirineo.

La personalidad del mastín de Pirineo se caracteriza por una dualidad que combina proporcionadamente nobleza y fiereza.

Posee un temperamento equilibrado. Manso y sereno por naturaleza, suele mostrar una calma y una compostura que transmiten confianza y reflejan su seguridad en sí mismo. Sin embargo, por su instinto protector y si la situación lo requiere, no dudará en sacar a relucir su enorme valentía y su lado más fiero e intimidante para defender a sus seres queridos, a los que le unirá una lealtad inquebrantable.

Es una raza amistosa, afectuosa y muy inteligente. Son perros que nunca son agresivos sin justificación, pero, desarrollando su función como guardianes, no sentirán temor ni retrocederán ante nada ni nadie. Aunque puede parecer que dormita parte del tiempo, siempre está pendiente de su entorno y de lo que ocurre alrededor.

El mastín del Pirineo es un perro bastante dócil y obediente, pero su gran envergadura y su naturaleza de guardián, requieren de un adiestramiento temprano con refuerzo positivo (premios, caricias y palabras amables) para poder controlarlo bien y que aprenda las ordenes básicas, límites y códigos de conducta.

El mastín del Pirineo es un protector incansable y las funciones de guardia y defensa son las que desarrolla a la perfección y por las que es profundamente respetado y valorado.

Puede ser buen compañero de juegos para los niños, con los que tendrá un comportamiento tolerante, gentil y paciente.

Aunque es un perro muy consciente de sus capacidades y de su fuerza, su gran tamaño y su energía, hacen imprescindible no dejarle sin supervisión cuando comparta tiempo con ellos, porque puede lastimarlos sin intención, sobre todo si son pequeños.

Al ser un perro guardián, su naturaleza es proteger y lo hará por igual con humanos y animales. Su instinto de caza o de presa es nulo, aunque sí puede ser algo territorial. Bien socializado, el mastín del Pirineo puede convivir pacíficamente con otros animales que conozca desde cachorro, y establecer buenas relaciones con otros perros.

El mastín del Pirineo no necesita grandes cuidados, pero es preciso mantener una higiene general regular para garantizar su salud y bienestar.

El manto es denso, grueso, de largo medio, y se le cae bastante pelo. Para evitar la acumulación de pelo muerto, suciedad y la formación de nudos o apelmazamientos, es recomendable un buen cepillado al menos dos veces a la semana, utilizando un cepillo de cerdas firmes o un peine de metal, que penetre mejor en las capas más profundas del manto. En las épocas de muda puede ser preciso hacerlo diariamente.

Se recomienda un baño al mes o cada mes y medio, usando un champú neutro para perros,

El baño se debe realizar sólo cuando sea necesario, esté sucio o desprenda olor. Los baños demasiado frecuentes pueden eliminar los aceites naturales de la piel y afectar también al pelaje. Por eso es aconsejable usar siempre un champú suave y específico para perros.

Además, si el cepillado es recurrente, la mayoría de la suciedad se irá al pasarle el peine.

Es importante prestar atención a la limpieza de sus orejas  porque al ser caídas son más propensas a acumular suciedad y cera y causar infecciones. Se deben limpiar a menudo con un limpiador auricular y un paño limpio, evitando introducir objetos puntiagudos en los oídos.

La limpieza de sus pequeños ojos también tiene que ser habitual si se quieren  prevenir irritaciones. El proceso debe ser cuidadoso y se puede hacer con una gasa o un paño húmedo, eliminando cualquier resto de legañas y secreciones que tenga acumulados alrededor.

El cepillado de los dientes tiene que formar parte de la rutina de higiene y realizarse dos o tres veces  a la semana con una pasta de dientes para perros y un cepillo suave.

Las uñas que crecen demasiado causan molestias e incomodidad al caminar. Para que esto no suceda es importante controlarlas y cortarlas siempre que sea necesario.

Al ser un perro que por naturaleza pasará mucho tiempo al aire libre, es importante protegerlo bien contra pulgas y garrapatas. Dentro de los cuidados y del mantenimiento general hay que incluir revisar periódicamente su pelaje y su piel y usar productos antiparasitarios.

También hay que inspeccionar sus almohadillas y sus dedos para detectar cualquier posible daño, grieta o la presencia de alguna astilla o pincho clavado.

El mastín del Pirineo tiene un hocico grande que va a requerir ser limpiado muy frecuentemente de restos de babas, suciedad o comida que se quede adherida a él o en su lanuda papada.

El mastín del Pirineo no es un perro muy activo, pero el ejercicio moderado debe ser una constante para que no surjan problemas de sobrepeso y mantener su temperamento estable. Debido a su gran tamaño y su peso, es muy importante evitar los deportes y las actividades de impacto, especialmente cuando es cachorro y está creciendo, para que no tenga problemas en sus articulaciones.

