La crisis también se ceba con perros y gatos. Más de medio millón de canes y felinos no acudirán ni una sola vez al veterinario este año en España, según un reciente estudio. En este artículo se analiza cómo el desempleo afecta a la salud de perros y gatos, cómo descienden el número de visitas al veterinario y por qué enfermedades graves como la leishmaniasis canina pueden proliferar.
Medio millón de perros y gatos sin veterinario por la crisis
La crisis ha puesto en peligro la salud de los cerca de cinco millones de perros y más de tres millones de gatos que viven en España. Una de cada diez familias españolas tiene problemas para llegar al fin de mes, mientras que el 7% admite retrasos en el pago de las facturas (hipoteca, gas, alquiler), según la ‘Encuesta de condiciones de vida‘, del Instituto Nacional de Estadística. Y esta pérdida de nivel adquisitivo ya se ha hecho notar en el bienestar de los peludos inquilinos del hogar.
El desempleo y la crisis se ceba con las mascotas, que cada vez acuden menos al veterinario
Con más de seis millones de desempleados en España, la salud de perros y felinos está en riesgo como consecuencia de los recortes económicos y la falta de ingresos de sus dueños. Tanto es así, que más de medio millón de canes y felinos no acudirán ni una sola vez al veterinario durante 2013, según un estudio realizado por la consultora veterinaria VMS (Veterinary Management Studies).
«El número de perros y gatos que están fuera del control veterinario es muy relevante, y puede constituir un problema para la salud pública realmente importante», advierte a Josep A. Gómez Muro, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona.
La pérdida de pacientes caninos y felinos en las clínicas veterinarias no deja de crecer: cada tres meses, las revisiones sanitarias se reducen un 6,4%. Para Gómez Muro, «están en juego los controles y la prevención de enfermedades» entre los peludos inquilinos del hogar.
Un estudio realizado en EE.UU. confirma esta tendencia también fuera de las fronteras españolas: más de la mitad de las clínicas veterinarias del país han perdido visitas de peludos pacientes.
La salud de perros y gatos no es un juego
Los controles veterinarios son esenciales para asegurar la salud de los peludos amigos, y detectar a tiempo dolencias que pueden agravarse con el tiempo. No es extraño que un perro o gato sea portador de una enfermedad grave, como la leishmanianis canina, que puede no ser reconocida por sus dueños.
«Los perros y gatos pueden sufrir enfermedades graves que, sin embargo, no provocan síntomas aparentes en el animal», advierte por su parte Xavier Roura, del Hospital Veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona, y especialista en leishmania y otras enfermedades transmitidas mosquitos.
La tenencia responsable de perros y gatos, así como realizar las revisiones veterinarias anuales que el peludo amigo necesita para estar sano son pautas ineludibles para garantizar el bienestar de los animales, recuerdan los expertos.
Además, estos chequeos regulares implican un desembolso, pero, a medio y corto plazo, suponen un ahorro en los gastos del perro y gato: los controles veterinarios previenen enfermedades cuyo tratamiento posterior será más costoso.
Leishmaniosis y enfermedades transmitidas por garrapatas
El cambio climático, con su paulatino incremento de las temperaturas estivales en España, tampoco favorece la salud de perros y gatos. Algunas de las enfermedades más peligrosas – como la leishmaniasis y dolencias graves transmitidas por garrapatas– proliferan con el calor y la humedad, ya que los insectos que las transmiten se reproducen mejor en estas condiciones.
La leishmaniasis es una enfermedad transmitida por un parásito (leishmania) que se introduce en el perro tras la picadura de un mosquito (flebotomo). El parásito invade los órganos caninos y afecta al sistema inmunitario del perro.
Como consecuencia, el perro sufrirá problemas cutáneos, en las articulaciones, dolencias renales y daños en los ojos. En el peor de los casos, la leishmania causará la muerte del perro.
Por su parte, las enfermedades transmitidas por la picadura de la garrapata al perro forman un amplio grupo entre las que destacan la ehrlichiosis, babesiosis y la borreliosis. La mayoría son mortales, si no se detectan a tiempo.