Los gatos necesitan distraerse. Con el juego combaten el aburrimiento, potencian su instinto cazador y ejercitan su cuerpo y su mente. Un simple ovillo de lana puede proporcionarles horas de diversión, pero puede que no sea el juguete más apropiado. Puede romperse y terminar en el estómago del animal, lo que obligará a pasar por el veterinario. Pero no solo los ovillos de lana tienen sus riesgos para los felinos. Otros objetos que tenemos por casa también resultan potencialmente peligrosos para el minino. Te contamos cuáles son y por qué debes evitarlos.
Los gatos necesitan poco para divertirse. Un trozo de lana, una hebra de hilo o una pequeña cuerda les proporcionan horas y horas de distracción. Sin embargo estos juguetes, tan simples y en apariencia óptimos para el desarrollo del felino, pueden resultar peligrosos. Los atragantamientos y los atascos en el estómago o en el intestino por la ingesta accidental de un fragmento de estas fibras textiles son bastante comunes y pueden acabar en un buen susto y una visita urgente al veterinario.
Pero controlar un gato en el día a día es complicado. Con poco que nos despistemos, cualquier pequeño objeto puede ser «robado» por el animal para entretenerse. Si supervisamos el juego del felino podemos dejarle experimentar con lo que encuentre por casa. En caso contrario, y para evitar hurtos y momentos de tensión, lo menor es comprar juguetes seguros y adaptados a las necesidades gatunas en tiendas especializadas.
Ovillos de lana, ¿qué tienen que les gustan tanto a los gatos?
Los felinos tienen un fuerte instinto cazador. Si bien para sobrevivir ya no necesitan acechar, perseguir y capturar a sus presas, aún manifiestan esta conducta innata en el momento del juego, pero también en sus momentos de descanso. De hecho, se puede presuponer que si durmiendo se agitan o mueven rápido sus patas los gatos sueñan con que persiguen un ratón o un juguete.
Los ovillos de lana son uno de esos objetos cotidianos perfectos para que los felinos expresen las tendencias naturales de su especie. Son blandos, pesan poco y se mueven con facilidad, idóneos para atrapar. Ruedan, se balancean, desenrollan y deshilachan, se enganchan a las garras y pueden lanzarse al aire. Para un minino, sea de la edad que sea, son extremadamente entretenidos. Además tienen texturas diferentes, lo que les hace muy atractivos.
Jugando con una madeja de lana los gatos estimulan y potencian sus instintos cazadores. A la vez ejercitan su cuerpo, adquieren el tono muscular adecuado y ganan en elasticidad. También vencen la rutina y el aburrimiento, algo que, si no se palia, puede desencadenar en episodios de ansiedad y en actividades poco positivas, como el mordisqueo de muebles o el arañado de sofás. En definitiva, con el juego mantienen y mejoran su salud mental y física. Pero, ¡cuidado!, porque si les dejamos a su libre albedrío y sin vigilancia, los ovillos pueden resultar muy peligrosos.
¿Por qué son un juguete peligroso para ellos?
Está claro que los ovillos son extraordinariamente gozosos para los felinos, pero entrañan un riesgo. Si durante el juego el animal mordisquea la lana e ingiere fibras puede atragantarse, lo que se aprecia al instante porque intentará vomitar para deshacerse de los hilillos que han quedado atrapados en su tráquea. En estos casos contactar de inmediato con el veterinario es fundamental para saber cómo actuar ya que, por las características de la lengua del felino, será imposible que escupa por sí mismo la lana.
Lo más habitual cuando un gato come accidentalmente un trozo de lana es que lo trague, quedando alojado en alguna parte de su tracto digestivo: esófago, estómago o intestino. Frecuentemente un cabo del hilo queda atascado a la salida del estómago, mientras que el otro se extiende por el intestino, con lo que empieza a enrollarse. En estos casos la actuación del médico es imprescindible para salvar la vida del animal.
Además de los atragantamientos y problemas estomacales, el ovillo al devanarse puede envolverse alrededor del cuello del gato provocándole un ahogamiento o enrollarse entre las patas, haciendo que tropiece y caiga.
Imagen: Alexas_Fotos
Otros juguetes peligrosos para felinos
❌ Trocitos de hilo, cuerdas pequeñas o gomas de pelo. Como ocurre con la lana, pueden ser tragados por el gato durante el juego y quedar atascados en el estómago o el intestino del animal.
❌ Plumas de las aves. Algunos juguetes que venden en las tiendas especializadas incorporan plumas de aves para estimular el instinto cazador del gato. Puedes utilizar estos objetos pero siempre controlando que el minino no muerda ni ingiera las plumas.
❌ Tapones de los oídos. Son pequeños, suaves, blandos y se enganchan con facilidad a las garras: los tapones que usamos los humanos para minimizar el ruido exterior son maravillosos para el juego del gato. Vigila al minino ya que los perseguirá durante el juego para atraparlos y puede tragarlos accidentalmente.
❌ Peluches. Si tienen botones, trozos textiles o distintas texturas el gato experimentará hasta el agotamiento. Sin embargo también son peligrosos porque pueden romperse, terminando los fragmentos en el estómago del animal.
❌ Bolsas de plástico. ¡La de juego que le da a un gato! Se meten dentro, se esconden, las lanzan al aire y las mordisquean… Puedes dejarle experimentar, pero supervisa que no trague ningún pedazo de plástico.
❌ Punteros láser. Perseguir una luz que no para quieta por la casa es súper divertido para algunos gatos. Los punteros láser pueden entretener largo tiempo al felino, pero ten cuidado con apuntar hacia la piel o a los ojos del animal, podrías dañarle.