En su día a día tienen que ser obligados los paseos o las caminatas largas y tranquilas, donde pueda explorar el entorno y disfrutar al aire libre. Los mastines del Pirineo tienen una afinidad natural por el terreno montañoso, por ello, el senderismo es una excelente actividad para esta raza.

Los juegos de resistencia en los que tenga que emplear su fuerza, como el tira y afloja realizado con su dueño, o los juegos de búsqueda usando su agudo sentido del olfato para encontrar juguetes o golosinas escondidas, además de una manera de ejercitarse físicamente, le proporcionarán estimulación mental.

Algunos mastines del Pirineo disfrutan nadando. La natación es un deporte de bajo impacto, que, además, podrá aliviarles el calor durante los meses más cálidos.

Si se le deja sin control, es un perro que comerá grandes cantidades de comida y probablemente lo haga con ansiedad y demasiado rápido. Esto puede ocasionar obesidad, problemas de estómago o la peligrosa torsión gástrica a la que son propensas las razas más grandes.

Con este punto de partida, es crucial supervisar en todo momento la cantidad de comida que se le da para evitar sobrealimentarlo, y ajustarla a la edad, el peso, el nivel de actividad y el metabolismo de cada ejemplar. Por lo general, lo ideal es distribuir las comidas diarias en dos raciones, una por la mañana y otra por la noche.

La dieta debe ser equilibrada y completa, que satisfaga todas las necesidades nutricionales combinando proteínas, grasas saludables, carbohidratos, vitaminas y minerales. Los alimentos pueden ser piensos secos de alta calidad, formulados específicamente para perros grandes, y complementarlos con recetas caseras elaboradas con alimentos frescos y naturales como la carne cruda, el pescado y las verduras.

Los requisitos calóricos pueden cambiar a lo largo de la vida del mastín del Pirineo. Contar con la ayuda y el asesoramiento de un veterinario o un nutricionista canino, que guíe los cambios que deban irse produciendo en la dieta, es la mejor alternativa para no equivocarse y preservar su salud.

El fuerte y robusto mastín del Pirineo suele tener problemas de salud comunes en las razas grandes y otros derivados de sus propias características físicas.

• Displasia de cadera y de codo: enfermedades de carácter hereditario o provocadas por un peso excesivo, en las que las articulaciones no se forman adecuadamente, causando dolor y dificultades de movimiento.
• Torsión gástrica: afección médica grave que puede ser mortal si no es tratada a tiempo. Se produce cuando el estómago se llena de aire, líquido o alimentos que quedan atrapados, hinchándose, y acaba retorciéndose sobre sí mismo.
• Entropión y ectropión: los ojos pequeños del mastín del Pirineo a menudo presentan estos problemas en los párpados, en los que los párpados se enrollan hacia adentro (entropión) o en el que caen dejando más expuesto el globo ocular (ectropión). Cuando se producen pueden causar irritación y, en casos graves, úlceras en la córnea. El tratamiento puede requerir una intervención quirúrgica para corregir de nuevo la posición de los párpados.
• Problemas cardíacos: conforme se va haciendo mayor, el mastín del Pirineo, al igual que otras razas muy grandes, puede sufrir del corazón, por lo que es conveniente hacer revisiones más frecuentes para detectar y tratar a tiempo posibles irregularidades.

Los perros tienen cinco dedos en sus patas delanteras y cuatro en las traseras. Sólo algunas razas, sobre todo gigantes, entre las que se encuentra el mastín del Pirineo, tienen un quinto dedo en las traseras llamado “espolón”. La causa de su aparición es fundamentalmente genética.

No es un perro adecuado para tener en un piso. Es una raza de exterior, que va a necesitar vivir en un lugar espacioso para sentirse cómodo. Su hogar ideal debe ser una casa grande con jardín, para pasar todo el tiempo que quiera al aire libre, o una casa con terreno en el campo.

El mastín del Pirineo no es un perro difícil de adiestrar, pero controlar un moloso de este tamaño y peso puede resultar un desafío. Por eso es necesario comenzar su educación cuando es un cachorro.

Su naturaleza tranquila y su capacidad para mantener la calma, incluso en situaciones caóticas que no son una amenaza, lo convierten en un compañero excelente para un hogar con niños. También puede ser perfecto para personas mayores que tengan la suficiente energía para poderlo manejar.

Como todos los mastines, por sus anchos y amplios hocicos, tienen tendencia a babear bastante. Las razas grandes conllevan una inversión mayor para su mantenimiento. Dinero que se va, por lo general, en gastos de alimentación y de veterinario.