Llega el nuevo año y es momento de hacer balance de las asignaturas pendientes con respecto al cuidado de nuestros perros. En este artículo se proponen cinco propósitos de hábitos saludables con nuestra mascota para los próximos doce meses: mejorar los hábitos alimenticios del perro, educarle y marcarle unas normas en casa, recoger sus excrementos en la calle, dedicarle más tiempo e invertir en su salud.
1. Mejorar los hábitos alimenticios del perro
Entre el 20% y el 40% de los perros de los países industrializados padece obesidad, según datos de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales. Las consecuencias del exceso de peso para la salud del can pueden ser graves e incluyen los problemas del corazón.
El alimento que se dé al perro debe ajustarse a sus necesidades específicas para evitar un exceso de peso
El nuevo año puede suponer el punto de partida para ofrecer al perro un alimento adecuado, tanto en cantidad como en características. Es decir, debe ajustarse a las necesidades específicas del animal.
No obstante, solucionar un problema de obesidad no es solo cuestión de un cambio de hábitos alimenticios. La actividad física es fundamental para que el perro esté en forma y evitar el sedentarismo depende de los dueños. El nuevo año es buen momento para pasear más con el can, hacer senderismo y jugar en el campo con él.
2. Educar al perro y marcarle unas normas en casa
Las pautas de comportamiento en casa son fundamentales para evitar problemas con el can. «Los perros cuyos dueños les inculcan normas de obediencia son más felices y equilibrados«, según explica Helena Bat, etóloga.
El nuevo año es un momento oportuno para comenzar el aprendizaje de las normas y marcarle límites. No obstante, para educar al perro, se requiere constancia y coherencia en las órdenes que se le dan. Lo apropiado es comenzar por pautas sencillas como: siéntate, quieto, ven, túmbate o no.
Según Miguel Velasco, educador canino, «la ayuda de los expertos en comportamiento canino es fundamental para marcar una hoja de ruta adecuada para la educación del perro. En otros países europeos, como Francia o Alemania, es más habitual que los dueños acudan con sus animales desde que son cachorros a los educadores caninos para que les supervisen.
3. Recoger los excrementos del perro de la calle
Los españoles tenemos la asignatura pendiente de ser más responsables y cívicos con respecto a la recogida de heces de nuestros canes en la calle. Alrededor de 3.766.000 hogares conviven con un perro, según el Estudio General de Medios del año 2011.
Son muchas familias con perro como para que no haya conciencia al recoger sus excrementos de la vía pública. Según Cristina García, presidenta de Galgos sin fronteras, «de la actitud que tengamos las personas que convivimos con animales, depende nuestra imagen y la de nuestros perros».
El año nuevo puede marcar el momento del comienzo para llevar siempre las bolsas para recoger los excrementos. Los ayuntamientos de las distintas ciudades españolas cada vez son más conscientes de la importancia de informar a los ciudadanos y ponen medios a su alcance para que se recojan las heces del perro en la calle.
4. Dedicar más tiempo al can
El exceso de soledad es uno de los problemas de nuestros perros. Sobre todo de los urbanos. La falta de tiempo debido al ritmo que impone el trabajo y el resto de obligaciones diarias también influye en la vida de nuestros canes.
La felicidad no es solo un estado de ánimo de los seres humanos, los perros también la experimentan o carecen de ellaSi bien es cierto que los canes deben asumir la soledad y acostumbrarse a ella de manera puntual durante ciertas horas al día, hay casos en los que el perro pasa de estar unas horas solo a vivir aislado. Arancha Sanz, abogada de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid, opina que «los perros que pasan demasiado tiempo solos no tienen suficiente contacto con la familia», lo que se traduce en ladridos y denuncias de vecinos.
El nuevo año es un punto de partida perfecto para entender las necesidades del perro. El can es un animal gregario, que necesita las relaciones sociales con su familia humana y otros congéneres para ser feliz y estar equilibrado. Sacar tiempo para pasear al perro tres veces cada día y evitar que pase solo más de dos tercios de la jornada es un propósito de hábito de vida saludable para él.
5. Invertir en la salud del animal
El nuevo año es un buen momento para plantearse que la prevención de enfermedades es clave para lograr que el perro tenga una calidad de vida adecuada. Por ello los chequeos veterinarios, las desparasitaciones periódicas, una higiene correcta, el uso de métodos antiparasitarios adecuados y la vacunación son cuestiones fundamentales para garantizar la salud y el bienestar del perro.
El esfuerzo económico que pueden suponer las medidas preventivas contra las enfermedades caninas resulta un sacrificio, pero también una inversión a largo plazo.
El tratamiento de enfermedades como la leishmaniosis es mucho más costoso que el uso de métodos preventivos contra la picadura del mosquito transmisor de esta enfermedad.