Los puzles para perros ayudan al can a jugar y a olvidarse del aburrimiento mientras ejercita su inteligencia canina. Este artículo enseña cómo son los rompecabezas caninos y cómo funcionan, mientras que ofrece trucos y precauciones para que el peludo jugador los disfrute sin peligro, así como direcciones para encontrarlos.
Puzles y rompecabezas para el perro: ¡él también juega!
Los puzles no son exclusivos de las personas. Los perros también pueden pasar buenos ratos con rompecabezas y otros juegos caninos diseñados para ellos. «Los puzles para perros permiten al can jugar solo y pensar, por lo que estimula su mente», señala la educadora canina Davinia González.
Piezas, huecos y premios comestibles que sirven como estímulo para el animal se conjugan en los puzles para perros. Este tipo de juegos, además, tienen otra ventaja de peso: «Reducen la ansiedad y el estrés del perro«, señala González.
El can se entretiene, ejercita su mente a través del juego y aprende a ser paciente: sacar las piezas comestibles de las piezas del rompecabezas canino no siempre es tan sencillo.
Puzles para perros, ¿cómo son?
Los puzles para perros siguen el mismo fundamento que los rompecabezas humanos. Estos juegos caninos cuentan con piezas -de un tamaño grande, para evitar el peligro de atragantamiento- que hay que combinar para resolver distintos retos.
Los puzles para perros esconden bolitas de pienso en sus piezas, para que el can las encuentre
Los fragmentos son móviles, para permitir al can interactuar con ellos. Pero estos juegos para perros tienen otro elemento fundamental que empuja a los canes a jugar: premios comestibles -o bolitas de pienso- ocultos en sus piezas.
Las recompensas comestibles deben ser liberadas por el perro de diferentes formas: en ocasiones el can tiene que mover las piezas -con sus patas y boca- mientras que en otras bastará con que las desplace.
Las posibilidades son tantas como puzles para canes existen. En este vídeo pueden verse algunos perros que juegan con puzles de este tipo.
Rompecabezas para perros que esconden comida
Los rompecabezas para perros más clásicos permiten esconder bolitas de pienso en sus piezas. Los diferentes bloques de plástico o madera son huecos para introducir la comida en sus recovecos. Además, las piezas del juego se encajan sobre un tablero de unos 20 centímetros cuadrados.
La dificultad del juego para el perro puede modificarse a medida que el can aprende su funcionamiento. Las piezas permiten apilarse unas sobre otras, colocarse de lado o en diferentes posturas y ofrecer una mayor o menor cantidad de bolitas al perro.
El can debe, con ayuda de sus patas y boca, mover, levantar y desplazar los bloques para atrapar las recompensas comestibles.
¡Horas de diversión canina garantizadas!
Puzles de bloques móviles para canes
Las piezas móviles combinadas con cubiletes pueden también formar un atractivo rompecabezas para trabajar la inteligencia del perro, y lograr que el can no se aburra.
En este caso, el tablero suele contar con escondites en los que se oculta comida. El perro podrá atraparla si desliza las piezas móviles correctas.
Además, los juegos para perros cuentan con cubiletes en los que se puede esconder más comida, para hacer el juego del perro aún más divertido. El can disfrutará con el sonido que hacen estas piezas al caer sobre el tablero. ¡Sobre todo si acierta, y ocultaban premios bajo ellas!
Cuatro trucos para que el can disfrute de los rompecabezas
Los perros, como las personas, no tienen por qué saber jugar con su puzle canino si antes alguien no les ha mostrado su funcionamiento. Algunos trucos ayudan a que el can entienda la mecánica del rompecabezas.
El perro debe ver cómo escondemos las bolitas de pienso en las piezas del puzle. Esta premisa hará que la actividad se torne pronto muy estimulante para el can: ¡el premio, además, se huele!
Unas bolas de comida colocadas a la vista, sobre las piezas del rompecabezas, también resultan atractivas. El peludo jugador tendrá la oportunidad de metérselas en la boca sin apenas trabajar, y pronto buscará más, aunque las demás estén algo más ocultas.
Los puzles para perros pueden ser de distintos niveles: los hay para cachorros o perros principiantes, pero después la dificultad aumenta. Las etiquetas de los rompecabezas señalan la complejidad del juego, aunque esta puede reducirse -si se incrementa el número de premios- o aumentarse, si se reducen y esconden mejor las bolitas de pienso.
Hay que marcar el inicio del juego. El perro debe aprender a esperar mientras se prepara el rompecabezas, y hay que enseñarle (con premios por la espera) que el juego no debe comenzar hasta que se indica. De este modo, se trabaja la paciencia del peludo amigo.
Puzles para perros: precauciones
El juego del perro debe ser, ante todo, seguro para el animal. Los puzles para canes contienen bloques y piezas móviles que, aunque son de tamaño más o menos grande, pueden resultar peligrosas para los peludos amigos.
Por ello, conviene tener en cuenta algunos consejos para asegurarse de que la propuesta lúdica canina será segura:
El perro no debe morder las piezas del rompecabezas. Los bloques del juego, que pueden estar hechos de madera o de plástico, son atractivos para un can nervioso. Sin embargo, los mordiscos del animal pueden fragmentar las piezas y favorecer peligrosos atragantamientos.
El perro no debe jugar solo, sin supervisión. El juego con un puzle canino no debe realizarse sin la atenta vigilancia de un humano: el can podría morder y tragar las piezas.
- Hay que utilizar comida seca (pienso) y no húmeda o latas para esconder en las piezas del rompecabezas del perro.
¡Felices juegos inteligentes, amigos perros!