Niños con problemas de movilidad, autismo o discapacidades auditivas o cognitivas. Son algunos casos en los que una terapia asistida con animales puede ayudar a mejorar la integración y superar sus limitaciones. Este artículo explica qué es la terapia asistida con animales, cómo se aplica con los niños con discapacidad y dónde acudir para que el niño la reciba.
Terapia asistida con animales para niños con discapacidad
La terapia asistida con animales permite que un animal forme parte del proceso de recuperación del paciente. Perros, gatos, caballos, peces, pájaros o delfines son algunos animales que pueden formar parte de este método de trabajo y ayudar a los niños con discapacidad en su tratamiento.
La terapia con animales para niños con discapacidad permite a los terapeutas trabajar de manera más sencilla
Los niños tienen a menudo buena conexión con los animales. Por ello, su presencia en terapias para niños discapacitados tiene buenos resultados. El hecho de acariciar al animal, lanzarle un juguete o que el perro le ponga la pata en el regazo supone un poderoso reclamo para el pequeño.
Perros y niños con discapacidad, ¿cómo trabajan?
El perro ayuda al médico, al psicólogo o al fisioterapeuta a llegar al niño. Gregorio Sánchez, educador canino, ha trabajado en varias terapias asistidas con animales, en especial con pequeños con síndrome de Down. «El perro puede ayudar a estos niños a controlar el tiempo y los horarios», explica.
Un perro invita al niño a jugar, interactuar, caminar o hablar, por lo que la sesión de fisioterapia se hace más divertida. El niño espera con ilusión el momento del encuentro con el perro. En esa relación de amistad, el perro no juzga al niño por sus limitaciones, sino que le acepta tal y como es. Y esta es la principal baza de los terapeutas para motivar y tratar al niño con discapacidad.
Canes terapeutas, ¿cómo son?
Los perros de asistencia desarrollan una relación de amistad especial con los niños
No todos los perros son aptos para trabajar como terapeutas infantiles. Estos animales deben tener un determinado carácter. Necesitan ser sociables, cariñosos, niñeros, pacientes, juguetones.
Sin embargo, los canes no tienen que ser de determinada raza. Muchos de ellos son mestizos.
Barbus y Rex son dos de estos animales, con los que trabaja Sánchez en sus sesiones. Están educados para obedecer ciertas pautas -ven, siéntate, túmbate-. Además, los perros de terapia asistida con niños con discapacidad son equilibrados. No son miedosos y su sociabilidad les permite relacionarse con extraños.
No obstante, los perros cumplen otras funciones, como las de asistencia. Cuando el niño con discapacidad tiene problemas de movilidad, el perro es capaz de recoger objetos del suelo, abrir y cerrar puertas o pulsar un botón del teléfono con un teclado especial para hacer una llamada de emergencia.
El contacto de los niños con perros u otros animales, como gatos o caballos, es recomendable. Ayuda al desarrollo de sus capacidades de relación social. En el caso de niños con discapacidad, es igual o más aconsejable, porque además, si son canes de asistencia, les sirven como terapia.
El interés por los beneficios de las terapias asistidas con animales ha aumentado en España en los últimos años. Así lo cree Maribel Vila, técnico de terapias asistidas con animales, de la Fundación Affinity. “El número de centros que han solicitado un perro para realizar terapias en la fundación se ha triplicado en los últimos años”
Algunas asociaciones donde se imparte terapia asistida con animales para niños son:
Fundación Affinity. Es el grupo pionero en el desarrollo de terapias asistidas con animales en España.
Las primeras experiencias se llevaron a cabo en el año 1995. Sus terapias las realizan con distintos grupos sociales, desde ancianos hasta niños con distintos tipos de discapacidad.
Asociación Acavall. Cuenta con terapias asistidas con caballos y perros. Las personas interesadas en trabajar como técnico en este tipo de terapias también pueden encontrar formación al respecto en este centro.
Los niños con problemas de relación social, como los niños con autismo, también se pueden beneficiar de la terapia asistida con animales. El papel de los canes es clave para romper la barrera de comunicación con el mundo exterior al niño, asegura Gregorio Sánchez.
“A partir de ese momento, el terapeuta tiene la puerta abierta para trabajar con el niño sus habilidades sociales”, asegura. De hecho, muchos padres con niños que tienen este tipo de problemas deciden tener un perro en casa.