Los perros grandes encuentran más dificultades para ser adoptados y pasan más tiempo en los centros de adopción que otros compañeros más pequeños. De ahí que hayan surgido asociaciones que quieran ayudar a entender cuáles son las ventajas de adoptar un can de gran tamaño, así como a derrumbar los falsos prejuicios que soportan estos gigantes peludos. En este artículo se enumeran los pros, además de explicar por qué los perros grandes son más fáciles de educar y pueden convertirse en los mejores amigos de los niños y bebés de casa.
Perros grandes, amigos gigantes
Los perros grandes soportan injustos prejuicios casi tan grandes como ellos. Esto explica que pasen más tiempo en los centros de adopción de animales que otros compañeros de menor tamaño y que hayan surgido por todo el mundo asociaciones dedicadas en exclusiva a encontrar a estos gigantes peludos el hogar y el amor que merecen. Dos de ellas son Grandes Perros y Grandes Patas y Rescate de Grandes Peludos.
Rosana Álvarez Bueno, veterinaria experta en comportamiento canino y autora del blog Etología Veterinaria, recomienda «no desechar de primeras a un perro por su tamaño» cuando se quiere adoptar.
El carácter del animal, con independencia de su talla, es la primera razón que debe guiar la elección del can para adoptar. «Hay perros grandes que se mueven bastante menos que uno pequeño en casa. Tampoco es cierto que los canes de gran tamaño no puedan vivir en un piso, ya que hay animales enormes que se adaptan enseguida a un apartamento«, dice Álvarez Bueno.
Perros grandes, grandes lecciones
Una persona amante de los largos paseos encontrará en un perro de gran tamaño a su compañero perfecto.
El hecho de que un can alto mire a su dueño casi a la altura de sus ojos explica que, por lo general, los perros grandes sean más fáciles de educar que los de menor tamaño.
Perros grandes, amigos de los niños
Los hijos pequeños también pueden marcar la decisión sobre el tamaño de un can que se tenga la intención de adoptar. «Los hogares con niños no son buenos, en general, para convivir con un perro demasiado pequeño: su reducido tamaño los hace delicados y frágiles. Y los menores no suelen ser demasiado cuidadosos con estos canes tan pequeños», advierte Álvarez Bueno.
Por el contrario, vivir con perro grande cuando se tiene niños de corta edad tiene ventajas de peso. «Un can grande es más apto para convivir con hijos pequeños: los bebés incluso le pueden agarrar para empezar a andar«, señala esta experta.
Un perro de gran envergadura es, asimismo, más resistente para soportar algunos comportamientos propios de los niños de la casa. Un can grande sufre menos si el menor le agarra de la cola o se le tira encima. Aun así, los padres deben enseñar a sus hijos cómo tratar con respeto y amor a su mascota, sea cual sea su tamaño.
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