Regular el acceso de los perros a las playas españolas es una responsabilidad de las ciudades costeras. Esto explica que cada localidad cuente con una norma distinta. Hay municipios que prohíben el acceso de las mascotas a los arenales durante todo el año, y otras que lo restringen solo durante la época estival. Conviene conocer las ordenanzas antes de aventurarse a dar un paseo con su can por el litoral: las multas, según la ciudad, llegan hasta los 3.000 euros.
Las playas españolas están protegidas por la Ley de Costas nacional, de 1988, que dibuja a grandes trazos lo que se puede ,o no, hacer en los arenales. Esta norma estatal vela por la conservación del litoral, y se centra en aspectos ambientales generales como el control del urbanismo y las expropiaciones de viviendas construidas antes de su aprobación.
Cada ciudad costera tiene normas propias para cuidar sus arenales. Y no siempre los perros son bien recibidosLas comunidades autónomas costeras, además, suelen contar con sus propias normas de gestión del litoral, que deben respetar la Ley de Costas.
Pero cuando se trata de conservar limpias las playas, la responsabilidad recae sobre cada ciudad costera. Son los ayuntamientos los que deben «mantener las playas y los lugares públicos de baño en las debidas condiciones de limpieza, higiene y salubridad», señalan desde la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Esto explica que cada ciudad con playa dentro de su término municipal cuente con normas propias para cuidar sus arenales. Y no siempre los perros son bien recibidos. Pasear con su mascota por la costa resulta una actividad muy agradable, pero la caminata puede acarrearle una sanción a quien desconozca, o desobedezca, las normas, ya que la mayoría de los ayuntamientos cuenta con ordenanzas específicas que regulan el acceso de las mascotas a sus playas. Y castigan a quienes las incumplen.
Conocer las normas antes de pasear con su perro por la playa
Antes de aventurarse a transitar por la playa con su perro, es recomendable informarse de acerca de las ordenanzas municipales que rigen en el municipio. «Se sugiere contactar con el ayuntamiento donde se encuentra la playa, al ser el organismo que posee las competencias en materia de limpieza, ordenación de actividades y seguridad de las playas, así como las relacionadas con animales de compañía», señala la Junta.
No son pocas las playas que, además, se encuentran dentro de los límites de un parque natural o nacional protegido. Es el caso, por ejemplo, de los extensos arenales del Parque Natural Cabo de Gata, Najar, en Almería. Pero, también, de las zonas de baño marítimas de las islas Cíes, en Galicia, y de las playas catalanas incluidas dentro del Parque Natural del Delta del Ebro.
«En caso de tratarse de una playa sometida a una protección especial, por encontrarse en un espacio natural protegido, se ha de poner en contacto con la delegación de Medio Ambiente de la provincia donde esté ubicada la playa en cuestión», aconsejan desde el departamento de Medio Ambiente andaluz.
Restricciones frecuentes para los perros en el litoral
Algunos núcleos urbanos prohíben el paso a las mascotas a las playas durante todo el año. Es el caso de Las Palmas de Gran Canaria, cuyo ayuntamiento veta a las mascotas incluso pasear por el paseo marítimo. La polémica decisión fue tomada «por razones de higiene», según señaló el ayuntamiento.
En cualquier caso, cuando una localidad opta por impedir el paso de animales domésticos a sus playas, el consistorio suele anunciarlo con carteles, como en el caso de Las Palmas, o lo explica con campañas informativas previas para comunicar a los dueños las restricciones.
Existen ayuntamientos que limitan la prohibición para pasear con los perros por la arena a los meses en los que el termómetro marca las mayores temperaturas. Es el caso de algunas playas asturianas, como la de San Lorenzo y El Arbeyal, ambas en la ciudad de Gijón, donde no se permite el acceso de mascotas hasta el día 1 de noviembre.
Multas por pasear con el perro por la playa
Las sanciones por incumplir la prohibición de acceder con mascotas a las playas varían según la ciudad, ya que las mismas ordenanzas municipales que limitan la presencia de perros en los arenales suelen contemplar, además, las multas por infringirlas.
Un vecino de la turística localidad cántabra de San Vicente de la Barquera, por ejemplo, se arriesga a pagar una multa de 600 euros por acceder a la playa con su perro.
En Tarragona, la multa por pasear con su perro en la playa es de entre 750 y 1.500 euros. En Cangas, hasta 3.000 eurosLos agentes de la Policía Local de Laredo, por su parte, pueden castigar a quienes sean cazados in fraganti con su mascota suelta en los arenales con 900 euros. Mientras que en la ciudad de Santander el castigo máximo por esta práctica no supera los 90 euros.
Las multas que pueden sufrir los habitantes de otras regiones son aún de mayor cuantía: el Ayuntamiento de Tarragona considera penas de 750 y 1.500 euros por vulnerar la ordenanza municipal que prohíbe la presencia de perros en las zonas de baño marítimas, una conducta que el consistorio considera como «infracción grave». La presencia de canes en las playas de Cangas, en Galicia, puede suponer sanciones de entre 1.500 y 3.000 euros.
Los ayuntamientos costeros son los responsables de mantener limpias sus playas y de regular la presencia de mascotas en ellas.
Infórmese de la normativa de acceso a los arenales que rige en su ciudad: cada núcleo urbano aprueba sus propias ordenanzas, y las sanciones por infringirlas.
Cuando la playa se encuentra en un espacio natural protegido conviene contactar, además, con la delegación de Medio Ambiente provincial.
Vigile los carteles: algunos núcleos urbanos prohíben el paso a las mascotas a las playas durante todo el año, pero suelen señalizarlo.
Las sanciones por incumplir la prohibición de acceder con mascotas a las playas varían según la ciudad: desde los 90 euros de Santander, hasta los 3.000 euros de las playas gallegas de Cangas.