Cada vez son más las playas para perros que proliferan a lo largo y ancho del territorio español. Los arenales caninos son una forma divertida de viajar con la mascota en vacaciones, combatir el calor y, además, de jugar y pasar tiempo de calidad con el animal. Sin embargo, el mar también implica algunos peligros para el can. En este artículo se recogen cinco trucos para que sus baños en la playa sean seguros: no olvidarnos del agua, llevar crema del sol para el perro, ofrecerle nuestra sombrilla, mojar sus patas y evitar ahogamientos.
Los baños en la playa suponen algunos peligros para los perros, como los ahogamientos y el golpe de calor
Los baños en el mar no están exentos de peligros. Los datos son elocuentes. El agua se cobra cada año cerca de 450 vidas humanas en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y los perros, aunque sin cifras oficiales por el momento, no están exentos de este riesgo. Estas amenazas incluyen las altas temperaturas, los golpes de calor, las quemaduras solares, las heridas en sus patas por cristales abandonados en la arena y hasta las picaduras de medusas.
A continuación se exponen cinco consejos para que el baño del can en la playa sea seguro.
1. Playas para perros: no olvide el agua
El agua fresca y abundante es la mejor ayuda para proteger al perro de sufrir un peligroso golpe de calor en la playa. «El agua fría y un bebedero canino son esenciales contra los efectos perniciosos de las altas temperaturas de la costa», explica el veterinario Ion Sustatxa, autor del blog Amores perros… y gatos.
Los canes viajeros tienen distintas opciones donde escoger: hay desde los clásicos recipientes de agua para perros -mejor de cerámica, porque son más resistentes al calor- hasta los cuencos plegables -de tela o nailon-, que permiten ser doblados y ocupan menos espacio en la bolsa.
2. Playas para perros: recuerde la crema solar canina
Los canes también sufren quemaduras solares y ampollas en la piel como consecuencia de la exposición solar, en especial si tienen el pelo de color claro. Las quemaduras son, además, frecuentes en las zonas de mucosa, como la nariz. Otras partes del cuerpo del animal descubiertas de pelaje, como la punta de sus orejas y el área que rodea las uñas de las patas, son también zonas vulnerables a los peligros del sol.
Un perro en la playa estará protegido con agua abundante, cremas solares y una sombra donde cobijarse
¿Cómo proteger al peludo compañero? «Nuestras cremas protectoras sirven para defender al perro del sol, siempre que se apliquen con ciertas precauciones», añade el veterinario. Sus baños en la playa serán más seguros, si le aplicamos una crema protectora con factor 50 en las zonas delicadas. La crema solar debe ser repartida en pequeñas cantidades, con el fin de que se absorba antes de que el peludo bañista tenga acceso al producto y pueda lamerlo. Un bastoncillo de algodón, como el utilizado para limpiar los oídos de las personas, ayuda a distribuir el fotoprotector. Además, muchas clínicas veterinarias venden protectores solares especiales para perros.
3. Viajar con canes bañistas: mojar las patas
El calor recalienta la arena de playa y los canes, al menos la mayoría, no suelen usar botas o calzado protector, como sí utilizamos las personas. Las almohadillas de las patas del perro se irritan y sufren quemaduras por el contacto con la arena a altas temperaturas. La piel acolchada se pela y el can sufre dolorosas heridas en sus patas.
El consejo para evitarlo es invitar al perro bañista a mojarse cada poco tiempo las patas en el agua del mar. Además, conviene usar productos y cremas para las almohadillas caninas, que las endurezca y proteja. Y, una vez en casa, hay que hidratarlas con productos apropiados.
4. Perros en playas: ¡a la sombra!
Los canes playeros necesitan compartir las sombrillas o techados con el resto de su familia humana en la playa, ya que precisan mantenerse frescos y tener un lugar con sombra donde defenderse del calor.
Si el perro aún tiene problemas para acudir a nuestra llamada, es recomendable además asegurarnos de que no pueda extraviarse: una correa larga y una sencilla estaca nos ayudarán.
5. Perros en las playas: cuidado con el mar
Los canes también son vulnerables a los ahogamientos y a los peligros del mar. El océano se caracteriza por sus corrientes de agua y el fenómeno de las resacas puede arrastrar al animal.
Por eso, el baño del perro debe ser seguro en todo momento. Hay que asegurarse de que el chapuzón transcurre en una zona sin peligro de corrientes y, mejor, a poca profundidad. Un perro que toque con sus patas el fondo del mar, además, disfrutará más del baño en la playa.