Quien tema la muerte de su perro o gato, o ya ha experimentado el amargo dolor que este triste momento implica, debe saber que no está solo. Ocho de cada diez personas admiten sentir una fuerte tristeza ante la pérdida de su felino o can. Los científicos reconocen que esta pena puede ser tan honda como la que se experimenta cuando fallece un familiar cercano. Pero, ¿por qué se sufre tanto ante la muerte de un perro o gato? A continuación se aportan seis consejos que se pueden seguir para poder llevar la angustia que genera la pérdida de un amigo peludo.
1. El adiós a un gato o perro duele
La pérdida de un can o felino puede doler tanto como la muerte de un familiar humano cercano. Es la conclusión del estudio «Apoyo para propietarios de mascotas afligidos», realizado por la Universidad de Nuevo México (EE.UU.) y publicado en la revista científica Perspectives in Psychiatric Care. ¿El motivo? El amor que perros y gatos sienten por los humanos es enorme y recíproco para muchas personas.
Quienes afrontan la muerte de una mascota necesitan comprensión y un entorno de apoyo para asumir el fallecimiento de su amigo peludo. «La unión que existe entre personas y canes y felinos puede tener un impacto importante en su salud mental y física: la muerte de un animal querido provoca un dolor comparable con el experimentado durante la pérdida de un familiar», afirma Paul Clements, el coordinador de esta investigación.
La honda pena que causa en los humanos la muerte de un perro o gato ha sido corroborada por un estudio llevado a cabo por la revista científica Family Process, especializada en analizar las relaciones en las familias. «Para algunas personas, la pérdida de su mascota puede causar un dolor tan profundo como el que produce la muerte de un miembro de su familia», concluye una investigación realizada por el equipo de la publicación que también revela que el 85% de las personas admiten haber padecido un fuerte dolor emocional tras el fallecimiento de sus canes y mininos. Pero, ¿cómo encontrar ayuda para asumir esta pérdida?
2. Sentirse triste, con derecho
Ocultar el dolor que se padece ante la muerte de un gato o perro no es una buena idea, recuerdan los expertos. Se corre el riesgo de que la angustia permanezca, ya que la pena se enquista cuanto más se hace por reprimirla. Tener la oportunidad de sentirse triste, y de expresarlo, es una ayuda esencial para afrontar la pérdida del can o felino del modo más saludable posible. No es sencillo, pero es crucial darse a uno mismo la oportunidad de sentirse apenado y de llorar.
3. Recordar buenos momentos
Igual de importante que darse a uno mismo la oportunidad de sentirse triste es recordar los buenos momentos que se han pasado con el peludo compañero. La amargura no debe ser el único sentimiento que exprese el recuerdo del perro o gato. Tan importante es manifestar la tristeza como rememorar los muchos buenos momentos compartidos con ellos.
4. Guardar recuerdos del perro o gato
Los objetos pueden hacer que los buenos momentos vividos juntos vuelvan a la mente: su cuenco, collar, su peluche favorito. Una vez que se esté preparado, puede ayudar reunir algunas de sus pertenencias, en una bolsa o estantería.
Estos objetos personales del can o felino pueden servir para reducir el sentimiento de desolación. Pero, ¡ojo! No hay que caer en el fetichismo. Ese artículo no es el gato ni el amado perro. Atribuir a estos objetos la capacidad de sustituir a la mascota desaparecida prolongará de modo innecesario el dolor.
5. No hay que culparse por la muerte de la mascota
Aunque es frecuente, no hay que culparse por el fallecimiento del can o felino. Cuando la muerte es consecuencia de un accidente o enfermedad, es habitual sentirse culpables. Los accidentes existen, y hablar de ellos en términos de culpabilidad es algo muy espinoso que puede provocar un innecesario dolor, aún mayor que el sufrido por la pérdida del peludo amigo.
6. ¿Quién me ayuda?
No es conveniente castigarse. Si uno no se cree capaz de afrontar solo la muerte del gato o perro, ¡hay que pedir ayuda! Aceptar la muerte no es una tarea sencilla, por lo que es recomendable acudir a un especialista si no se logra superarlo.
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