Los perros grandes no son los más peleones o, al menos, no son los que más ataques a personas y otros canes protagonizan, explican los científicos. Este artículo recoge la lista de los perros más cascarrabias y belicosos, un podio ocupado por tres canes de pequeño o mediano tamaño: el perro salchicha, el chihuaua y el bicolor Jack Russel.
Los perros de raza pequeña muerden más
La agresividad del perro no crece con su tamaño. La regla general responde mejor a la inversa, afirman los científicos. Sin embargo, la ley de perros «potencialmente peligrosos» pone el foco en los canes de gran envergadura y físico privilegiado, entre los que incluye al pitbull terrier y al rottweiler. El mordisco de un perro grande implica más riesgo que el de un can de reducido tamaño. Pero, ¿está relacionada la conducta agresiva caninas con la talla del animal de este modo? Los científicos aseguran que no.«Cuando uno analiza con detalle distintas razas de perros y sus ataques a personas y otros canes es fácil constatar que algunas razas de perros de tamaño pequeño están entre las más agresivas«, asegura el etólogo canino James Serpell, director del Centro de Interacción de los Animales en la Sociedad de la Universidad de Pensilvania.
Los perros pequeños suelen ser más peleones con las personas, pero los grandes se enfrentan con otros canes con mayor o menor gravedad
Serpell ha hecho este trabajo, y sus conclusiones desmontan algunas creencias frecuentes respecto a la supuesta agresividad de ciertas razas caninas, como las que relacionan a los perros de gran tamaño con una presunta belicosidad superior. Los resultados de su investigación han sido publicados en la revista científica ‘Applied Animal Behaviour Science‘.
Tras analizar el comportamiento de más de millar de perros de 30 razas distintas, el equipo de investigadores que lidera ha llegado a la conclusión de que algunos canes de tamaño reducido, como el perro salchicha (o dachshund), el diminuto chihuahua así como el Jack Russell terrier son los más peleones. Y también los que más muerden y protagonizan un mayor número de ataques a personas y a otros canes.
Perros pequeños con malas pulgas
Uno de cada cinco perros salchicha ha mordido a una persona desconocida para ellos
Estos canes son pequeños, pero algunos también muy cascarrabias. Uno de cada cincoperros salchicha ha mordido a una persona extraña para ellos o, al menos, ha tratado de hacerlo. Y uno de cada doce de estos canes ha gruñido y sacado su cara menos amable incluso a sus dueños.
Un apunte en defensa de estos pequeños amigos de cuatro patas. La talla reducida de estos canes les pone en ocasiones en situación de inferioridad, lo que puede explicar que desarrollen un sentimiento de ansiedad que derive en un mordisco defensivo. Estos perros de reducida fisonomía, sin embargo, suplen su mal humor con otras virtudes. Muestra de ello es que el dachshund o perro salchicha (can tejón, en alemán) se encuentra entre los diez perros preferidos para compartir la vida.
Los perros grandes también muerden, pero a otros canes
Una mirada más atenta a la agresividad canina permite sacar otras conclusiones no menos interesantes. Aunque la fama de fieros de algunos perros grandes, como el pitbull o el akita, no siempre se corresponde con la realidad -y no están entre los más mordedores de personas, aunque sus ataques sí pueden entrañar gravedad-, estos canes sí se muestran belicosos en los encuentros con otros congéneres. Dos de cada diez pitbulls y akitas han causado agresiones de mayor o menor gravedad a otros canes que no conocían.
Conocidos estos datos, la pregunta que surge es si la combatividad del perro está ligada con la raza canina. Los científicos afirman que no, y añaden que es la relación con su dueño la que marca el posible nacimiento de un comportamiento belicoso en el perro.
«Los perros que son considerados compañeros y amigos por sus dueños tienen mucho menor riesgo de desarrollar una conducta agresiva canina», dice Andrew Jagoe, científico y profesor de la Universidad de Cambridge.
La actividad física que comparten personas y sus peludos compañeros también reduce de forma notable la ansiedad de los perros y, con ella, el riesgo de que ataquen a otro animal. «Por el contrario, los perros con una relación menos estrecha o que solo son considerados como perros guardianes de la casa tendrán más posibilidades de protagonizar un ataque a personas o perros», concluye Jagoe.
El dolor y el maltrato al perro funcionan como interruptores de la agresividad canina. Esta es la conclusión a la que llega un equipo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona encabezado por el etólogo clínico Tomàs Camps.
“Existen multitud de enfermedades que pueden causar o agravar un problema de agresividad en los canes. Pero, entre ellas, el dolor es una de las más relevantes“, asegura Camps.