Uno de cada dos perros mayores de 15 años sufre Alzheimer. El síndrome de disfunción cognitiva provoca que el can anciano se despiste, tenga pérdidas de memoria, se desoriente y, en ocasiones, no reconozca a su dueño. El motivo es que los perros con la enfermedad de Alzheimer oyen y ven peor y su cerebro tampoco funciona como antes, a consecuencia de la demencia. Para ayudar al animal, se necesita saber qué es el Alzheimer canino, cuáles son sus síntomas y cómo atender con cariño y mimos especiales al perro que envejece.
Alzheimer en perros: ¿qué es?
La mitad de los perros mayores de 15 años sufre Alzheimer canino, una demencia que les desorienta y provoca pérdida de memoria
A medida que aumenta la edad del perro, el riesgo de que sufra Alzheimer se incrementa. Uno de cada cuatro perros mayores de ocho años padece esta demencia, llamada síndrome de disfunción cognitiva. Y afecta a más de la mitad de los canes mayores de 15 años (61%). Son las conclusiones de un estudio realizado por la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología, en Chile.
El síndrome de disfunción cognitiva es un conjunto de cambios de conducta detectados en el perro anciano, como resultado de un proceso degenerativo de su sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). «El cerebro del can comienza a involucionar, a ir hacia atrás. Al igual que su corazón y otros órganos, empieza a perder su funcionalidad», señala el veterinario Adrián Aguilera. Comparado con las enfermedades humanas, el síndrome de disfunción cognitiva es una especie de Alzheimer del perro.
Este deterioro puede ser un proceso doloroso para muchos dueños, ya que el síndrome de disfunción cognitiva explica la pérdida de su capacidad de aprender e incluso la merma de memoria que sufren muchos perros ancianos.
También les provoca cambios de comportamiento. Estas alteraciones pueden llamar la atención del propietario. No es extraño que el can demande más tiempo para dormir, esté más gruñón y menos paciente con otros animales jóvenes o busque momentos para pasar en soledad, de un modo tranquilo. «Es normal que el perro sufra un cambio de carácter al convertirse en anciano, debido a los cambios y deterioros que esto supone», explica el especialista. La disminución de la energía y el aumento del sueño son normales: el can senior no quiere hacer tanto ejercicio, «le cuesta más trabajo moverse» y dormirá más horas, aunque su sueño sea más ligero.
Síntomas del Alzheimer en perros
Algunas de las señales que advierten de que el perro sufre el síndrome de disfunción cognitiva son la «disminución de su actividad, menor interacción con sus propietarios y la desorientación«, asegura Aguilera.
Un perro con Alzheimer canino puede llegar a desorientarse en su propia casa
El envejecimiento del can supone cambios físicos y metabólicos que el propietario debe conocer. La actividad física del perro se ralentiza y el animal tendrá más complicaciones para andar. No es extraño que, incluso, padezca algún tipo de cojera. Puede necesitar paseos al aire libre más cortos y, en ocasiones, ayuda para subir o bajar las escaleras y para montar en el coche. Los ojos y el oído del peludo amigo sufren también un deterioro notable.
Además, un can con Alzheimer puede llegar a perder la orientación en su propia casa o arañar la puerta de una habitación porque no sabe dónde está. La merma de su memoria explica que, en ocasiones, no reconozca a su dueño o que no responda cuando este le llama. Incluso puede tener conductas anormales en él hasta entonces, como realizar sus necesidades en casa.
El envejecimiento en el perro
Se considera que un perro inicia la vejez a los seis o siete años
El tiempo biológico del perro es distinto al de las personas. Su vida es más corta que la humana, de manera que, cuando cumple siete años, empieza a ser un can anciano. Y el cerebro, como su cuerpo, también envejece.
No obstante, no todos los perros se hacen ancianos a la misma edad. «Aunque es cierto que los canes de raza grande envejecen más deprisa que los de raza pequeña, la edad de seis o siete años suele considerarse el principio de la vejez», afirma el veterinario Adrián Aguilera.
Cuidar con cariño al perro anciano
El perro puede mostrarse un poco más gruñón durante su vejez. Esto es una consecuencia lógica del deterioro de sus capacidades físicas y mentales. Sin duda, el cariño y los mimos del dueño le reconfortarán durante esta etapa.
El can en la vejez aprecia de un modo especial la tranquilidad. Si siempre precisa sentirse cómodo en casa, ahora que es anciano lo necesita aún más. Por eso, debe disponer de un sitio tranquilo y caliente donde encontrarse confortable.
Pero el hecho de que precise calma no significa que disfrute en esta etapa al estar alejado de su dueño. Más bien, todo lo contrario. Necesitará cariño y compañía más que nunca.
El animal senior agradece que se le deje dormir tranquilo durante largos ratos, aunque, por el contrario,
Si la separación de sus dueños es larga, como en el caso de un viaje, esta será más complicada para el can. Es posible que el distanciamiento le provoque estrés o, incluso, le agrave alguna enfermedad. Así que si se tiene que salir unos días, se deberá dejar a alguien a su cargo, que le vigile y le dé de comer; en definitiva, que respete su rutina. En estos casos, una opción para disfrutar del perro anciano es organizar el traslado con él, sin olvidar su seguridad y su bienestar. Ambos deben primar de forma muy especial al planificar un viaje con el can senior.
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El síndrome de disfunción cognitiva, o Alzheimer canino, se desarrolla en el perro anciano como consecuencia de un proceso degenerativo de su sistema nervioso central.
No es extraño que el can senior demande más tiempo para dormir, se muestre más gruñón y busque momentos para pasar en soledad.
La llegada de las vacaciones, o una mudanza, puede ser un momento delicado para el can mayor. Es posible que el distanciamiento le provoque estrés o le agrave alguna enfermedad.
Si se detectan señales del síndrome de disfunción cognitiva en el perro, se debe acudir pronto al veterinario para que aconseje, en cada caso, lo más apropiado para el can.
El cariño y los mimos del dueño reconfortarán al perro anciano. El viejo amigo le necesita más que nunca.