¿Qué significa cuando los peces nadan de lado?

Los peces son perfectos como mascota. Son animales tranquilos, entretenidos y su cuidado es muy sencillo. Para los niños pueden ser unos grandes compañeros de vida.

Pero que los peces no requieran grandes atenciones no equivale a que dejemos de estar pendientes. Comprobar a diario la pecera, chequeando que todos sus habitantes están sanos y felices, debe formar parte de nuestras rutinas. Solo haciendo estas evaluaciones podremos detectar a tiempo cualquier enfermedad en el pez y ponerle remedio.

Los peces son animales extremadamente sensibles. Al vivir en un entorno muy controlado, cualquier posible alteración puede afectar a su bienestar.

• La primera norma para evitar enfermedades es vigilar que el agua del acuario esté en un estado óptimo: mantenerlo limpio y con la temperatura adecuada es vital.
• Tampoco debemos abusar de las plantas.
• Asimismo, el número de individuos no ha de ser muy elevado: cuantos más peces sean, menor será la cantidad de oxígeno disponible, lo que puede ser fatal.

Identificar que un pez no está sano puede ser complicado en muchas ocasiones. Muchas patologías son poco evidentes. A no ser que estemos muy pendientes de los animales o tengamos conocimientos ictiológicos, podemos pasar por alto algunos síntomas. Estas son las tres enfermedades más comunes:

Se manifiesta con una evidente retención de líquidos en el cuerpo. Puede estar provocada por la contaminación del agua del acuario (por ello es muy importante retirar un animal muerto lo antes posible para evitar la proliferación de bacterias) o por una mala alimentación. Afecta a los riñones y a los intestinos.

Se aprecia a simple vista: el pez muestra puntitos blancos a lo largo de su cuerpo. Esos pequeños lunares son en realidad parásitos, un protozoo llamado Ichthyophthirius multifiliis. La epidermis de las aletas y las branquias son las partes más dañadas.

Afecta a un gran número de peces, si bien es más evidente en los ejemplares de aletas largas. Habitualmente, está producida por la mala calidad del agua del acuario. Las aletas y la cola del pez se van “desgastando” poco a poco. Si no se ataja a tiempo, esta enfermedad puede terminar afectando a los órganos internos del animal.

Que un pez nade de costado no es buena señal. Hay varias enfermedades que pueden provocar el ladeo del animal en el agua. Estas son las más frecuentes y las maneras de tratarlas:

Es la patología más común, si el pez se ladea al nadar. Y se produce en todos los peces, pero es mucho más frecuente en los que tienen forma de globo (como el goldfish).

Afecta al órgano de flotación de los peces, una especie de bolsa que se localiza bajo la columna vertebral; está llena de gas y permite que el pez se mantenga a flote sin realizar esfuerzo muscular. Cuando la vejiga natatoria está dañada, el pez tiende a lateralizarse en el nado.

Una mala alimentación (por exceso de consumo de escamas secas), un virus, la insalubridad del agua o patologías asociadas en otros órganos pueden ser las causas de este daño.

En el caso de que el animal tenga la enfermedad de la vejiga natatoria es importante separarle del resto de moradores del acuario. Con esta medida preventiva se reduce el estrés del pez (lo que ayudará a su pronta recuperación) y se evitan posibles contagios (de un virus, por ejemplo) si finalmente el diagnóstico no se confirma.

Tratar la enfermedad de la vejiga natatoria puede ser sencillo, adecuando la dieta del animal, o precisar de la realización de técnicas más invasivas. Dependerá del especialista optar por una u otra técnica.

Si el pez está infectado con una bacteria, el nado lateral será uno de los posibles síntomas que muestre. En estos casos, la intervención del veterinario es imprescindible ya que, si la infección no se controla, la vida del animal puede correr peligro.

Los antibióticos son la medida más eficaz para tratar la enfermedad. Además, cuidar de unas buenas condiciones en el acuario (pH, temperatura y limpieza) es esencial.

Los parásitos gastrointestinales son bastante frecuentes en los peces, en especial los del género Hexamita. Cuando el animal está enfermo, tiende a retraer su aleta natatoria, lo que afecta a su nado.

Para eliminar los parásitos siempre es preciso seguir un tratamiento acorde a lo que marque el especialista, puesto que la situación podría ser más complicada de controlar.